La calle de sonar no deja
noches de fiesta eterna
días de tráfico infernal.
Llegaron aquí un día
una gran esperanza había
la vida distinta sería
en una palabra: oportunidad.
¿Oportunidad?
El precio, atrás se dejó
largos desvelos experimentaron
marcados en la piel quedaron.
Noches frías de invierno
estómago sin alimento
días sin sol
minutos largos
esperando un pequeño trago.
Soledad en los tejidos se impregnaba
una caricia se necesitaba
al tiempo, interés por el otro se acababa.
La calle tranquila, casi vacía
noches de grillos cantores veían
días envueltos de serenidad vivían
el pasado, se dejó atrás.
- Autor: Marcelo López ( Offline)
- Publicado: 21 de febrero de 2024 a las 01:41
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: alegazpa, Llaneza
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