A mis conductores, para mi vitalidad,
le hacen falta aquel líquido de febrilidad,
por eso recurro al rufián
que recorrerá los suburbios
de mi alma tramo por tramo: el licor;
ese que atice mi ser, como ella,
que recree su presencia y su encanto,
simplemente porque la busco, y
quiero entregarme a ti
vino de bendición, esta noche,
como si estuviera ella aquí,
lista para la calidez del derroche.
- Autor: GDA ( Offline)
- Publicado: 25 de febrero de 2024 a las 23:15
- Categoría: Amor
- Lecturas: 8
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