Desde mi ventana abierta
veo un mundo que asesina
mis principios de nobleza
y respiro sólo mierda
porque el aire contamina.
Es como el oro del moro,
como una luz que encandila.
Se lucha por el desdoro,
por egoísmo y por todo
de la forma más dañina.
Este mundo no comprende
que camina hacia la ruina
porque nadie mira al frente
con mirada transparente
y con las manos tendidas.
Me asaltan dudas y penas
porque esta vida cochina
tiene rumbo de condena
con visos de estratagema
de quien gobierna y se olvida.
¿Por qué las guerras y el odio?
¿Por qué este afán de avaricia?
¿Por qué cerramos los ojos
a defender los tesoros
que nos otorga la vida?
Me siente inútil y pobre
por no batallar la envida
que se ha hecho dueña del hombre
que sólo siente y responde
al mundo de la codicia.
¡Vil mundo! ¡Que Dios te guarde!
¿Quién permite esta deriva?
Los que mandan poco saben,
los que saben son cobardes,
y a los demás… brillantina.
¿Qué puedo hacer? Me pregunto,
frente a esta vida mezquina.
Y apurando los segundos
le ofrecí mi espalda al mundo
y eché todas las cortinas.
- Autor: RICARDO V ( Offline)
- Publicado: 1 de febrero de 2024 a las 13:37
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 10
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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