Piedras preciosas,
del mar del ágata,
son los cristales aguamarina
que, transparentes como las lágrimas
dan, de sus ojos,
miradas cándidas.
Y de los párpados
y las pestañas
surgen glaciares contemplaciones
que hielan tanto más que la escarcha,
a veces duelen
y a veces matan.
Esos joyeles,
verde esmeralda,
son los adornos que resplandecen
sobre su rostro de ondina pálida.
¡Verdes delirios,
dadme esperanza!
- Autor: Raúl Carreras ( Offline)
- Publicado: 23 de febrero de 2024 a las 09:07
- Categoría: Amor
- Lecturas: 23
- Usuarios favoritos de este poema: Mercedes Bou Ibáñez, Martha patricia B, LORENZO ARATU, Classman, alicia perez hernandez, Miguel Ángel Miguélez, Pilar Luna
Comentarios1
Tienen musicalidad tus versos Raul.
Me gustaron, aunque no pude identificar la estructura.
Un abrazo.
Muchas gracias, Lorenzo.
En cuanto a la estructura, si tiene nombre lo desconozco.
Alterna versos pentasílabos con decasílabos, rimando en asonante los pares.
La alternancia de esta métrica es algo que he visto en poemas de Bécquer, por ejemplo "Cendal flotante de leve bruma...", con otro tipo de rima, que yo probé en:
Silban los vientos en los alcores
claves secretas de esos amores
que, misteriosos
por sigilosos,
guardan pasiones irreverentes
en sus corrientes.
Callan enigmas, entre las brisas,
de sus querencias más indecisas,
porque son vientos
con mil lamentos
que ora suspiran en soledades
por nimiedades.
Y del murmullo del remolino
sólo perciben un clandestino
rumor discreto
que, del secreto,
mece cautelas y sutilezas
que orlan tristezas.
Pero esta vez lo he querido hacer de forma arromanzada.
Un saludo.
Así es, al principio pensé era un tipo de Silva arromanzada (podría ser), pero al ser versos más cortos, tienen otra musicalidad otro ritmo,
De todas maneras ma gustaron.
Un abrazo Raúl.
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