Como una joven que anhela ser escritora, no me considero una poeta, simplemente soy una chica que plasma en papel sus pensamientos y vive cada palabra que escribe. Busco un lugar fértil donde sembrar semillas de amistad y cosechar la más pura felicidad. En cada línea, deseo transmitir emociones profundas y despertar los corazones de quienes me lean. Uniendo nuestras almas a través de la tinta, crearemos un vínculo eterno. Juntos, crearemos un mundo donde la amistad florezca y la felicidad sea nuestra cosecha. ¡Únete a mí en esta maravillosa aventura literaria!
Capítulo 36: Enfrentando a la Ex Novia
Narra Ayelén
Después de haber superado tantos obstáculos en nuestra relación, pensé que finalmente estábamos en un lugar seguro y feliz. Sin embargo, todo cambió cuando la ex novia de Tomás, Cintia, hizo su aparición.
Cintia era una mujer tóxica que había sido su novia en la escuela secundaria. Desde el momento en que la vi, pude sentir su energía negativa y su determinación de recuperar a Tomás. Me di cuenta de que había un nuevo obstáculo en nuestro camino.
Un día, mientras estaba en casa, recibí una llamada de Tomás. Su voz estaba llena de angustia y tristeza.
- Ayelén, necesito hablar contigo. Cintia ha vuelto y está amenazando con hacerte daño si no te dejo. No quiero que te lastime, pero me duele tener que dejarte.
Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras escuchaba sus palabras. Sabía que Tomás estaba tomando esta decisión para protegerme, pero también sabía lo mucho que le dolía tener que dejarla.
- Tomás, entiendo que estás tratando de protegerme. Pero no quiero que te sientas atrapado por esta situación. Juntos encontraremos una manera de superar esto.
Narra Tomás
Sentado en mi departamento, me sentía atrapado entre el amor que sentía por Ayelén y la amenaza de Cintia. Sabía que tenía que tomar una decisión difícil para proteger a Ayelén, incluso si eso significaba dejarla.
De repente, escuché un golpe en la puerta. Mi corazón se aceleró al reconocer la voz de Cintia al otro lado.
- Tomás, sé que estás ahí. No puedes esconderte de mí. Si no vuelves conmigo, haré mucho más que amenazar a Ayelén. Tú sabes de lo que soy capaz.
El miedo me invadió mientras escuchaba sus palabras llenas de veneno. Sentí que no tenía otra opción que ceder a sus demandas para proteger a Ayelén.
Desesperado, llamé a Ayelén y le pedí que nos encontráramos en un parque cercano. Sabía que tenía que hacer algo para mantenerla a salvo, aunque eso significara alejarme de ella.
En el parque, nuestras miradas se encontraron. Las lágrimas brotaban de mis ojos mientras le decía las palabras más dolorosas que jamás pensé pronunciar.
- Ayelén, no puedo seguir contigo. No te amo más. Es mejor que sigas adelante sin mí. No quiero que te lastimen por mi culpa.
El dolor se reflejó en su rostro mientras luchaba por entender mis palabras. La dejé allí, destrozada, sintiéndome como el peor ser humano por haberla abandonado.
Narra Ayelén
Confundida y con el corazón roto, vi a Tomás alejarse de mí en el parque. Sus palabras resonaban en mi mente, sin poder comprender cómo todo había cambiado tan repentinamente.
Las lágrimas caían por mis mejillas mientras intentaba asimilar lo que acababa de suceder. Sentí una mezcla de tristeza, enojo y traición. No podía entender cómo Tomás podía dejarme así, sin ninguna explicación clara.
Aunque mi corazón estaba destrozado, sabía que tenía que encontrar fuerzas para seguir adelante. No podía permitir que la amenaza de Cintia me consumiera por completo. Debía encontrar la verdad detrás de todo esto y luchar por nuestro amor.
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Capítulo 37: Entre lágrimas y sonrisas: El dolor de una ruptura y el camino hacia el perdón
Narra Ayelén
Ya ha pasado una semana desde mi ruptura con Tomás.
He faltado a clases durante toda la semana y según mi papá, no puedo faltar el lunes. Aún no le he dicho a mi padre sobre mi rompimiento con Tomás, le mentí diciéndole que me sentía mal.
Me pregunto cómo lo veré el lunes. ¿Como mi maestro o como mi exnovio?
Esto es realmente doloroso, no he dejado de llorar. ¿Por qué me hizo esto? ¿Por qué?
De repente, escucho que golpean la puerta de mi habitación.
- Cariño, ¿estás ahí? - pregunta mi papá.
- Sí, papá. ¿Qué pasa? - digo, secándome las lágrimas.
- ¿Puedo pasar? - pregunta.
- Adelante, papá - digo.
Mi papá entra a la habitación y se sienta a mi lado.
- ¿Qué te pasa, cariño? - pregunta, preocupado.
- Nada - digo, mirando al suelo.
- Últimamente no estás comiendo bien, no sales de tu habitación y no quieres ir a clases. ¿Dónde quedó mi dulce niña alegre? - dice, con tristeza en su voz.
- Papá, solo es por la escuela. Estamos en temporada de exámenes y siento que todo es más pesado - miento, tratando de ocultar mi dolor.
- Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿de acuerdo? - dice, con ternura.
- Sí, papá - sonrío, agradecida por su apoyo.
- Así me gusta verte sonreír - me besa en la frente -, bueno, me tengo que ir al trabajo.
- Me molesta que trabajes también los sábados - digo, sinceramente.
- Pero uno se acostumbra - dice, sonriendo -, adiós, mi niña.
- Adiós, papá - digo, con una sonrisa en el rostro.
Mi papá sale de mi habitación y yo me acuesto en mi cama, cubriéndome con una sábana.
Es agotador fingir una sonrisa cuando en realidad solo quiero llorar.
Narra Tomás
¿Qué ha pasado con mi dulce chica mermelada? Ha faltado a clases toda la semana... Esto me duele. A mí no me importa que me hagan daño a mí, perder mi empleo o terminar en la cárcel... Pero lo que dijo la bruja de Cintia sobre lastimar a Ayelén, eso nunca me lo permitiría. Aunque ahora soy yo quien está lastimando a la persona que más amo. Mi querida chica mermelada, espero que puedas perdonarme.
Las lágrimas comienzan a caer por mis mejillas.
Narra Ayelén
Lunes en el instituto
- Vamos, amiga, no estés triste - dice Sofía, intentando animarme.
- Si tú lo dices - respondo con voz pálida, sin mucha convicción.
- Aquí estamos para apoyarte - agrega Lucas, mostrando su apoyo incondicional.
- Gracias, amigos - digo con voz apagada, agradeciendo su presencia.
Llegamos al salón de clases y todos toman asiento.
Tranquila, Ayelén, respira. Él solo es tu profesor y tú eres su alumna.
Narra Tomás
- Buenos días, estudiantes - digo amablemente, tratando de ocultar el dolor en mi interior.
En ese momento, mis ojos se encuentran con los de Ayelén.
Ayelén, te amo. Te extraño mucho, pero no puedo arriesgarme a que te hagan daño por mi culpa.
Narra Ayelén
Me siento algo mareada, las emociones me están afectando.
- Bueno, continuemos con la clase - dice Tomás en un tono serio, intentando mantener la normalidad.
Estos mareos me están irritando, no puedo concentrarme.
- Ayelén, ¿te pasa algo? - pregunta Tomás, visiblemente preocupado por mi estado.
- Me siento algo mareada - respondo débilmente, luchando contra la sensación de malestar.
- Ve a la enfermería si quieres - sugiere él, preocupado por mi bienestar.
- No, no es necesario... - intento decir, pero de repente siento ganas de vomitar y corro rápidamente hacia el baño.
- Ayelén, ¿qué te pasa? - Tomás corre tras de mí, demostrando su preocupación.
- Ayelén, ¿estás bien? - dice Tomás, visiblemente preocupado por mi estado.
- A ti qué te importa - respondo bruscamente, empujándolo en el momento en que se acerca demasiado.
- Me importa porque te quiero - Tomás sujeta mis manos y me abraza, tratando de tranquilizarme.
- Si realmente te importara, no me hubieras lastimado de esta manera - dejo de resistirme y comienzo a sentir un nudo en la garganta.
- Lo siento - dice Tomás, apenado por sus acciones.
- Aun lo amo - las lágrimas comienzan a brotar de mis ojos - Fue difícil para mí que el chico que amaba me decepcionara tanto de un día para otro.
- De verdad lo siento, mi niña - siento las lágrimas de Tomás cayendo sobre mi hombro - Yo solo quería protegerte.
- ¿Protegerme? - pregunto confundida, sin entender sus motivos.
- Cintia me amenazó con hacerte daño - confiesa, con voz cargada de preocupación - Y la conozco lo suficiente como para saber que es capaz de cumplir sus amenazas.
- ¿Tomás? - mis ojos comienzan a cerrarse lentamente, sintiéndome cada vez más débil.
- Ayelén, ¿estás bien? ¡Responde! - exclama Tomás, desesperado por mi estado.
Todo a mi alrededor se vuelve oscuro, perdiendo la conciencia.
Me despierto en una camilla, confundida y desorientada.
- ¿Dónde estoy? - pregunto, tratando de entender mi situación.
- Estás en la enfermería, amiga - responde Sofía, quien está a mi lado.
- Te desmayaste - agrega Lucas, también a mi lado.
- ¿Cómo se te ocurre asustarnos de esta manera? - dicen los dos al unísono, mostrando su preocupación.
- Lo siento - digo débilmente, sintiéndome culpable por haberlos preocupado.
En ese momento, Tomás entra a la enfermería.
- Sofía, Lucas, ¿podrían salir un momento, por favor? Necesito hablar a solas con Ayelén - dice Tomás, solicitando privacidad.
Lucas y Sofía me miran y yo asiento con la cabeza.
- Está bien - dicen los dos al unísono y salen de la enfermería.
- ¿Cómo estás? - pregunta Tomás acercándose a mí, con una mezcla de preocupación y cariño en su voz.
- Estoy bien - respondo, tratando de parecer valiente.
- ¿Estás segura de que estás bien? - dice, acariciando mi mejilla con ternura.
- Bueno... todavía me siento débil - confieso, admitiendo mi vulnerabilidad.
- Ayelén... - me llama, buscando mi atención.
- Dime - respondo, mirándolo a los ojos.
- ¿Cómo estás de tu periodo? - pregunta, de repente.
- ¿Eh? - me sorprendo y busco en el calendario que está cerca de la camilla, quedando en shock al darme cuenta.
- ¿Qué pasa? - pregunta, notando mi reacción.
- No me había dado cuenta... pero tengo varios días de retraso - digo, sintiendo un nudo en la garganta mientras las palabras salen de mi boca.
- Creo que deberías hacerte una prueba - dice, con seriedad en su voz.
- ¿Una prueba? - repito, sin poder procesar la información por completo.
- Sí, una prueba de embarazo - dice, dejando caer las palabras en el aire.
- ¿Embarazo? - repito, sintiendo cómo el corazón se acelera y el miedo se apodera de mí.
- Sí - confirma, y me besa en la frente con ternura - Te veré en la salida. Si no te sientes bien, será mejor que te quedes aquí.
Tomás sale de la enfermería y yo me quedo sumergida en mis pensamientos.
¡Embarazada! Espera, no recuerdo haber utilizado protección las veces que estuvimos juntos. Por alguna razón, siento una mezcla de vergüenza y temor que me consume por dentro.
En la hora de salida, Sofía y Lucas vienen a verme un momento a la enfermería y luego se retiran, ya que tenían compromisos que atender.
Después, Tomás llega a la enfermería y me ayuda a levantarme. Juntos, decidimos ir a la farmacia a comprar una prueba de embarazo y luego nos dirigimos a su casa.
- No importa lo que diga esa prueba, te protegeré pase lo que pase. Sin importar lo que diga aquella persona, solo volveremos a ser tú y yo - dice Tomás, con determinación en su voz.
- Gracias - respondo emocionada, sintiendo el apoyo y el amor que me brinda en ese momento.
Entré al baño para hacerme la prueba, siguiendo las instrucciones al pie de la letra. Esperé el tiempo necesario y, al terminar, salí del baño sin mirar el resultado.
- ¿Qué salió? - pregunta Tomás, ansioso por conocer el resultado.
Ambos miramos la prueba al mismo tiempo y nuestros ojos se encuentran en un instante lleno de incertidumbre y emoción.
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Capítulo 38: El triunfo del amor y la valentía
Narra Ayelén
Tomas y yo nos abrazamos en silencio, sumidos en nuestros pensamientos.
- Salio negativo - rompí el silencio, anunciando el resultado de la prueba.
- Creo que me hubiera gustado que salga positivo - dijo sonriendo - Te amo - me besó - Perdóname por haber sido tan egoísta, lamento mucho haberte lastimado - dijo con sinceridad.
- No te preocupes, solo estabas pensando en mi bienestar - respondí con una sonrisa, sintiendo un alivio en mi corazón.
- Sin importar lo que suceda, siempre estaré contigo porque te amo - declaró, transmitiendo su amor incondicional.
- Yo también te amo - dije, y nuestros labios se unieron en un beso cargado de amor y esperanza.
- Y en el futuro, esa prueba dará positivo y formaremos una hermosa familia juntos - dijo con convicción - ¿Entonces, a qué se debió tu mareo? - preguntó, curioso por saber la causa de mi malestar.
- No he estado comiendo bien desde que terminamos - confesé, reconociendo mi descuido en cuidar mi alimentación.
- Amor, debes alimentarte adecuadamente, incluso si no tienes hambre. Quiero que comas algo, aunque sean unas galletitas. ¿Está bien? - propuso, mostrando su preocupación por mi bienestar.
- ¿En serio? - pregunté, sonriendo ante su gesto de amor y cuidado.
- Entonces, ¿quieres que te lleve a tu casa o prefieres quedarte con el futuro padre de tus hijos? - preguntó, con una sonrisa pícara en su rostro.
- Mmm... - fingí pensar, jugando con él - Creo que prefiero irme.
- ¿Por qué eres así? - preguntó, haciendo un puchero adorable.
- Es broma - dije riendo - Claro que quiero quedarme con el hombre que amo - lo besé tiernamente - Estoy de vuelta con el amor de mi vida, no me separaré de ti tan fácilmente.
- Entonces... Ayelén Valencia, ¿me harías el honor de ser mi novia nuevamente? - preguntó, acariciando mi cabello con ternura.
- Sí... sí quiero - respondí con una sonrisa radiante, sintiendo una oleada de felicidad invadir mi ser.
- ¿Y también podrías perdonar las estupideces que hizo este chico? - preguntó, buscando mi perdón sincero.
- Claro que te perdono - afirmé, mirándolo a los ojos con amor y comprensión.
- Nunca dejaré de amarte - dijo, con una sinceridad conmovedora.
- Ni yo a ti - afirmé, sintiendo cómo nuestro amor se fortalecía con cada palabra compartida.
Mientras disfrutábamos de nuestro amor recién reencontrado, escuchamos un golpe en la puerta. Nos miramos confundidos, sin esperar a nadie más en ese momento. Tomas se levantó y fue a abrir, revelando a Cintia parada frente a nosotros, con una expresión de rabia en su rostro.
- ¿Qué haces aquí, Cintia? - preguntó Tomas, tratando de mantener la calma.
- No puedes terminar conmigo, Tomas. Eres mío y de nadie más - dijo Cintia, con voz amenazante.
Valiente y decidida, saqué mi teléfono y comencé a grabar discretamente la escena sin que Cintia se diera cuenta. Sabía que necesitábamos pruebas para poner fin a esta situación de una vez por todas.
- Cintia, esto se acabó. No tienes ningún derecho sobre mí ni sobre Ayelén. Te pedimos que te vayas y nos dejes en paz - dijo Tomas, firme en su decisión.
Cintia se enfureció aún más y se acercó amenazante hacia mí. Fue en ese momento que decidí revelar mi as bajo la manga.
- Detente, Cintia. Tengo algo que deberías ver - dije, mostrándole el video que acababa de grabar.
Cintia se quedó sin palabras al ver su propia amenaza registrada en video. Finalmente, entendió que sus acciones tenían consecuencias y que no podría seguir manipulando a Tomas ni a mí.
- Esto... esto no puede ser verdad - balbuceó Cintia, sintiendo cómo se le escapaba el control de la situación.
- Lo siento, Cintia, pero hemos decidido tomar medidas legales. No permitiremos que sigas amenazándonos ni haciéndonos daño. La policía ya está al tanto de todo esto - dije, con determinación en mi voz.
Cintia se quedó en shock mientras Tomas y yo llamábamos a la policía para denunciar las amenazas y mostrarles el video como evidencia. Poco después, la policía llegó y se llevó a Cintia bajo custodia.
Con Cintia fuera de nuestras vidas, con Tomas finalmente pudimos respirar aliviados. Decidimos celebrar nuestra libertad y el comienzo de una nueva etapa en nuestra relación. Organizamos una cita especial, llena de risas, complicidad y amor, disfrutando de la compañía del otro y dejando atrás las sombras del pasado.
El amor triunfó sobre la adversidad y Tomas y yo nos prometimos estar juntos en cada paso del camino, superando cualquier obstáculo que se interponga en nuestra felicidad.
¡Y así, nuestra historia de amor continuó, más fuerte que nunca!
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Capítulo 39: El compromiso en el atardecer: Un nuevo comienzo lleno de amor
Narra Ayelén
Han pasado dos años desde que conocí al amor de mi vida. Hemos enfrentado varios obstáculos y nos hemos separado en ocasiones, pero el amor siempre triunfa al final.
Hoy es el día de mi graduación, y también mi cumpleaños número 18. Aún no puedo creerlo, ¡estoy tan feliz!
- ¿Ayelén? - Los ojos verdes de Tomas se posaron en mí.
- ¡Amor! - exclamé, acercándome para darle un beso.
- ¿Estás nerviosa? - preguntó, preocupado.
- Un poco - respondí, abrazándolo.
- Tranquila, amor. Respira y recuerda que siempre estaré aquí para ti - dijo, reconfortante.
- Simplemente eres el mejor - dije, besándolo con cariño.
En ese momento, mi padre entró a mi habitación.
- ¿Nos vamos? - dijo, mostrando su entusiasmo.
- Sí, papá - respondí, emocionada.
Tomas tomó mi mano y subimos a su auto, dirigiéndonos hacia el instituto.
Durante el trayecto, sentí una mezcla de emoción y nostalgia. Estaba a punto de cerrar un capítulo importante en mi vida y comenzar uno nuevo lleno de posibilidades.
Al llegar al instituto, me sentí abrumada por la cantidad de personas y la atmósfera festiva que reinaba en el lugar. Mis amigos y compañeros de clase estaban por todas partes, ansiosos por celebrar este día especial.
Tomas me acompañó durante toda la ceremonia, sosteniendo mi mano y brindándome su apoyo incondicional. Sus palabras de aliento y su presencia calmante me dieron la confianza necesaria para enfrentar el escenario y recibir mi diploma con una sonrisa radiante.
Al escuchar mi nombre ser anunciado, sentí una oleada de orgullo y gratitud. Miré hacia donde estaban mi padre y Tomas, y supe que no estaba sola en este logro. Había tenido el amor y el apoyo de las personas más importantes en mi vida.
Después de la ceremonia, nos reunimos con familiares y amigos para celebrar este hito en mi vida. Las risas, los abrazos y las felicitaciones llenaron el ambiente, creando recuerdos inolvidables.
Mientras brindaba con mis seres queridos, sentí una sensación de felicidad y gratitud por todo lo que había logrado y por las personas que me rodeaban. Sabía que este era solo el comienzo de un nuevo capítulo en mi vida, lleno de oportunidades y desafíos.
- Gracias a todos por estar aquí y por ser parte de este momento tan especial. No podría haberlo logrado sin su amor y apoyo incondicional - dije, levantando mi copa en un gesto de agradecimiento.
Tomas me miró con orgullo y cariño, y supe que estábamos listos para enfrentar juntos todos los desafíos que el futuro nos deparaba.
¡Y así, con la graduación como un punto de partida, nuestra historia continuó, llena de amor, esperanza y un futuro prometedor!
Después de la celebración de mi graduación, Tomas me llevó a un lugar especial. Era un hermoso jardín iluminado por luces brillantes y rodeado de flores fragantes. El ambiente era mágico y lleno de amor.
- Ayelén, estos dos años han sido los más maravillosos de mi vida. Tu amor, tu fuerza y tu apoyo incondicional han sido mi mayor inspiración - dijo Tomas, mirándome con ojos llenos de ternura.
Mi corazón latía con fuerza, sintiendo que algo especial estaba a punto de suceder.
- Cada momento a tu lado ha sido un regalo, y no puedo imaginar mi vida sin ti. Eres mi compañera, mi amor y mi mejor amiga. Quiero pasar el resto de mi vida contigo - continuó, tomando mi mano y arrodillándose frente a mí.
Mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad mientras él sacaba una caja pequeña de su bolsillo. La abrió lentamente, revelando un hermoso anillo de compromiso.
- Ayelén Valencia, ¿harías el honor de ser mi esposa? ¿Te casarías conmigo? - preguntó, con voz llena de emoción y amor.
No podía contener mi emoción y mi alegría. Las lágrimas rodaron por mis mejillas mientras asentía repetidamente.
- ¡Sí, sí, mil veces sí! - exclamé, apenas pudiendo articular las palabras. Me arrodillé junto a él y nos abrazamos, sellando nuestro compromiso con un beso lleno de amor y promesas para el futuro.
En ese momento, el jardín se iluminó con fuegos artificiales, creando un espectáculo de luces y colores que reflejaban la alegría y la magia de nuestro amor.
La noticia de nuestra compromiso se extendió rápidamente entre nuestros amigos y familiares, y pronto nos rodearon con felicitaciones y abrazos. Sentíamos el amor y la alegría de todos los que nos rodeaban, y sabíamos que estábamos rodeados de personas que nos apoyaban y nos deseaban lo mejor.
Desde ese día, comenzamos a planificar nuestra boda, llena de detalles únicos y personales que reflejarían nuestra historia de amor. Queríamos que fuera un día inolvidable, lleno de amor, risas y momentos especiales.
Y así, mientras caminábamos juntos por el jardín, manos entrelazadas y corazones rebosantes de felicidad, sabíamos que nuestro amor había triunfado una vez más. Estábamos listos para embarcarnos en esta nueva aventura juntos, construyendo un futuro lleno de amor, complicidad y felicidad.
¡Y así, nuestra historia de amor continuó, con un compromiso que sellaba nuestro amor para siempre!
Decidí estudiar letras, ya que siempre me ha apasionado la literatura y el poder de las palabras para transmitir emociones y contar historias. Sumergirme en este mundo me permitiría explorar mi creatividad y compartir mi amor por la escritura con los demás.
Junto a Tomas, comenzamos a escribir un libro titulado "El Profesor y su Alumna". Esta historia se basa en nuestra propia experiencia de amor y superación. Queremos plasmar en sus páginas los desafíos que enfrentamos, las lecciones que aprendimos y cómo el amor fue el motor que nos impulsó a seguir adelante.
La trama se desarrolla en un pequeño pueblo, donde un profesor de literatura y su joven alumna se encuentran en un momento crucial de sus vidas. A medida que los personajes se conocen y comparten sus pasiones por la literatura, surge una conexión especial que va más allá de lo académico.
A lo largo del libro, exploramos temas como el poder del amor, la importancia de la confianza y el valor de luchar por nuestros sueños. A medida que los protagonistas enfrentan obstáculos y se enfrentan a sus propios miedos, descubren que su relación es mucho más profunda de lo que imaginaban.
A través de descripciones vívidas, diálogos auténticos y momentos emotivos, buscamos transportar a los lectores a nuestro mundo y hacerlos sentir parte de nuestra historia. Queremos que se sumerjan en las páginas y se conecten con los personajes, experimentando sus alegrías, tristezas y triunfos.
Con cada palabra que escribimos, nuestro objetivo es transmitir la esencia de nuestro amor y compartirlo con el mundo. Queremos que los lectores se sientan inspirados y crean en el poder del amor verdadero, incluso en los momentos más difíciles.
A medida que avanzamos en la escritura de nuestro libro, nos damos cuenta de que no solo estamos contando nuestra historia, sino también explorando temas universales que resuenan en todos nosotros. Esperamos que "El Profesor y su Alumna" sea una obra que toque los corazones de quienes lo lean y los invite a reflexionar sobre sus propias vidas y relaciones.
Con cada página que escribimos, nos acercamos más a completar nuestro libro y compartirlo con el mundo. Estamos emocionados por la oportunidad de ver nuestra historia de amor convertida en palabras impresas, y esperamos que inspire a otros a creer en el poder del amor y la superación.
¡Y así, nuestra pasión por la literatura se fusiona con nuestra historia de amor en "El Profesor y su Alumna", un libro que esperamos que toque los corazones de quienes lo lean y los inspire a creer en el poder del amor verdadero!
- Autor: Reb Liz ( Offline)
- Publicado: 16 de febrero de 2024 a las 09:43
- Comentario del autor sobre el poema: Queridos lectores Es un honor compartir con ustedes esta historia que ha nacido desde lo más profundo de mi corazón. Cada palabra, cada personaje y cada emoción plasmada en estas páginas ha sido creada con amor y dedicación. Espero que al sumergirse en estas letras encuentren momentos de alegría, inspiración y conexión. Mi mayor deseo es que esta historia toque sus corazones y les brinde un escape a un mundo lleno de emociones y posibilidades. Agradezco de todo corazón su apoyo y compañía en este viaje literario. Sin ustedes, mis queridos lectores, estas palabras no tendrían sentido. Espero que disfruten de esta aventura tanto como yo disfruté escribiéndola. Con gratitud.
- Categoría: Sin clasificar
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