El silencio hiere
como hoja en caída libre
al llegarse el otoño.
Como flor arrancada
para servir de adorno al
centro de una mesa.
Hiere como el canto
del grillo en las noches
de verano.
Duele como estrella que
se apaga.
Hacen falta las palabras,
hace falta el ruido,
el murmullo, tu voz quedita
en mi oído.
Pero, me niegas todo de ti,
menos tu indiferencia,
tu egoísmo.
No te importa que sufra,
que llore, que siga esperando.
Solo quería tu adiós,
es lo que me está faltando.
Y así poner punto final a ésta fallida historia.
La que me ha hecho padecer,
pasar noches con insomnia.
A la que le quitaste el brillo
y ha quedado entre sombras.
Entre sombras y silencio.
El silencio aún te nombra
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