Una mañana le cante al dolor,
con el corazón lleno de temor,
susurré con voz de tristeza,
pero también de fortaleza.
Le hice saber que estaba presente,
que no podría vencerme fácilmente,
que aunque me hiciera sufrir,
yo seguiría de pie, sin mentir.
El dolor me miró con sorpresa,
quizás no esperaba tal firmeza,
pero sabía que en mí encontraba,
un espíritu que nunca se quebraba.
Así que seguí cantándole,
con la esperanza de que entendiera,
que aunque me lastimara por dentro,
yo seguiría luchando sin pensarlo siquiera.
Porque el dolor es solo una prueba,
una sombra que se desvanece,
y yo soy más fuerte de lo que parece,
porque en mi interior arde una llama que no perece.
“Serl “
- Autor: Simón Eduardo Rodríguez lopez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 29 de febrero de 2024 a las 00:07
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 8
- Usuarios favoritos de este poema: Mauro Enrique Lopez Z.
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