En la oscura noche solía esperar,
un suspiro de amor para aliviar mi pesar.
El cielo estrellado me miraba con calma,
y el viento susurraba secretos en mi alma.
Solo esperé, sin prisa o desesperación,
confiando en el destino y en su resolución.
Mis sueños se alzaban como estrellas fugaces,
pidiendo a cada una que mi deseo abrazase.
A veces, la espera se hacía eterna y fría,
pero en mi corazón ardía la esperanza mía.
Sabía que en algún momento llegaría a mi puerta,
la persona que mi alma entera despierta.
Esperé sin importar cuánto tiempo pasara,
la paciencia y la fe siempre me acompañara.
Sabía que el amor no tenía prisa ni celeridad,
y confiaba en que la vida me brindaría su bondad.
Y llegó el día en el que te encontré,
con tus ojos brillantes y tu risa al amanecer.
El universo parecía alinearse a nuestro favor,
y supimos que este encuentro era nuestro mayor tesoro.
Ya no esperé más, pues te tenía a mi lado,
y juntos construiríamos un camino entrelazado.
Eres el sueño que esperaba, el amor inédito,
y en tu abrazo encuentro todo lo infinito.
Así que a todos los corazones solitarios les digo,
mantengan viva la esperanza, no desfallezcan ni un poquito.
Pues en el tiempo y la fe está la puerta a la felicidad,
solo esperen con paciencia en la oscuridad.
“Serl “
- Autor: Simón Eduardo Rodríguez lopez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de febrero de 2024 a las 00:16
- Categoría: Amor
- Lecturas: 2
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