De algo si estoy segura y es que vine a acompañarte.
Y sí quizás no dude en juzgarte aunque mi deber sería escucharte y aconsejarte.
Porque al igual que tú solo tengo un chance.
Yo igual que tú también me equivoco.
Y no importa si es mucho o es poco.
Si no me conoces.
Y yo a ti tampoco.
Si vives en este planeta o en cualquier otro.
Quizás tú seas perfecta o perfecto.
Y yo aunque quisiera un poco,
no logro entender este mundo loco.
Pero continuó sin saber que me espera.
No me detengo porque el tiempo vuela.
Y yo aunque quisiera pararlo, igual no puedo cambiarlo.
Porque lo hecho hecho está.
Porque el ayer ya se fue.
El futuro aún no llega.
Y mi presente se va cómo entre mis manos la arena.
Mi cabellera blanquea.
Ya no es tan abundante mi melena.
Y mi cara se marchita,
como aquella flor que un día fue botón.
Como aquella mariposa que un día fue oruga.
Me es casi imposible contar cada arruga.
Al igual que tú a veces me siento perdida.
Pero si estamos juntos se me aligera la vida.
Son duras pruebas para algunos.
Y no es que sean fáciles para los demás.
No es que sean más fuertes.
Tampoco es cuestión de suerte.
Es que el destino juega contigo y conmigo a veces.
Lo malo es que siempre nos creemos buenos jueces.
En vez de abrigar la empatía.
Nos falta tanto tacto.
No a todos se nos da vivir.
Y mucho menos ayudar y servir.
Déjame acompañarte,
quizás cambie todo,
quizás nada o a lo mejor poco.
Te prestaré mi hombro, mis oídos y mi pecho.
Para alivianar un poco el peso.
Antes de que descanses en el lecho.
Del cual no regresaras.
- Autor: Ely.M. ( Offline)
- Publicado: 18 de enero de 2024 a las 10:39
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, José Valverde Yuste
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