De pronto la vida, llega sigilosa a enseñarse que no todo es color de rosa y te muestra sus sinsabores y tu única opción o trabajo es: Vivirla.
"Mi más sentido pésame"
"Todo pasa por algo"
"Los tiempos son de Dios"
"Lamento tu perdida"
"Siento mucho lo que estás pasando"
"Comparto tu sentir"
"Sé por lo que estás pasando"
"Era tan buena persona"
Un abrazo insipiente de personas que ni siquiera son parte de tu vida o que no sabías ni que existían, diciéndote que comparten tu dolor o que saben lo que sientes.
Tú estás ausente, fuera de éste mundo.
Esas personas no son parte de tu vida, no las quieres ahí, detestas sus abrazos y con cada frase que sale de su boca piensas en las tantas cosas que pudieras decirles, como que se vayan de tu casa, que son unos mentirosos, que ni siquiera le conocieron, que en realidad no saben lo que sientes, qué o quién se creen para decir tantas sandeces.
De pronto ese vacío mental que tienes se vé envuelto en una ira contra toda esa muchedumbre, todas esas caras desconocidas para ti y en verdad no tienes, no entiendes el por qué debes ser amables con ellos y darles entrada a tu casa, cuando lo que menos quieres es verles, escucharles e hipócritamente responderles.
De pronto toda esa ira, como todas esas personas desaparecen y una espesa y fría oscuridad cubre tu estancia, tu mente, tu corazón y emociones y comienza la soledad, el vacío, la tristeza y la desesperanza, llega a ti el entendimiento de que aquella persona amada no está, lo sientes por fin y el dolor acecha con acabarte, destrozarte y desmoronarte no solo por dentro, sino en cuerpo y alma.
De pro to el descontrol de tus emociones se convierte en tu pan de cada día luchando contra el autocontrol que intentas tener, per en verdad, cuando cierras la puerta de tu habitacion, sientes que estás a punto de perder, de volverte loca y sucede, al fin el colapso llega y te desmoronas, el llanto no cesa de caer, los hipidos y la falta de oxígeno te causan turbulentos movientos, casi convulsiones y el pecho, el corazón duele tanto y marcha a un ritmo sin sentido que piensas que tú también morirás.
Por desgracia o gracia, no sucede, no mueres, pero el dolor no se va, a veces se intensifica, a veces aprendes a llevarlo contigo a cuestas, a veces sobrevives cada día sabiendo que esa persona amada no disfrutará contigo lo que un día dijo harian y tienes que aceptar, lo único que queda es eso, aceptar.
Seguir viendo a todas esas personas y no poder hacer más que decir Gracias, por su pésame tan sentido.
Y de pronto tienes que seguir con tu vida, sin tener en tu vida a esa persona amada y si a quien te abraza sin que le sientas y mucho menos quieras que lo haga.
Porque nadie sabe lo que sientes y nadie amaba a quien se fue, como solo tú le amas.
Nadmoon
- Autor: NADMOON (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2024 a las 04:19
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, alicia perez hernandez
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