ENTRE SUSURROS

 No se lo que hago 

creo que he perdido la puntería,

apuntaba a un poema 

y me ha salido un dislate,

que a lo más seguro servirá

para mitigar,

un poco de todo el hambre.

 

El mar se vuelve arisco,

la arena se llena de sonrisas,

las algas sobre ella

son una especie de túnica

que si encima te la pones

te llena de mil amores.

 

Las olas van y vienen

y lo hacen con tanta prisa

que solo se oye

un cantar de cantares

que parece sacado

de unos acordes 

por el viento interpretados

por allí donde la luna

calladamente calla y escucha. 

 

El mar me pide cordura

mientras se declara en una noche

en que me suena a musica

 su constante batir y mareas

armando una tremolina

incesante y cansina.

 

Susurros de muchos aires

la noche trae angustias,

pesares que llegan

y buenas noticias.

 

Hay calma

y por las aguas patrullan

barcazas de enamorados, 

que bajo la luz de la luna

sueñan con ser amantes 

que se consuelan

sin más testigos

que la oscuridad nocturna

que de esto mucho sabe.

 

¡Ay de la noche, que delicia!

con sabores a aguas marinas

sucumben las horas,

todas ellas recogidas 

entorno al ambiente

 que se respira,

allí donde el amor

es de todo un poco,

aquello que a dos enamorados

les da alas

para seguir amándose.

 

Ya el invierno en su cenit,

ya todo convertido 

en lecho de blandas plumas

seguimos con interés el romance.