“ÉL ERA PURA POESÍA Y ELLA NO SABÍA LEER “

Él era pura poesía, un verso sin igual,

Palabras delicadas que sabían volar.

En cada mirada, en cada suspiro,

Un torrente de emociones a su paso fluir.

 

Pero ella, oh, ella no sabía leer,

No entendía los versos que él quería escoger.

Sus ojos se perdían en letras desconocidas,

Mientras él recitaba las rimas más queridas.

 

Ella nunca se detuvo a descifrar,

Las palabras que él trataba de mostrar,

Y susurros al oído, llenos de amor,

Se perdían en el aire, sin causarle dolor.

 

Él era un poeta, un alma en prosa,

Y ella, ajena a esa sublime cosa.

No había melodías en su corazón,

No comprendía el valor de la expresión.

 

Él intentaba enseñarle a captar,

La letra impresa en su alma al pronunciar,

Pero eran versos que caían en vacío,

Sin encontrar eco en su rincón sombrío.

 

Él era pura poesía, un libro sin abrir,

Y ella undía sin descubrir lo que podía sentir.

Entre líneas doradas y metáforas sutiles,

Se escondía el amor, pero no lo percibía a miles.

 

Él era un canto al viento, un verso en su ser,

Pero ella, cegada, no podía entender.

El idioma del corazón, la métrica del alma,

Dejó desolado al poeta con su fría calma.

 

Así, entre ellos dos, se formó un abismo,

Donde se ahogaban los sueños sin entusiasmo.

Y él siguió recitando al mundo su poesía,

Mientras ella vagaba sin comprender su melancolía.

 

Él era pura poesía, un susurro en la brisa,

Y ella, tristemente, una hoja que no se desliza.

La magia de las letras se perdió en este encuentro,

Donde, sin duda, el amor se fue al viento.

“Serl “