En el Corazón no se Manda: Capítulos 5, 6, 7, y 8

Reb Liz


AVISO DE AUSENCIA DE Reb Liz
Como una joven que anhela ser escritora, no me considero una poeta, simplemente soy una chica que plasma en papel sus pensamientos y vive cada palabra que escribe. Busco un lugar fértil donde sembrar semillas de amistad y cosechar la más pura felicidad. En cada línea, deseo transmitir emociones profundas y despertar los corazones de quienes me lean. Uniendo nuestras almas a través de la tinta, crearemos un vínculo eterno. Juntos, crearemos un mundo donde la amistad florezca y la felicidad sea nuestra cosecha. ¡Únete a mí en esta maravillosa aventura literaria!

Capítulo 5: Presidenta del Consejo Estudiantil

 

Narra Mía

 

Llegamos a la dirección y ahí estaba el subdirector. Mi nerviosismo llegó al máximo nivel.

 

- Siéntese, señorita. Me gustaría hablar con usted – dijo el subdirector.

 

Me senté y dije:

 

- Como desee, señor

 

- Puedo observar la buena relación que tiene con los profesores y con el director, y eso me complace – continuó el subdirector.

 

Yo tragué saliva y dije:

 

 - Gracias

 

- Por eso estuvimos conversando con el director y pensamos que usted sería ideal para ser la presidenta del Consejo Estudiantil – dijo el subdirector.

 

- ¿Yo? – dije sorprendida.

 

- Sí, usted. Tiene las capacidades para serlo. Se lleva bien con los profesores y tiene excelentes calificaciones – explicó el subdirector.

 

- Pero yo no tengo amistad con ningún alumno. No creo que sea la indicada para eso – dije.

 

- Pero te llevas bien con los profesores, y eso es suficiente. Además, cuando empieces a representarlos, ellos van a comenzar a hablar contigo – dijo el subdirector.

 

- Está bien. Si usted cree que yo estoy preparada para ese puesto, haré mi mayor esfuerzo –dije.

 

- Perfecto. Empiezas con tus funciones ya – dijo el subdirector.

 

- ¿No hay que esperar a las elecciones estudiantiles? – pregunté.

 

- No, porque la otra chica ya se retiró. Eres oficialmente la presidenta del Consejo Estudiantil. Ven, te mostraré dónde trabajarás y te enseñaré tus funciones – dijo el subdirector.

 

Me mostró una oficina junto a la oficina del director y me enseñó todo lo necesario para empezar con mi cargo. No resultaba tan difícil en realidad. Tenía que representar a mis compañeros en las reuniones de profesores y decir lo que nos hace falta.

 

- Cualquier duda ya sabes dónde está la oficina del director – dijo el subdirector.

 

- Sí, gracias, subdirector Caballero – dije.

 

El resto de la tarde fue un poco atareada. Ordené y clasifiqué muchos papeles en el trabajo. Cuando llegó la hora de salida, Axel me llevó a la escuela de mi hermanito y después a casa. Preparé la cena, ayudé a mi hermanito con su tarea, lo bañé y lo acosté a dormir. Después, me bañé yo misma, realicé algunos deberes pendientes y me acosté a dormir.

 

Al día siguiente, me encontraba realizando unos papeles importantes sobre las actividades escolares. Era necesaria la autorización del director para llevarlas a cabo, así que fui a su oficina. Al tocar la puerta, sentí como me sudaban las manos y mi corazón se aceleraba al saber que Axel estaba del otro lado. Escuché su voz diciendo "Adelante" y estaba a punto de abrir la puerta cuando escuché la voz de Emilia. Me detuve y escuché su conversación con ella preguntándome cómo me estaba yendo en mi cargo como presidenta estudiantil. Respondí que todo estaba bien y ella me deseó suerte en mi cargo. Después de que se fue, finalmente entré a la oficina del director y le entregué los papeles necesarios para las actividades estudiantiles. Él sonrió al ver que eran varias actividades recreativas y luego de revisarlos con detenimiento, los firmó. Me felicitó por tomar mi cargo de presidenta estudiantil en serio y me dijo que era la indicada para el puesto. Me sentí sonrojada y le agradecí por su apoyo.

 

La felicidad que sentía al hablar con el director era evidente, y el día pasó rápidamente. Debido a que mi auto seguía en el mecánico, tomé un taxi para buscar a mi hermanito Manuel en la escuela y regresar a la oficina para completar algunas tareas pendientes. Cuando llegué a la escuela, noté que una profesora estaba hablando con el director y coqueteando con él. Sentí una extraña punzada en mi corazón al verlo.

 

Después de entregarle a mi hermanito una hoja para que dibujara y de trabajar por un tiempo, el director entró en mi oficina y me recordó que ya era tarde y que debería estar en casa. Luego, me ofreció llevarme a casa con mi hermano, a lo que inicialmente me negué, pero finalmente acepté su oferta.

 

Durante el trayecto en su auto, conversamos animadamente y me di cuenta de que disfrutaba mucho hablando con él. Al llegar a mi casa, le agradecí por llevarnos y nos despedimos. Después de cenar y acostar a mi hermanito, me tumbé en la cama y pensé en Axel hasta que me quedé dormida.

 

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Capítulo 6: Primer Beso

 

Narra Mía

 

Me desperté al sonido de la alarma de mi celular, sabiendo que me esperaba un día ocupado como presidenta del consejo estudiantil. Suspiré, tratando de despejar mi mente, y me levanté. Fui a la ducha, esperando que el agua caliente me ayudara a despertarme y empezar el día con el pie derecho.

 

Después de ducharme y lavarme los dientes, me sequé el cabello y lo dejé que tomara su forma natural. Fui a la habitación de mi hermano y lo desperté para prepararlo para la escuela.

 

Luego de desayunar, llevé a Manuel a la escuela y después fui a la mía. Cuando entré al salón, las clases ya habían comenzado. Me disculpé con el profesor por llegar tarde y entré al salón de la próxima clase. Tenía un tiempo libre, así que aproveché para adelantar algunos papeles.

 

Mientras estaba en el salón en silencio, escuché a mis compañeras murmurando y comentando sobre el director. Todas decían al unísono: "Es tan apuesto", "Qué atractivo", "Desearía que me castigaran para poder ir a su oficina", mientras que los chicos lo miraban con envidia y celos. Estaba claro que el director era más atractivo que todos, y no podía evitar sentirme molesta por cómo mis compañeras se babeaban por él.

 

A pesar de sus comentarios, decidí ignorarlos y seguir con mis deberes como presidenta.

 

Narra Axel

 

Hoy Mía no ha venido a mi oficina y me pregunto qué habrá pasado. Quería verla y pensé que ahora que era la presidenta del consejo estudiantil, tendríamos una excusa para hablar. Estaba pensando en ella cuando alguien tocó a la puerta de mi oficina.

 

- Adelante – dije.

 

- Permiso, señor director – dijo la voz detrás de la puerta.

 

Justo estaba pensando en Mía, pensé.

 

- ¿Qué se le ofrece, señorita? – dije, intentando sonar lo más serio posible.

 

Noté cómo se puso nerviosa, y la entiendo, yo también me pongo nervioso con su sola presencia. "Traje todos los papeles con los permisos de mis compañeros para la excursión que se hará la semana que viene al museo", dijo.

 

- ¿Ya están todos firmados por sus padres? – pregunté.

 

- Sí, señor director – respondió.

 

- Perfecto – dije. Estaba por retirarse, pero la detuve –Espera, Mía... ¿Estás ocupada? –pregunté.

 

- No, mis clases ya terminaron – respondió.

 

- Entonces podemos conversar ¿no? Pero no como director y alumna, sino como amigos – dije. Noté cómo se sonrojó.

 

- Sí – dijo, bajando la mirada – Yo también quería hablar... pero tengo que ir por mi hermanito a la escuela

 

- ¿Te gustaría venir a cenar a mi casa? – pregunté, anhelando que me dijera que sí.

 

- ¿En serio? – respondió sorprendida.

 

Narra Mía

 

Las palabras no me salían. Mi corazón se aceleraba con su sola presencia, y solo pude asentir con la cabeza.

 

- Sí – dije tímidamente.

 

- Perfecto... A las 8 pm te espero en mi casa. Ya sabes dónde vivo. Puedes traer a tu hermanito si quieres – dijo.

 

- Gracias – dije y salí.

 

Fui a buscar a mi hermanito a la escuela, pensando en por qué acepté cenar con él. Estaba nerviosa. Tenerlo cerca hacía que mi corazón estallara.

 

Llegué a casa y me bañé y me arreglé. Después, bañé a mi hermanito. Cuando iba a salir, mi tía me detuvo.

 

- ¿A dónde vas? – dijo con un tono prepotente.

 

- Voy a cenar con un amigo – respondí.

 

- ¿Y qué amigo es? – preguntó.

 

Estaba por contestar, pero me interrumpió.

 

- Ya... no importa. Así no tengo que alimentarte – dijo con el mismo tono prepotente – No vuelvas muy tarde, ¿entendido?

 

Solo asentí con la cabeza y me fui.

 

Narra Axel

 

No podía creer que había invitado a Mía a cenar a mi casa. Sentía algo extraño en mi pecho, era incómodo pero a la vez agradable. De solo saber que iba a venir, me sudaban las manos. Estaba preparando todo cuando minutos después llegó ella, estaba tan hermosa acompañada de su hermanito. Sabía que no lo iba a dejar solo.

 

- Hola – dijo tímidamente besando mi mejilla.

 

- Hola, ¡adelante! ¡Pasa!", dije entusiasmado – Hola, campeón – dije alborotándole el cabello a su hermanito.

 

Mientras cenábamos, conversamos y debo admitir que disfruté cada cosa que ella decía. Era tan madura y tan inocente a la vez. Pasamos horas hablando de libros, música, arte, cocina y de tantas cosas interesantes.

 

Después lavamos los platos juntos y cuando terminamos, pasamos a la sala para continuar con nuestra plática. Su hermanito se había quedado dormido. En un momento, ella miró su reloj y se levantó rápidamente.

 

- ¡Ya es tarde! – Dijo tomando su bolso – Tengo que irme

 

- Gracias por venir – dije.

 

- Gracias a ti por la invitación – respondió.

 

Narra Mía

 

Estaba por acercarme a darle un beso en la mejilla cuando tropecé con la alfombra. Cerré los ojos esperando el impacto contra el suelo, pero los abrí al sentir cómo Axel afirmaba mi cintura.

 

Nuestros ojos se conectaron y por primera vez solo había unos centímetros de distancia entre nosotros. Sus labios estaban tan cerca que podía sentir su respiración. Poco a poco, él se fue acercando a mí y cuando menos lo esperaba, estábamos besándonos. Cuando por fin reaccioné, no quise que se detuviera. El sentir su aliento hizo que todos mis sentimientos se alteraran y entonces me dejé llevar por su beso. Era un beso único, una locura, pero aun así, no quería que se detuviera.

 

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Capítulo 7: Ceremonia de Premiación

 

Narra Axel

 

Por primera vez, estaba besando a Mía y sus labios eran tan dulces que no quería despegarme de ella.

 

Narra Mía

 

Me sentía tan protegida en sus brazos que no quería que me soltara, pero entonces la realidad vino a mí y pensé:

 

- Él es el director de la preparatoria, esto está mal – Me separé de él.

 

- Lo siento... esto no debió pasar – dije mientras cargaba a mi hermanito y salía corriendo sin darle tiempo a hablar.

 

- Mía – gritó en tono de súplica – ¡espera!

 

Cuando llegué a mi auto, senté a mi hermanito en el asiento del copiloto y noté que él venía corriendo hacia mí.

 

- Lo siento, Mía – dijo el director con voz apenada – No debí besarte, es que...

 

- No te preocupes – interrumpí, tratando de ocultar mi sonrojo –Yo quería que lo hicieras

 

- Él me miró fijamente, como si tratara de leer mis pensamientos, mientras yo continuaba hablando.

 

- Estoy confundida – dije finalmente, bajando la mirada –Siento algo muy fuerte por usted

 

- Con delicadeza, el director tomó mi rostro entre sus manos y me levantó, haciendo que nuestras miradas se conectaran.

 

- Yo también siento algo muy fuerte por ti – dijo con dulzura – Y no me arrepiento de haberte besado

 

- Hubo un momento de silencio entre los dos, y luego hablé de nuevo.

 

- Usted es el director", dije con preocupación – No quiero que tenga problemas por mi culpa".

 

- No me importa tener problemas – respondió él con determinación –Te amo, y eso es todo lo que me importa

 

- Me quedé mirándolo a los ojos, y sentí cómo todo mi cuerpo se estremecía ante su mirada llena de amor. Sin pensarlo dos veces, me acerqué lentamente a él y lo besé. Él me tomó de la cintura y me acercó más a él, y yo puse mis brazos alrededor de su cuello. Sabía que estaba mal, pero lo que sentía por él era algo inmenso.

 

- Finalmente, sin muchas ganas de hacerlo, me separé de él.

 

- Me tengo que ir – dije abrazando al director.

 

-  Si no hay más remedio – respondió él cabizbajo – ¡Te veo mañana!

 

- Nos vemos mañana – dije sonriendo mientras me separaba de él.

 

- Justo cuando estaba por subir a mi auto, Axel me jaló del brazo y me besó apasionadamente.

 

- Te amo, mi pequeña alumna – dijo con ternura.

 

Yo solo sonreí y lo besé de nuevo antes de subir a mi auto y partir. Durante el trayecto, me fue imposible borrar la sonrisa de mi cara.

 

Cuando llegué a mi casa, me aseguré de que no hubiera nadie y fui a la habitación de Manuel. Lo recosté en su cama con cuidado y me quedé un rato a su lado, acariciándole el cabello y susurrándole palabras de amor. Después fui a mi habitación y me tiré sobre la cama, dejando que todos mis pensamientos me consumieran hasta que me quedé dormida.

 

¡Por supuesto! Aquí te dejo algunas sugerencias para mejorar el texto:

 

Narra Axel

 

Al día siguiente, me desperté temprano a las 6 am, pensando en Mía. Su dulce voz resonaba en mi cabeza y todavía podía sentir el sabor de sus besos en mis labios. Terminé mis actividades matutinas, pero no podía dejar de pensar en ella. ¿Qué pasaría si viviera conmigo? Me encantaría que fuera mi esposa y madre de mis hijos, aunque sé que como director, no debería tener sentimientos así por una de mis empleadas.

 

Narra Mía

 

Me levanté temprano y me preparé para el día. Decidí salir a trotar y, sin querer, choqué con alguien.

 

- Perdón… – Dije al levantar la mirada y ver que era Axel.

 

- ¡Qué linda sorpresa! – Dijo Axel sonriendo. – Buenos días, Linda. – Y me besó.

 

- Buenos días – Dije sonrojada.

 

Comenzamos a trotar juntos y conversamos sobre nuestros intereses y pasatiempos. Después de un rato, nos despedimos y yo volví a mi casa para encontrarme con mi tía.

 

- ¿Dónde estabas? – Dijo mi tía con un tono prepotente.

 

- Fui a trotar, tía – Respondí tratando de mantener la calma.

 

- Tú sabes que tienes que ocuparte de tu hermano – Me recordó ella.

 

- Todavía hay tiempo – Traté de defenderme – El desayuno ya está listo.

 

Ella me miró con desaprobación, pero no dijo nada más.

 

- Con permiso… voy a preparar a mi hermano para la escuela – Dije eso y me fui.

 

Me costó, pero logré despertar a Manuel, lo preparé para la escuela, tendí su cama y bajamos a desayunar juntos. Después lo llevé a la escuela y minutos más tarde fui a la mía. Hoy era un día especial, me darían un reconocimiento por mis calificaciones. Solo lograba pensar en mis padres y en cómo me hubieran aplaudido y abrazado si estuvieran aquí.

 

Llegué a la escuela y todo estaba preparado para la entrega de premios. Miré los lugares reservados para los padres orgullosos de sus hijos que recibirían reconocimientos por sus calificaciones, y no pude evitar sentirme sola y triste al darme cuenta de que nadie estaría allí para aplaudirme a mí.

 

Me encontraba llorando inmóvil cuando sentí que Axel se acercaba a mí.

 

- ¿Qué te pasa, hermosa? – Dijo mirándome a los ojos.

 

- Nada – Dije tratando de secarme las lágrimas.

 

- ¿Por qué lloras? – Insistió él.

 

- Estos eventos me ponen nostálgica… extraño a mis padres – Dije cubriendo mi rostro con mis manos.

 

- Te entiendo – Dijo Axel abrazándome – No te sientas sola… sé que no es lo mismo, pero yo estaré aquí para aplaudirte.

 

Cuando dijo eso, me dieron unas inmensas ganas de besarlo, pero me detuve al ver a Emilia.

 

- Señor director – Dijo ella – Todo está listo para la entrega de premios.

 

- Gracias… prepare a los estudiantes – Dijo Axel con seriedad.

 

Me gustaba verlo en su faceta como director.

 

Minutos después, nos ubicamos todos en nuestros respectivos lugares para que comenzara la ceremonia de premiación. Axel comenzó a hablar y yo lo escuché con atención, agradecida por su apoyo y compañía en ese momento difícil para mí.

 

Axel, el director de la escuela, se acercó al micrófono y comenzó su discurso. "Queridos alumnos, cuando escuchamos la palabra 'futuro', nuestra cabeza empieza a dar vueltas. No es algo que queramos oír siempre. Todo lo contrario, la evitamos", dijo con tono reflexivo. "De niños vivimos con la típica pregunta de '¿qué quieres ser cuando grande?' Y con el paso de los años nuestra respuesta fue cambiando. Nos inquietamos porque queremos darles una respuesta concreta a nuestros padres, o sea quien sea la persona que formó la pregunta".

 

Axel continuó hablando sobre la importancia de pensar en el futuro y de trabajar duro para alcanzar las metas que nos proponemos. "Y hoy ustedes les están dando la mejor respuesta al recibir este reconocimiento por las mejores calificaciones", agregó, señalando a los estudiantes que se encontraban en el auditorio.

 

- Quiero felicitarlos por sus esfuerzos de mantener un buen promedio y es un honor para mí hacer la entrega de este reconocimiento – concluyó Axel, recibiendo un fuerte aplauso de todos los presentes. Luego, comenzó a llamar a los estudiantes que recibieron el reconocimiento uno por uno.

 

Mientras tanto, yo me encontraba perdida en mis pensamientos, admirando a Axel por su apariencia y su elocuencia. Sin embargo, mi compañera me sacó de mi ensimismamiento con un codazo, recordándome que era mi turno para recibir el reconocimiento.

 

- ¡Mía Montgomery! – anunció Axel

 

- ¿Qué? ¿Qué pasa? - Pregunté confundida, sin entender lo que estaba sucediendo.

 

- ¡Te están llamando, es tu turno para recibir el reconocimiento! - Me dijo una compañera con una sonrisa en el rostro.

 

Me levanté rápidamente y caminé hacia el escenario, donde Axel me recibió con una sonrisa

 

Estaba muy nerviosa mientras Axel me entregaba mi diploma de reconocimiento. "Felicidades, señorita", dijo sonriendo. Agradecí con un "gracias" y luego noté que movía los labios, como si quisiera decir algo más. De repente, pronunció un "te amo" y no pude evitar sonrojarme.

 

Agradecí con un gesto y me uní a mis compañeros en el escenario, sintiéndome orgullosa de haber sido reconocida por mi esfuerzo y dedicación en mis estudios.

 

Después de la ceremonia, Axel se acercó a mí y me felicitó personalmente, diciéndome que estaba orgulloso de mi logro y que esperaba verme seguir creciendo académicamente. Yo le agradecí por su apoyo y me fui a buscar a mi hermano a la escuela casa, sintiéndome motivada y con ganas de seguir trabajando duro en mis estudios.

 

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Capítulo 8: Primera Cita

 

Narra Mía

 

La ceremonia había terminado y aunque había felicidad en el ambiente, yo me sentía triste al ver a los padres abrazando a sus hijos. Sin embargo, mi ánimo mejoró cuando Axel se acercó a mí.

 

- ¿Cómo estás? – me preguntó.

 

- Bien – respondí cortante.

 

- Sé que es un momento difícil para ti... pero aunque no estén físicamente, tus padres viven en tu corazón – dijo Axel tratando de reconfortarme.

 

No pude evitar sonreír.

 

- Gracias, no sé cómo lo haces, pero siempre logras sacarme una sonrisa – le dije.

 

Pasamos horas conversando y sin darme cuenta, pasó una semana. Estaba en casa jugando con mi hermano Manuel cuando recibí un mensaje de Axel. ¡Qué sorpresa!

 

“Mi querida alumna, me gustaría que saliéramos a una cita, solo nosotros, tú y yo disfrutando de una noche magnífica. ¡Te amo! Con cariño, tu querido director”

 

¿Querido director? Fue inevitable no sonreír. ¿Qué ocurrencias tendrá este hombre? ¿Qué tendrá que me atrae hacia él como si fuera un imán irresistible? No lo pensé dos veces y le contesté.

 

Narra Axel

 

Recibí una respuesta emocionada de mi alumna de ojos luminosos.

 

"Acepto ir a esa linda cita con usted, será hermoso, y no me importa que sea de noche. ¡Estoy emocionada! Me gusta tanto. Con cariño, su querida alumna."

 

Esperé su respuesta ansioso, deseando que todo saliera bien para nuestra cita.

 

Esta chica lograba hacerme sonreír con solo pensar en ella. Estaba a punto de escribirle de nuevo cuando recibí otro mensaje.

 

"Tengo que encontrar a alguien que pueda cuidar a Manuel", decía el mensaje.

 

Narra Mía

 

Estaba preocupada por quién podría cuidar a mi hermano cuando recibí un mensaje de Axel.

 

"Tengo una idea de quién puede cuidar a tu hermanito", decía el mensaje.

 

"¿De verdad? ¿Quién?", pregunté ansiosa.

 

"Mi hermana, lo cuidará bien... tráelo a mi casa", respondió.

 

"¿Tu hermana? ¿Y ella sabe que tendremos una cita?", pregunté preocupada.

 

"No... pero le inventaré algo", dijo Axel con seguridad.

 

"Está bien, confío en ti", respondí.

 

"Eso es lo que quiero escuchar", dijo Axel con una sonrisa.

 

"Te veo esta noche... mi querido director", dije.

 

"Estoy ansioso, mi querida alumna", respondió.

 

Llegó la noche y yo estaba lista, pero también muy nerviosa. No podía evitar sentir mariposas en el estómago al pensar en mi cita con Axel. Esperaba que todo saliera bien y que mi hermano estuviera en buenas manos.

 

Me puse un vestido rosado pastel que llegaba hasta mis rodillas, con una cinta alrededor de mi cintura y unos tacones bajos. Dejé mi cabello largo y ondulado castaño suelto y usé sombras al tono de mis ojos grises.

 

Llegó la hora de irme y tomé una mochila para guardar algunos juguetes de Manuel. Estaba nerviosa porque hoy sería mi primera cita con Axel y solo esperaba que todo saliera bien.

 

"Tranquila, Mía, respira", me dije a mí misma mientras respiraba profundamente para calmar mis nervios. En ese momento, Axel me envió un mensaje diciendo que ya estaba listo para nuestra cita. Sentía que mi corazón latía con fuerza.

 

"Tía, me voy", dije tomando la pequeña mano de Manuel.

 

"¿A dónde vas?", preguntó mi tía.

 

"A cenar con un amigo", respondí.

 

"Haz lo que quieras, pero no vuelvas tarde", dijo ella.

 

"No lo haré", dije antes de salir.

 

No tardé mucho en llegar a la casa de Axel y él me estaba esperando en la puerta.

 

"Hola", dije entusiasmada.

 

"Hola... pensé que no vendrías", dijo dándome un beso en la mejilla. "Hola, campeón", dijo alborotando el cabello de Manuel.

 

Se apartó de la puerta y me hizo un gesto para que entrara.

 

- ¿Y tu hermana? – pregunté.

 

- Ya está viniendo – respondió.

 

Nos sentamos en el sofá y minutos después tocaron la puerta de la casa de Axel. Él se dirigió a abrir.

 

- Hola, hermanita, te estaba esperando – dijo Axel dándole un beso en la mejilla.

 

- Hola, hermanito. ¿Para qué me llamaste? – preguntó ella.

 

- Necesito que me hagas un favor – dijo Axel haciendo un gesto para que entrara.

 

Ella entró y yo me puse de pie inmediatamente, sonriendo.

 

- ¿Y ella quién es? – preguntó sorprendida.

 

Axel se acercó a mí.

 

- Jessica, ella es Mía, una amiga – dijo sonriendo – y él es Manuel, su hermanito – dijo cargando a Manuel.

 

- Mucho gusto – dije extendiendo mi mano.

 

- Un placer conocerte – respondió ella agarrando mi mano.

 

- Entonces... ¿para qué me llamaste? – preguntó de nuevo la hermana de Axel.

 

"Tengo un asunto que resolver con Mía y necesito que por favor...", dijo Axel.

 

"Cuide a Manuel", interrumpió ella.

 

"Me conoces bien, hermanita", dijo Axel sonriendo.

 

"Está bien, pero me debes una", dijo ella acercándose a Manuel con dulzura. "Hola".

 

"Hola", respondió Manuel.

 

"Manuel", dije poniéndome en cuclillas, "tengo que salir. Te vas a quedar un rato con Jessica".

 

"¿Vas a volver?", preguntó él con inocencia.

 

- Claro que voy a volver... y tú mientras tanto puedes mostrarles los juguetes que tienes en tu mochila – dije sonriendo.

 

- Está bien, te quiero – dijo Manuel con dulzura.

 

- Yo también te quiero, hermanito – respondí abrazándolo – Gracias – dije mirando a Jessica.

 

- No hay problema – dijo ella acercándose a Manuel – Diviértanse que nosotros también nos divertiremos... ¿No es cierto, campeón? – dijo haciéndole cosquillas y provocando que Manuel riera a carcajadas.

 

Salimos afuera y cuando llegamos a su auto, Axel me abrió la puerta del copiloto y él se sentó en el asiento del piloto. Una vez dentro del coche, me dijo:

 

- Te ves hermosa, amor - y me besó en la frente.

 

- Gracias, tú también te ves elegante como siempre - lo miré de arriba abajo.

 

- Te amo - dijo y me besó de nuevo.

 

Axel llevaba puesto un esmoquin negro con una corbata de moño, su hermoso cabello castaño peinado hacia atrás y sus ojos verdes resaltaban.

 

- ¿Nos vamos? - preguntó entusiasmado.

 

- Sí - dije sonriendo como una tonta.

 

Axel arrancó el coche y comenzó a conducir. Durante el trayecto, le pregunté:

 

- ¿Se puede saber a dónde iremos?

 

Axel frenó en el semáforo en rojo, me miró sonriendo y se acercó a mi oído para susurrar:

 

- ¡Es una sorpresa! - se apartó y me guiñó el ojo. Fue inevitable no sonrojarme.

 

Después de 20 minutos, llegamos a uno de los cinco mejores restaurantes del país.

 

- ¡Llegamos! - anunció Axel.

 

- ¡WOW! ¡No puedo creerlo! - dije sonrojada - Pero no deberíamos comer en un restaurante tan caro.

 

- No te preocupes, todo esto es para ti, así que no lo rechaces - sonrió.

 

Estuvimos platicando, riendo y contándonos anécdotas. ¿Quién diría que sucedería un amor tan hermoso y clandestino como el nuestro? Cada segundo que pasaba con él, me enamoraba más y más.

 

- Me gustaría llevarte a otro lugar - dijo Axel.

 

- ¿Otro lugar? - pregunté.

 

- Ven... - tomó mi mano y me llevó a una terraza en el último piso del mismo restaurante. La terraza estaba llena de rosas y en el cielo estrellado apareció un mensaje que decía "Quiero que seas mi novia" y otro que decía "Te amo".

 

Me quedé completamente muda, solo podía sonreír.

 

- ¿Qué dices? - preguntó Axel, tomando mi cara con sus manos y provocando que nuestras miradas se conectaran.

 

- Acepto ser tu novia - dije llorando de la emoción - Te amo.

 

Axel sonrió mientras secaba mis lágrimas con delicadeza.

 

- Esperé mucho tiempo para que un "te amo" saliera de tu boca. Yo también te amo - dijo y luego se acercó a mí para besarme.

 

- Te amo, mi querido director - dije sonriendo.

 

- Te amo, mi querida alumna - respondió Axel, besándome de nuevo.

  • Autor: Reb Liz (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de enero de 2024 a las 10:04
  • Comentario del autor sobre el poema: Queridos lectores Es un honor compartir con ustedes esta historia que ha nacido desde lo más profundo de mi corazón. Cada palabra, cada personaje y cada emoción plasmada en estas páginas ha sido creada con amor y dedicación. Espero que al sumergirse en estas letras encuentren momentos de alegría, inspiración y conexión. Mi mayor deseo es que esta historia toque sus corazones y les brinde un escape a un mundo lleno de emociones y posibilidades. Agradezco de todo corazón su apoyo y compañía en este viaje literario. Sin ustedes, mis queridos lectores, estas palabras no tendrían sentido. Espero que disfruten de esta aventura tanto como yo disfruté escribiéndola. Con gratitud.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 5
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