Seducido por su hibris

Leoness

Seducido por su hibris, sentí,

la venganza de una musa,

blanquecina e hiriente,

mal orgullo desatado, cruel

 

Me hechizaba envuelto en

cristalina porcelana de amor,

deleitoso y asexual, sujeto,

atado en la roca de la vanidad

 

Su exagerada belleza, aún hoy

prosperaba mi orgullo, el goce,

sobre la espiral ascendente, hacia

los reluctantes y fugaces hados

 

Me desafiaba su hiperbólica

danza aún exhibicionista,

aquel, su seductor carisma

retando la álgida culminación

 

Más llegó aquel día infausto,

en la agonía de la doncella

sumergida en el albur austral,

corazón purpura y arrogante

 

La diva se entrega ante el viril

destello de aquel tritón, y

desafían la arrogancia de Níobe,

más, me suplica mediación

 

La caída dolorosa de su ego

desvanece su hibris y llora,

se aferra a su travesía, sin eco,

rompe su alegoría de lealtad

 

En la tarde dorada y compasiva,

ya entre mis brazos, reposa,

lánguida figura marfil, hermosa,

cual pétalo que arroja, una rosa

 

¡Aquel ósculo, metamorfoseaba el hibris!

  • Autor: Leoness (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 6 de febrero de 2024 a las 17:34
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 6
  • Usuarios favoritos de este poema: José Valverde Yuste
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Comentarios +

Comentarios1

  • José Valverde Yuste

    En la tarde dorada y compasiva,
    ya entre mis brazos, reposa,
    lánguida figura marfil, hermosa,
    cual pétalo que arroja, una rosa-

    Precioso versar leoness. Un abarzo con la pluma del alma



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