Cada vez que te recuerdo, un mar de lágrimas rodea mi cuerpo;
Cada vez que miro tus fotos y descubro que eres feliz sin mi presencia, una tristeza inconmensurable hace que mi cuerpo se derrumbe y que mi mente divague;
Siento el dolor de la nostalgia agitándose en mi interior, recuerdo aquello que un día tenía sus ojos puestos en mí un día, y hoy no es así.
El recuerdo de tu mirada y la mía disfrutando de una tarde en aquel parque guiados por la nostalgia de los años que han pasado mientras tú estabas recostada en mi regazo, mirándome con esos ojos, esos ojos lujuriosos llenos de juventud, de sinceridad y entrega sincera.
Esos ojos que se preguntaban con inocencia si yo por ti suspiraba, y que me preguntaban sin decir palabras si acaso yo no me daba cuenta de lo que estaba ocurriendo en ese momento entre nosotros:
De que en ti estaba naciendo el amor que durante tantos años mi timidez nunca tuvo la oportunidad de demostrarte. Yo siempre tuve que verte de lejos. Verte a la salida a metros de distancia del colegio a tu recorrido a casa y yo apretaba el paso para poder por fin hablarte y ganarme tu Corazon. Que tristeza me corría al ver que te despedías de mi en la via de tu casa a la mia y yo que tantas veces me quedaba con las ganas de acompañarte hasta tu casa deseando saber donde vivías. Incluso recuerdo aquel ultimo día del ultimo año escolar en el que tu te despediste de mi y como al año siguiente que te volví a ver en aquella kermes te di la espalda y fingí no verte sentada en aquel banco presentando a las niñas a tu primer amante; Me hice el ciego, les di la espalda, y fui el único que no quiso saludar ni mirarte para que no me delataran los celos y el dolor de saber que no pude ser aquel. Yo suspiraba y me decepcionaba inclinando la cabeza en aquel pupitre pensando y acumulando sentimientos por ti porque para mi ya era tarde de decirte lo que sentía tan solo por escuchar a los compañeros bromear diciendo que tu y alguno de ellos eran novios o que eran la pareja ideal. Yo trataba de llamar tu atención poniéndote nombres o tocándote sin que te dieras cuenta para que notaras mi presencia, para que me vieras a los ojos; Que pena haber sido siempre el que te mira de lejos; Me dolía y aun me duele no haberte expresado nunca cuan importante fuiste para mi.
El día de nuestro reencuentro te miré desde el balcón. Tú me llamaste porque tenías deseos de ir a verme, pues teníamos años sin vernos.
Bajé las escaleras nervioso y como siempre ensimismado, lidiando con el dolor y el sufrimiento que me causaron otros durante años, distanciado de todo hasta aliviarme de los daños.
El solo hecho de saber que estabas ahí, en la rotonda de mi hogar, esperando por mí hizo que mis heridas se aliviaran por un momento, pues tú esperabas ansiosa volver a verme;
Y como tenía tantos años sin verte, agité mis pasos y me acerqué a ti con paso firme.
Tras tantos años amándote sin nunca confesártelo, aceleré el paso desde mi puerta hasta ti; Y te tuve frente a mí después de tantos años ansiándolo, te di un beso de amistad en la mejilla y un abrazo tan fuerte que te transmitiera el amor que durante tantos años la timidez desgraciada de mi infancia guardara y nunca te lo confesara.
Te abracé más de 3 veces y mis abrazos te gustaron tanto que cuando me pediste arreglarme para irnos a caminar por aquel parque me pediste que volviera a hacerlo, que volviera a abrazarte y yo feliz accedí.
Siempre te quise y me duele saber que han pasado más de 30 años y sigo siendo incapaz de olvidarte. Incapaz de superar el hecho de que te fuiste y nunca te despediste.
Ninguna mujer que conocí después ha logrado hacerme sentir lo que sentí por ti. Tú dejaste huella en mí. Y aunque mi cuerpo sea de otra, de mi alma y de mi mente siempre serás dueña.
Me duele y me quema por dentro el no haber besado aquellos labios aquella noche que fui a visitarte. Maldije mi inexperiencia y la timidez de mi inocencia por arruinar aquel momento que ansiaba durante tantos años.
Envidio a todos los hombres que han tenido la dicha de besar aquellos labios. Yo quería darte todo de mí, ganarme tu amistad, ser tu mejor amigo, tu compañero, tu amante de toda la vida. Regalarte el mundo si eso estuviese en mis manos. Verte y hacerte feliz toda la vida si fuera necesario.
Yo quería ser el mejor y el último de tus amantes; Quería tener una hija con tu nombre y que tú fueras su madre; Yo quería ser tu refugio, tu auxilio en los días que desearas volver a ser niña, mujer.
No quería ser aquel que te hiciera llorar como lo hizo aquel que tuvo la dicha de ser tu amante. Me duele no haber besado aquellos labios, es verdad, pero me duele incluso más no haberme tomado una foto contigo antes de tu partida.
Cruel destino que de mí te arrebata y me maldice por no haber tenido la valentía de besarte aquella noche que fui a visitarte.
Yo fui quien más te amó y que pasó por tu vida como un forastero.
Incontables han sido las noches que he deseado morir, soñando que estás conmigo y decepcionarme cada mañana al ver que de mi vida te has ido.
¡Cruel destino! Te mudaste sin despedirte de mí. Y no dejo de pensar que tal vez te enojaste conmigo por no haberte dado un beso o si porque te sentiste sola y no había nadie a quien le importara tu ausencia.
Me dolió tanto saber que te habías ido sin despedirte de mí como si no fuéramos nada, como si no fuéramos amigos, como si no hubiésemos sido compañeros de colegio.
Tanto fue mi dolor por tu ausencia que volví a aquella casa que dejaste abandonada y estuve días mirando desde afuera(y a veces aun lo hago), imaginando aquella noche que fui a visitarte y rememoré aquel beso que mi timidez no fue capaz de darte.
Te fuiste para siempre de aquella casa, no volviste jamás.
Te confieso que ninguna mujer me ha hecho sentir vulnerable como lo hiciste tú, ninguna me importa ni me inspira tanto como lo hiciste tú.
Prometo atesorar tu recuerdo por el resto de mi vida, pero no estoy seguro de querer vivir tantos años con el dolor de tu partida; sin escuchar tus elogios, sin escuchar tu risa; sin tus abrazos y con el dolor del recuerdo del beso no dado.
Prometo atesorar tus encantos, tu distancia, tu decepción, tu silencio y... tu olvido.
Prometo hacerte mi musa y la dueña de mis letras mientras me quede vida, mientras me queden años; prometo amar tu recuerdo aunque me encuentre en el abismo de la locura, seguiré repitiendo tu nombre, seguiré recordando aquel día que estuvimos en aquel parque.
Espero que la vida te bendiga siempre; Que seas muy feliz, y que tengas todos los hijos que yo no puedo darte.
Te pido perdón.
Hasta siempre, Esmeralda.
- Autor: eleg ( Offline)
- Publicado: 28 de febrero de 2024 a las 08:51
- Comentario del autor sobre el poema: Significa todo para mi. El dolor de un sentimiento que se calla El dolor del arrepentimiento. El dolor de dejar ir un amor y saber que ella no fuera para ti mas que una lección; La lección de no mentir, de no dejarse derrumbar por las heridas del pasado y querer tener lejos a la gente que amas. Significa no ser tan egoísta con uno mismo y dedicarle así sea un momento a un ser querido. Significa no quedarse con las ganas. SIGNIFICA: Decirle todo lo que sientes, de no callar nada aun si el sentimiento no es mutuo, tener la Valentia de confesarlo. Significa saber: Que el dolor de un amor que se va pesa menos que el dolor del arrepentimiento de nunca haberle dicho cuanto la amaba. Significa no dejar que las condiciones de salud, las enfermedades ni las heridas de un pasado te hagan olvidar quien eres, despreciar y dejar ir a quien amas sin decírselo, pero mas que nada: significa el no fallarse a uno mismo. Que esto sirva de lección para quien lo necesite
- Categoría: Amor
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: 🇳🇮Samuel Dixon🇳🇮, MISHA lg
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.