Célica rigidez portas en tus sendas, cúmulo abusivo de gracia,
psicodélica vanidad
y omnipotente anuencia.
Vuelo sin cuidado en tus sonatas,
y confuso, disfruto la turbulencia.
Me convierto en sedentario de tu lozana piel,
y establezco mi ascendencia armoniosa.
Incauta sílfide, brisa del edén;
amortiguas mi mundana obscenidad
con afables corolas tiernas y castas,
haciendo de mí, un puro auxiliado;
giróvago corregido.
Curco los tugurios de tu alma,
y no encuentro más que compasivas miradas
hacia tus agraviadores.
Dulce monasterio, fragante a azahar;
inefable musa dorada, que oso amar.
- Autor: Nina_sf ( Offline)
- Publicado: 8 de febrero de 2024 a las 15:58
- Comentario del autor sobre el poema: Es un poema muy significativo para mí...
- Categoría: Amor
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: José Valverde Yuste, ANGHELUZ.
Comentarios1
Incauta sílfide, brisa del edén;
amortiguas mi mundana obscenidad
con afables corolas tiernas y castas,
haciendo de mí, un puro auxiliado;
giróvago corregido.
Muy bonitos versos Nina. Un abrazo con la pluma del alma. Sueña y serás sueño
¡Muchas gracias! Un saludo.
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