No acepto disculpas
del que no asumió sus culpas
No habrá ni olvido ni perdón
Sólo esperar que vuelva a repetir
la felonía,
la injuria, los maltratos, la traición
Lo único que pido
al que de algún modo ha herido:
un ademán reparador
Y eso si es que se puede corregir
La mayoría
del daño ya no tiene solución
Menos se le admite
al que, pertinaz, repite
frecuentemente su maldad
Lógicamente habrá de reincidir
Más todavía
si tuvo más de una oportunidad
Los buenos corazones
no andan pidiendo perdones:
alcanza el cambio de actitud,
el desagravio a tiempo y resarcir,
la cortesía,
y en adelante obrar con rectitud
El que de esa guisa
se comporta, no precisa
pedir perdón ni suplicar
Todo lo que se pueda ya decir
son naderías
y no habrá nada más que perdonar
Quien, por el contrario
nos recita un novenario
pidiendo a hinojos el perdón,
pero nunca se supo arrepentir,
¡Qué hipocresía!
Palabras huecas, llantos de cartón
Y, por otro lado,
no soy santo ni jurado
No tengo tal atribución
A mí que no me vengan a pedir
ni una amnistía,
clemencia, ni indulgencia, ni perdón.
- Autor: Julián Centeya (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 10 de febrero de 2024 a las 01:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: Violeta
Comentarios2
Si de perdón se tratar hay que tener la razón , pero es de sabio saberlo pedir y tu poema Julián tiene mucha consistencia, saludos
Gracias, Violeta, por tu comentario tan amable.
Un saludo
El más complejo de los perdones, es el que nos debemos a nosotros mismos.
Yo mismo, tengo problemas con esto. Los otros días, quise perdonarme ofreciéndome el paraíso y sus aledaños y quedé pensando ciertamente en reiterar mis pecados.
Un abrazo como si fuese del mismísimo Dios.
Esteban
Yo ya no puedo perdonarme, porque sé que me voy a volver a traicionar
Bienvenido ese abrazo, Dios Esteban
Gracias mi estimado amigo, pero no me deschaves..., tengo muchos acreedores..., hasta un judío que dice ser mi hijo y lo cierto es que no me acuerdo de todo lo hecho, ni de todo lo que no hice ( solo me dieron siete días), fue un trabajo de urgencia y medio chapusa...
Ya que te diste cuenta, solo te pido que no me pidas...
Un fuerte y fraterno abrazo (hasta ahora sigue siendo gratis).
Esteban
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