Que más me da ser marinero de agua
dulce, si me alimento de las víboras
que pastan en el lecho del río.
Con esa mala semilla construyo barcos
hechos de mil palillos astillados.
Cuando embarranco en algún canchal
lleno de carroña, me sumerjo en el
fondo de mis desdichas y salgo a la
superficie recién duchado y peinado.
Me presento ante todos con la impagable
sonrisa de un triunfador, aunque la
trastienda esté deshecha y llena de arrugas.
Desde la misma orilla de unos mismos charcos de
una fugaz lluvia de verano angosto, salgo de nuevo
a navegar con un timón de cemento y una
brújula de juguete a pilas alcalinas, huyendo
de leprosos chistes y evitando la cada vez más estrecha
distancia frente al mar de la negra penuria.
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Autor:
Ismael Sgar (
Offline) - Publicado: 12 de febrero de 2024 a las 09:21
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, alicia perez hernandez, Lale Neda
Offline)
Comentarios2
INTENSOS VERSOS
Disfrute tu poema lleno de una realidad ..tantos charcos y tenemos que salir a flote con ese timón de cemento aunque detrás estén las arrugas ....Abrazo del alma
Muy amable, así es, la vida sin más.
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