LAS MANOS DE LA INICUIDAD EN ESTE TRANCE

GDA



Exuberancia en las horas de oscuridad que acaparé,
bajo estancias sin sol en las que se extravía mi alma,
exorbitancia en los llantos de mi vida perdí,
envuelto en remembranzas de la post-quietud…
Vagabundo floto en el pelotón de los entes
y todos tienen tu rostro de ausencia pero sin tu voz,
tienen las formas de bultos y la discordancia
de tu figura en su espectro… Es aciago el compendio
de nuestra historia que mató a la fragancia
de tu cuerpo y que me intoxica, y me orienta
a la plausibilidad de alucinaciones en tu lecho,
-la vacuidad de tu habitación que a mi sino se opone-,
ha dejado a mi corazón en agobio y en pulverización;
estás, mujer, en oposición hasta el extremo del universo,
y acompañándome de la oligofrenia vago solitario,
pues mis cartas en su futilidad perdieron a su receptor,
mientras muerdo las manos de la inicuidad en este trance.

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