Preso estoy bajo tus alas de ángel,
de las que… tantos intentos hice
para alejarme de ellas, pero no pude,
porque fueron tus tratos de ternura y exclusividad
que me guiaron hacia el sendero en el cual arribé
ignotamente, finalizando en tu paraíso de eternidad,
¡oh! recinto que irradia su cristalinidad
donde reposa mi consuelo en su fluctuación,
intentaste camuflarte de ángel de oscuridad,
y aun así, oh mía, seguías con tu divinidad;
y si en la demencia alejarme intento
de tu morada que me enciende, será falsedad
en mi pretensión, pues tu imagen se eleva
como una diosa en mi pensamiento.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.