Canto del Ocaso
Cuando el día se inclina hacia su final sereno
Y el cielo se viste de tonos pastel
El atardecer despliega su canto pleno,
En un rayo de luz que parece venir del cielo.
El sol, un farol dorado y cansado
Desciende lento, en un bajar sosegado
Pintando en el lienzo del horizonte agitado
Un adiós de colores, tiernamente bordado.
Se oyen las aves, en coro despidiendo
Al día que se va, con gratitud comprendiendo
Que tras cada final, hay un nuevo comienzo
En el ciclo eterno, perpetuo y extenso.
Las nubes, algodones teñidos de fuego
Flotan en el cielo en un tranquilo juego.
El viento murmura entre las hojas un ruego
Y el mundo se aquieta, en un abrazo ciego.
El atardecer, un puente entre el día y la noche
Es testigo del tiempo, que en silencio se acerca.
Las estrellas, tímidas, pronto harán su derroche
Y la luna, gobernante, su reinado ejerce.
La luz se hace tenue, invitando a la calma
El día ha entregado toda su alma.
En el canto del ocaso, hay una dulce pausa
Un momento de reflexión
que el corazón embalsa.
El cielo ahora es un lienzo de nostalgia
Cada pincelada es una memoria que abraza.
Al final, bajo el manto que la noche enlaza
El atardecer se convierte en una linda casa.
ElidethAbreu
- Autor: Ellie (Seudónimo) ( Online)
- Publicado: 13 de febrero de 2024 a las 13:57
- Comentario del autor sobre el poema: Es alucinante contemplar el ocaso, por eso escribi este poema , para tratar de describirlo, siempre me quede corta ante tanta belleza: A medida que el sol continúa su descenso, los tonos naranjas y rosados comienzan a desvanecerse lentamente en el cielo. Un azul más profundo se abre camino a medida que la oscuridad se acerca. Sin embargo, justo antes de que la noche caiga por completo, llega un momento mágico. Es cuando la primera estrella vislumbra tímidamente en lo alto, seguida rápidamente por muchas otras. De repente, el cielo nocturno parece cobrar vida con puntos centelleantes que iluminan el manto oscuro sobre el que se despliegan. En la tierra, las sombras se vuelven más pronunciadas a medida que los contornos de las montañas, los árboles y los edificios se difuminan en la penumbra. Los sonidos también cambian a medida que la actividad del día cede el paso a los sonidos nocturnos de búhos, grillos y otros habitantes del crepúsculo. En el aire flota un aroma dulce como a hierba y flores que viene de la tierra después de un día caluroso.
- Categoría: Naturaleza
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Lualpri, Violeta, Lale Neda, LCRNC
Comentarios2
Oh has dibujado un paisaje hermoso en tus letras , donde los versos tienen luz propia y se apodera del momento leidom es que me quedo viviendo entre tus versos, mas saludos y gracias.
Gracias apreciada poeta Violeta, aprecio su comentario .
Un abrazo
Creo que lograste una buena descripción me llevó a bellas imágenes....Abrazo del Alma
Gracias Lale y feliz dia de la amistad.
Un abrazo
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.