DOCE ROSAS

En enero, una rosa blanca se despliega,

pura como el nuevo año que comienza.

Su frescura anuncia esperanza eterna,

renovando sueños bajo la luna intensa.

Febrero llega con una rosa roja ardiente,

el fuego del amor que late en el pecho.

En su aroma se esconde el amor latente,

bajo el cielo estrellado guiando el acecho.

Marzo trae consigo una rosa amarilla,

como el sol que despierta la primavera.

Su luz ilumina de manera sencilla,

donde el amor florece de manera cualquiera.

Abril se adorna con una rosa y sorpresas,

dulce como el amor que empieza a brotar.

Sus pétalos susurran promesas,

de un amor eterno por comenzar.

En mayo, una rosa naranja resplandece,

como el sol que calienta el corazón.

Bajo la luna llena el amor crece,

y en cada suspiro nace una canción.

Junio se engalana con una rosa azul,

misteriosa como el cielo en la noche.

Su color refleja un cielo blanquiazul

Siendo la antesala de la medianoche.

Julio llega con una rosa morada,

intenso como el fuego del deseo.

En su fragancia, una pasión que embriaga,

y en su esencia, un amor que no tiene precio.

Agosto despliega una rosa verde,

como la frescura de los campos veraniegos.

En su perfume, la calma se pierde,

y el amor florece entre sus juegos.

Septiembre trae una rosa dorada,

como el brillo del sol en el ocaso.

En su resplandor, el amor se derrama,

llenando el corazón de júbilo y abrazos.

Octubre se adorna con una rosa negra,

misteriosa como la noche sin luna.

En su oscuridad, el amor se revela,

y en cada suspiro se prevé la fortuna.

Noviembre llega con una rosa plateada,

como la luz de la luna en el cielo.

En su brillo, la ternura está grabada,

y en cada mirada, se encuentra el anhelo.

Diciembre despliega una rosa translúcida,

como el resplandor de las estrellas en el firmamento.

La luz del amor se vuelve más lucida,

y en cada latido, el universo se hace cuento.