El sol amable del invierno
me arropa entre sus brazos
como la madre cobija,
en su bruñido regazo,
al niño que gime molesto
esperando las caricias
que le traigan su descanso.
El cierzo inevitable del invierno
me airea con su soplo expiatorio
como la madre contenta
santigua a su dormido retoño.
Los días y las noches del invierno
impregnan su alegría y su tristeza
en mi corazón extraviado
con la seducción extravagante
de los enamorados
atados al yugo de sus amantes.
- Autor: jagc (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 25 de enero de 2024 a las 00:55
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 11
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, jvnavarro
Comentarios1
tus AMABLES versos siempre me atrapan. saludos poeta
Encantado de recibirte en mi casa, Alicia. Gracias por la visita y el comentario. Saludos, pasa un buen fin de semana.
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