De Emociones y Recuerdos
Era un día cualquiera en el que un sin fin de tareas nos sumergen en esa vorágine acelerada y cotidiana en que las horas se parecen mucho unas a otras y nos llevan a sumar día tras día en una rutina en la que parece no cambiar nada que sacuda nuestros sentidos y en que algo especial aparezca que nos toque el sentimiento y el corazón provocando alguna emoción que nos haga detenernos en algún instante que quede grabado en el corazón y la memoria.
Ese día cualquiera no lo fue para mi hijo, un chaval bueno y sensible que se cruzó con una perla en el camino, con una de esas cosas que provocan una emoción y unas pequeñas lágrimas que pugnan por salir en un momento inesperado y en una calle cualquiera que él supo capturar, retener y contarlo en casa, una de esas cosas que si no tienes el corazón y los oídos atentos se marchan sumergidas en el olvido de lo no compartido y no presenciado.
Una mujer mayor contemplaba a unos niños jugando en una plaza, con sus juegos llenos de vida y sus voces llenando el aire de la tarde tranquila. Al pasar mi hijo a su lado la oye suspirar y decir ¡Qué bonita es la vida pero que corta! Con esa frase parecía añorar su propia infancia, su juventud, constatar el paso acelerado, vertiginoso del tiempo en el que todo queda atrás, dejando el rastro de la melancolía del presente por lo que se ha perdido y solo podemos rescatar en nuestro recuerdo.
Esas emociones en el tiempo que sacude la memoria y se asoma a nuestros ojos a veces como una lagrimilla furtiva, sospecho que común en las personas que ya tienen largo recorrido en la vida, ¿no es acaso nos que nos ha traído a estos foros?
¿No es cierta dosis de melancolía por el tiempo transcurrido?
¿No es ese sentimiento por esas experiencias lejanas en el tiempo que nos marcó y que recatamos compartiendo nuestros recuerdos?
Como esa mujer que suspira por el transcurso del tiempo y se emociona, así creo yo que todos compartimos ese sentir cuando nos vemos en esas fotos con nuestros 20 años y toda una vida por delante y ahora forma ya parte de un pasado lejano que hacemos muy presente en estos lugares como una forma modesta de volver a vivir lo que fuimos y aún somos en el sentimiento.
Y aquí estamos tipos duros y orgullosos de nuestras vivencias, pero en mi caso, aunque también lo aparente ayer, volví a soñar que paseaba por las calles de Alcalá de Henares con una claridad pasmosa y recorriendo las calles y los lugares que yo recordaba... en sueños se me caían algunas lagrimitas de emoción
por lo cual me veo con muchas cosas en común con esa anciana que suspiraba en el parque, sintiendo la melancolía de las cosas que fueron y ya están lejanas en el tiempo.
- Autor: Carlos bequer (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 11 de enero de 2024 a las 09:30
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 5
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.