Hay muchas cosas sobre las cuales escribir, referirse, admirar y enamorarse.
La tinta al contacto con la hoja también es una forma de eyaculación y procreación y parto.
La hoja se aglutina de este azul rojo negro verde semen multicolor que preña estas blandas y vírgenes cuadrículas, es un orgasmo permanente para la punta del lápiz este proceder, por lo que la palabra nace, se da a luz el verbo.
El hombre se reproduce como la palabra.
Y es que todo contacto es creador. Todo es nuevo, empezar, comienzo, luz, amanecer, todo descansa en lo obscuro, y todo se levanta en parsimonia y reverbero.
Ahora la letra, las minúsculas compañeras, amantes, partidarias de la poligamia, kamazutrescas, solidarias, proteínicas, picarescas, afrodisíacas. Forman palabras que en compañía de sus próceres o medias naranja, evocan arritmias, emiten erosiones, impulsan saciedades, crean lazos alquímicos, oraciones celestes, nos bendicen, nos crean, nos ceden el poder.
Somos racionales por poseerte palabra, perteneces a Dios, te extraviaste en nuestras manos.
Somos potencia sobre la vida hermana porque en nosotros habitas. Tú eres el verbo, aunque palabra tú juzgues.
Eres conocimiento y poder, pero eres creación, eres juicio.
Eres tú la distancia oh belleza,
Eres tú el trabajo oh herrumbre,
Eres tú la guerra oh verdad,
Eres tú la muerte, potestad.
Si no tuviéramos juicio, razón, certeza de tu existencia, te amaríamos a ti Dios, (cual animales indistintos, pusilánimes) domador de tan bella fiera, flor y primavera.
Esta es nuestra pena, la complejidad de la palabra, su tan amplia inmaculada existencia, se nos hirió de muerte con su ciencia, pues no tenemos el santo poder, la perfección de la que viene.
Palabra, potestad, ángel, potentísimo amor que en nosotros viertes.
La palabra no es vida en el hombre sino muerte, pues es puerta abierta a lo que el hombre no comprende. La palabra es instrumento de Dios, nosotros no le merecemos ni le correspondemos, somos pequeños y fugaces para tan amplia llave.
Nosotros los poetas te reverenciamos palabra con hipocresía y arrepentimiento, con dolor te besamos la boca, para entregarnos con mesura a la rutinaria muerte.
- Autor: Lamar (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 24 de febrero de 2024 a las 13:46
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 9
Comentarios1
Gracias por comentar... saludos.
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