LAS MANOS DEL POETA
Sus manos se han manchado del barro de la vida,
de una vida vivida con intención honesta,
muy lejos de los lujos, de espaldas a la apuesta,
una vida templada con cordura y medida.
Sus manos son callosas, son callos de un trabajo
que modelan un hombre curtido ante lo adverso,
son durezas que marcan su palabra y su verso,
con la fuerza que emana del sufrir del de abajo.
Sus manos tienen sangre, tienen las uñas rotas
de mantener sujetas las riendas del destino,
de sortear los muros que obstruyen su camino
y de apretar con fuerza la vida en sus derrotas.
Sus manos tienen grietas de calores y fríos,
calores soportados en luchas, en infiernos,
de fríos de intemperie en los crudos inviernos,
de pescar y lavarse en aguas de los ríos.
Y aún con esas manos, agrietadas y heridas,
no le falta al poeta la fuerza de su pluma
para escribir los versos que disipen la bruma,
que defiendan al paria, que defiendan la vida,
que rescaten, de nuevo, la verdad escondida,
condenen la miseria del pobre, el oprimido,
que intente rescatarlo del desdén y el olvido,
le devuelvan, de nuevo, la dignidad perdida.
Jose Cruz Sainz Alvarez
Agosto de 2023
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.