Después de haber amado mucho, y regalar noches llenas de
pasión, está en el deseo ser de nuevo brisa para acariciar
esa cálida piel.
Sentimos en ocasiones, frialdad en el alma estando muy
necesitados de templanza. Albergamos el deseo, que nos
proporcionen esa luz tan necesaria, y así convertirnos en
lucero, que ilumine el camino a transitar. Necesitamos esa
facultad de curar las heridas..
Es bueno, regresar para ocupar aquel espacio vacío, no hay
que demorarse en el tiempo. Debemos evitar perdernos por nuestro
universo cercano, pues es tan inmenso que resultaría una
árdua tarea, poderse encontrar nuevamente.
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