Hablemos de feminismo

Hablemos del feminismo y discutamos al fin de cuentas la verdadera conceptualización de la palabra. Según la RAE. “Feminismo es aquel principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre.” Pero se ha deformado a través de medios de comunicación, (Los cuales no son capaces de respaldar su razón e ideal de pensamiento.), lo que realmente es feminismo, a opinión, aquello que engloba la naturaleza del género, luchar por lo que le corresponde, dignidad. Dignidad adherida a una pequeña palabra, respeto.

La mujer no simboliza un llaverito que se presume, ni es un producto que se comercializa. 
No es una máquina de aspirar, ni una máquina de hacer niños.
Por supuesto que, su naturaleza también le indica la reproducción y el amor del hogar y la hoguera, pero solamente si ella así lo desea.

 ¿Entonces? 
¿Qué pretende el feminismo? 
¡Luchar!

Se lucha por una mejora de oportunidades para que ella se desenvuelva a petición de sus gustos por ganarse el pan del día. 
Se lucha porque no se violenten sus ideales a través de presiones psicológicas y, se lucha, sobre y por todo, para que su sexualidad y su cuerpo no sea violentado ni agredido. 
Se lucha por aquellas que han muerto porque se estereotipa el estigma del hombre todo poderoso. 
Y si refutas que, por qué se lucha si todo por lo que se lucha ya está efectuado. Te responderé que la lucha es diaria y constante, para que, por lo que se lucha y se ha logrado ir alcanzando desde hace muchos siglos, no se les vaya olvidando a aquellas nuevas generaciones. A manera de que el objetivo no sea tergiversado. 
Porque si se deja de luchar, el progreso deja de existir.

En el Libro “El mundo y sus guerras”, escrito por Raúl Sohr, se hace mención una frase escrita en el prólogo, haciendo referencia a las guerras, pero yo la adhiero a las luchas: “La historia muestra que no basta con vencer, sino que también cuenta, y mucho el cómo se triunfa”. 

¿Y contra quién se lucha?
Contra una sombra llamada costumbre, ecrianza y falta de conciencia.

El feminismo es un movimiento útil ante la sociedad, cuando tiene causa y pesan cicatrices. 
Nos ayuda como humanos a plantearnos un problema en el que se debería filosofar con más énfasis en nuestros tiempos y en todos los tiempos que abarcan al tiempo: pasado, presente y futuro. 
El feminismo pertenece a un conjunto de muchas más luchas que le pesan al mundo insensible y mal criado.
Y el conjunto es grave y tan grave que, si no se ponen sobre la mesa, erradican el progreso humano y su vida en torno a la paz colectiva que se pretende alcanzar. 
Detiene aquella utopía que menciona Galeano, que mencionaba Fernando Birri, que no existe, pero que nos sirve, porque pese a que no se pueda alcanzar, nos es útil para caminar. 
Porque no solo sufren las mujeres en este problema que plantea solucionar la lucha al feminismo. 
También lo sufren hombres que se ven afectados por el dolor que causa el sufrimiento de una hermana, madre o hija por los agravios del ideal machista. 

Hablemos del feminismo y, tratemos los puntos racionales, no el de quitarle la vida a otro ser humano producto de sí misma, o esa pelea vacía de género a género. 
Si no el dolor que causan las secuelas que dejan aquellos ataques por el hecho de estar en una posición frágil y vulnerable.