Cuando un amor se va
Cuando un amor se va, se rompen los ardientes corazones
Se acongoja y se arruga el alma solitaria en las habitaciones
Se esfuman las charlas amenas, las anécdotas y las alegres conversaciones
Cuando un amor se aleja sin escuchar disculpas, ni razones
Queda mudo el espíritu y se silencian las melodías y canciones
Se seca el jardín, que una vez fue florecido y alegraba la vida en los balcones
Los oídos se vuelven sordos y no escuchan consejos, ni explicaciones
Cuando un amor zarpa y la barca va sin timonel en un mar embravecido, lleno de rencores y maldiciones
Acecha la tormenta huracanada, haciendo ver fantasmas y dragones
El horizonte se nubla, oscureciendo el horizonte, llenando el alma de preocupaciones
Cuando un amor parte dejando en el ambiente caos, soberbias y confusiones
No había amor, ni alegrías, ni sonrisas, ni satisfacciones
Sólo había melancolía, soledad y desesperaciones
Cuando un amor se va, se lleva las pasiones y sus ardientes amores
Se lleva en su corazón, los errores y del ocaso, el candilazo de sus arreboles
Dejando a su paso lágrimas de sangre y lo escalofriante de sus dolores
Se lleva la rosa y orquídea del jardín, dejando escasamente sus fragancias, aromas y olores
Cuando un amor se marcha, dejando sólo las gotas de sus sudores
Queda impregnado el ambiente, la alcoba, la ropa y la almohada con su saliva y humores
Se desinflan los neumáticos del automóvil del amor y se apagan las bocinas y sus motores
Cuando de un amor se ausentan del rostro, las sonrisas y los rayos encantadores
No vuelve a salir la luna enamorada, ni a brillar con sus luces y resplandores
Sólo quedan ardientes veranos, que secan el corazón con sus rigores
Las noches se vuelven frías y congeladas, con pesadillas de los soñadores
Cuando un amor se va, acrecientan miedos, fantasmas, nervios, soledades y temblores
El vecindario se inunda de chismes, de habladurías y rumores
La habitación se llena de imaginaciones, de insomnios, de tragos y licores
La soledad invade el cuerpo y el alma con gritos angustiantes amenazadores
Cuando un amor se va, se apaga el pabilo ardiente de los seductores
Se esfuma el arcoíris, llevándose el rocío y el arco tornasolado de sus colores
Cuando un amor se va, parte con el la vida, derramando lágrimas de sangre de los perdedores.
“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga enero 23-2024
- Autor: Joreman (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 23 de enero de 2024 a las 12:27
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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