Polivalente, casi un adverbio,
una exclamación,
algo se mueve sin saberlo,
es un trozo de palabra,
un descarriado pensamiento,
una errata de fe,
un ratón pequeño,
es un suburbio de un verbo,
un encorajinado artículo perverso,
es un sintagma nominal
que atracó en un puerto,
es un conjunto de situaciones
que vuelan por el pensamiento,
es un dolor intenso,
el de una letra afilada,
el de un segmento retorcido
por despecho,
es una piedra
una exclamación,
algo se mueve sin saberlo,
es un trozo de palabra,
un descarriado pensamiento,
una errata de fe,
un ratón pequeño,
es un suburbio de un verbo,
un encorajinado artículo perverso,
es un sintagma nominal
que atracó en un puerto,
es un conjunto de situaciones
que vuelan por el pensamiento,
es un dolor intenso,
el de una letra afilada,
el de un segmento retorcido
por despecho,
es una piedra
en el interior de su zapato,
es eso y solo eso,
un caldo de cultivo
que lleva dentro
nidos de alegría,
enjuagues con gotas de rocío
y con trozos de deseos.
un caldo de cultivo
que lleva dentro
nidos de alegría,
enjuagues con gotas de rocío
y con trozos de deseos.
Lleva este poema amor nitrogenado,
oxitocina, serotonina y dopamina
todo convertido en alimento,
en un restaurante
de cinco estrellas Michelín,
que sirve platos de enamoramiento.
Ya amaneciendo
es más de lo mismo
y ya atardeciendo
se vuelve al camino
para seguir siendo
la noche que gira
entre posibles lamentos.
es más de lo mismo
y ya atardeciendo
se vuelve al camino
para seguir siendo
la noche que gira
entre posibles lamentos.
Corto y pego
y el poema ya esta hecho.
- Autor: jvnavarro ( Offline)
- Publicado: 29 de enero de 2024 a las 04:46
- Comentario del autor sobre el poema: Hablamos de construir un poema y de como con las palabras fabricamos poemas con un tipo de léxico muy especial que en nada tiene que ver con los escritos en prosa. Todo alrededor de los poemas es mágico. Ayer llevaba un libro de poesía bajo el brazo y entre a comprar pan el panadero me pregunto que era lo que estaba leyendo y le contesté que poesía, su contestación fue, yo es que no la comprendo. Entendí enseguida la contestación que había recibido. Es difícil entender la poesía muchas veces debido que hay que ponerse en la posición del poeta y leer mucha poesía. Si le doy a leer esta poesía a mi panadero, me despacha de la panadería con un pan mezcla de hierro y aceite, espolvoreado por fuera con yeso.
- Categoría: Surrealista
- Lecturas: 42
- Usuarios favoritos de este poema: migreriana, Pilar Luna, MISHA lg, alicia perez hernandez, Dr. Salvador Santoyo Sánchez, 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, Ed-win, Ivan Sanchez Gonzalez, shoss, Aqua Marina, Lucía Gómez, Rafael Huertes Lacalle, rosi12
Comentarios6
Es que la vida del poema es como la prisa que lleva la òpera. No siempre te deja la belleza que tu traes.La sientes y sòlo tu lo sabes .Es como reconocer texturas y aromas en la degustaciòn del vino de la vida.
Gracias por tu comentario y un saludo
Profundos versos.
Jajaja por tu comentario sobre el pan.
Un abrazo José
Es así de cierto. Hoy he ido a comprarlo y al verme el panadero se ha reído.
Un saludo
Jajajaja
Ya amaneciendo
es más de lo mismo
y ya atardeciendo
se vuelve al camino
para seguir siendo
la noche que gira
entre posibles lamentos.
La vida, el panadero, la mosca que vuela, el sonido del agua, la majestuosidad de las olas
cualquier cosa es dina de un poeta. Un abrazo con la pluma del alma
Gracias amigo, y que la poesía nos llene
Un saludo
Profundos versos.
Jajaja por tu comentario sobre el pan.
Un abrazo José
Amigo, difiero un poco con tu comentario, tal vez no es culpa del panadero, ni del carpintero, etc., sino de que como dices, hay que ponerse en la posición del poeta para entender su poesía.
Y es que a veces carecemos de empatía con el lector, pensamos que nuestras metáforas son comprendidas , cuando a veces, ni entre poetas se comprenden.
Y tal vez el panadero se refería a la poesía actual, tal vez...
Yo pienso que la misión del poeta es la de poder transmitir un sentimiento, el propio y a veces el ajeno.
https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-626442
Sin embargo, se aprecia la poesía hecha con sinceridad.
Un abrazo.
Tienes buena parte de razón en todo, ahora en el caso este, el no, fue rotundo. No hace falta irse a los poetas actuales, solo hace falta de la nomina de poetas anteriores al siglo XVIII que nos enseñaron en la escuela para entender un poco de todo, aquí en España se dio un gran vació en cuanto a determinados poetas estigmatizados por sus creencias políticas, Miguel Hernández, García Lorca, Antonio Machado y a pesar de ello vinieron generaciones posteriores que cubrieron en cierta medida ese hueco la del 27, la de la postguerra, pero en las escuelas se dio poco paso a estas generaciones, más propias de estudios superiores.
Actualmente se edita a velocidad de relámpago, la poesía ha quedado desvincula de determinados círculos y ateneos y ha explotado de una forma muy efectiva, sobre todo en mano de las mujeres y a una temprana edad.
Todo se tiene que enseñar y todo depende en buena parte de quienes te enseñaron y de los libros que se tenían al alcance en las casas. Algo parecido ocurre con el resto de las ciencias, gustan o no, dependiendo de quien te la enseñó.
Justo el libro que llevaba que no le llegue ni a enseñar su contenido era Corazonada de Berta Garcia Faet.
Sobre este tema recomiendo los siguientes libros:
El odio a la poesía del poeta Ben Lerner
El arte de encender las palabras de Berta García Faet
¿Por qué hay gente que odia la poesía?
El escritor Juan Bonilla se pregunta por la paradoja de un género revestido de prestigio, pero sombreado de mala fama. A partir de un ensayo del novelista Ben Lerner, hace una encuesta entre colegas para tratar de entender ese desdén.
Desde que Platón expulsara a los poetas de su República, cualquiera que escriba versos puede afantasmarse con la impresión de que se dedica a algo lo suficientemente importante como para haber suscitado las iras del inventor de la filosofía . «Cualquiera que lee "La República" es imbuido de la idea de que la poesía es una cuestión social candente», escribe Ben Lerner en su ensayo « El odio a la poesía» (Alpha Decay, traducción de Elvira Herrera), donde cuenta que cuando se declaró a sí mismo poeta ya sabía que la trascendencia de su vocación no se debía al impacto que suscitasen los poemas sino al hecho de que la figura fundadora de la tradición occidental hubiera llegado al convencimiento de que los poetas eran dañinos para la sociedad.
Prestigio y mala fama
Lerner investiga en las razones por las que la poesía ha cargado desde hace siglos con la paradoja de revestirse de un prestigio que sin embargo se sombrea de mala fama. El odio al que se refiere Lerner es un odio que agrupa a quienes consideran que la poesía es peligrosa o inútil o simplemente desagradable y, en cualquier caso, ha estado siempre muy sobrevalorada. En ese grupo de enemigos de la poesía cuenta a los propios poetas (Lerner reconoce que, a pesar de dedicarle horas de estudio y las mejores puntas de su talento, él también odia la poesía porque para él el odio a la poesía es una sustancia irreversiblemente unida a la propia poesía). Pero ¿exagera al plantear así las cosas? Al poeta y narrador Felipe Benítez Reyes (1960) le parece «un poco melodramático eso del odio genérico a la poesía. Supongo que se puede odiar a un poeta concreto, ya sea por razones personales o estéticas, y odiar algunos poemas en concreto por las razones que sean, pero ese odio indiscriminado a un género literario me parece un despropósito , aparte de una carajotería por parte de quienes escriben poemas desde el odio a la poesía».
Acto íntimo
Por su parte la poeta y periodista Luna Miguel (1992) vincula ese odio a la recepción de la obra -si es que llega a haber recepción: «Al ser un género tan poco popular entre la mayoría de lectores, los poetas tienden a desesperarse y a odiar su género». José Luis García Martín (1950), poeta y crítico, no cree que haya ese odio genérico que da pie al ensayo de Lerner: «Los poetas suelen odiar severamente no a la poesía en general, ni mucho menos a su propia poesía, sino a la poesía de otros poetas (generalmente más leída y vendida que la suya) y, sobre todo y más que nada, a otros poetas». La narradora Sara Mesa (1976), que sólo ha publicado un lejano libro de poemas, explicita algunos matices que explicarían ese odio: «Es innegable que la poesía a veces genera un tipo de rechazo que no tiene que ver exactamente con la incultura. Encontrarás gente muy leída que no puede con la poesía. Creo que se trata de un ‘odio social’. Puede interesarme la poesía, y leo poesía, pero lo entiendo más como un acto íntimo. La puesta en escena pública de la poesía, sin embargo, me produce rechazo. O bien la asocio a iniciativas institucionales (rancias, sesgadas, pomposas, cutres) o bien a cierto intento -un poco ridículo- de «acercar la poesía a la gente», como con un paternalismo de cuentacuentos («performances», acciones poéticas variadas, etc.). Todo esto, para mí, poco tiene que ver con la poesía».
Conocimiento y don
Es en la «Apología de Sócrates» donde empieza a latir el odio de Platón contra los poetas: «Pregunté a los autores por el significado de sus poemas y comprendí que los poetas no se inspiraban en el conocimiento, sino en un don, en un entusiasmo, parecido al de los profetas, que dicen cosas bellas sin comprenderlas, y me di cuenta de que por ello los poetas se creen más inteligentes que los demás . Por eso me alejé de ellos». El poeta es alguien irreflexivo, que posee un don a cuyos resultados no es capaz de dar explicación. Ya en «La República», Platón encuentra en los poemas de Homero y de Hesiodo muchas imágenes impertinentes, poco edificantes, nada pedagógicas, que pueden resultar dañinas, no sólo cuando son meras imaginaciones sino incluso cuando pueden contener algo de verdad. Platón consideraba que el afán de Homero de atribuirle maldades a los dioses jugaba en contra de la idea de Estado, como la manía del poeta de mostrar las debilidades de los héroes : así no había modo de conseguir que los niños quisieran parecerse a unos combatientes que se daban el lujo de llorar una muerte.
NO OBSTANTE LE CONTINUARÉ PREGUNTANDO AL PANADERO, QUE ES LO QUE HA LEIDO SOBRE POESÍA Y POR QUÉ NO LE GUSTA, CREO QUE ES UN TEMA INTERESANTE.
Y este panadero no es un iletrado me comentó que leía narrativa en inglés y en castellano y le pregunté que si la leía en valenciano, a pesar de ser valenciano hablante y me dijo que no.
Las primeras lecturas son esenciales, sirven de guía para lecturas posteriores, quizás aquellos primeros poemas leídos en su juventud no le llenaron o no los entendió o pensó que perdía el tiempo leyendo poesía...
Un saludo y abrazo fuerte y ya le digo comparto su argumentación.
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