Te veo en la naturaleza,
en el aleteo de las aves,
en el aire que te trenza el cabello,
y en el verde de las hojas.

Veo en tus ojos,
el rojo y ardiente
fuego de pasión
que nubla mi juicio.

Eres una hermosa
flor acendrada recien plantada
en los campos del edén
donde bailan y juegan los ángeles.

Me recuerdas
al grato olor
de mil rosas blancas
puras y tenaces.

Aquel jardín,
donde la luz lunar cubría el cielo.
Aquel jardín,
donde me recostaba en tu regazo.

Estar sin ti,
genera en mi, sentimientos inexplorados.
Estar sin ti,
hace que un collar de cuerda penda de mi.

La misma Venus,
celosa de todo tu ser,
aisla nuestro amor
y al fin sin aire me quedo yo.

Cerca del río,
lleno de serpientes hambrientas de almas.
Cerca del río,
donde la luz no sale y huyes de tinieblas llenas de artimañas.

Cerca de la primavera,
donde tus alas abrieron vuelo.
Cerca de la primavera,
al fin comprendo, que debo alejarme de ti primero.