Como una joven que anhela ser escritora, no me considero una poeta, simplemente soy una chica que plasma en papel sus pensamientos y vive cada palabra que escribe. Busco un lugar fértil donde sembrar semillas de amistad y cosechar la más pura felicidad. En cada línea, deseo transmitir emociones profundas y despertar los corazones de quienes me lean. Uniendo nuestras almas a través de la tinta, crearemos un vínculo eterno. Juntos, crearemos un mundo donde la amistad florezca y la felicidad sea nuestra cosecha. ¡Únete a mí en esta maravillosa aventura literaria!
Capítulo 5: Emociones en armonía
Narra Isabella
Al día siguiente me desperté a las 6 am, pero me había costado conciliar el sueño la noche anterior. Estuve pensando en el Profesor Mendoza durante horas, su imagen y su voz resonaban en mi mente sin cesar.
Su risa contagiosa, la pasión con la que enseña composición musical, y esos hermosos ojos cafés que parecen leer mi alma. Cada vez que pienso en él, mi corazón se acelera y siento mariposas en el estómago.
Después de tender mi cama, me dirigí al baño y dejé que el agua caliente de la ducha calmara mis pensamientos. Mientras el agua caía sobre mi cuerpo, cerré los ojos e imaginé estar en una de las clases del Profesor Mendoza, aprendiendo y creciendo como músico.
Una vez que salí de la ducha, envuelta en una suave toalla, me paré frente al espejo y me miré detenidamente. Mi reflejo mostraba una mezcla de emoción y nerviosismo. Sabía que hoy sería otro día emocionante en la Universidad Musical de Nueva York.
Me vestí cuidadosamente, eligiendo un vestido floreado que resaltara mi personalidad y unos zapatos de tacón bajo que me permitieran moverme con gracia por los pasillos del campus. Mientras me arreglaba el cabello y me aplicaba un poco de maquillaje, no pude evitar pensar en cómo me vería a los ojos del Profesor Mendoza.
Bajé las escaleras y encontré a mi mamá en la cocina, preparando un delicioso desayuno. El aroma del café recién hecho llenaba la habitación y despertaba mis sentidos.
- Buenos días, papá y mamá - dije con una sonrisa radiante.
- Buenos días, cariño. ¿Lista para el segundo día de clases? - preguntó mi mamá con entusiasmo.
- ¡Súper lista! - respondí emocionada -. Aún no puedo creer que esté estudiando en la prestigiosa Universidad Musical de Nueva York. Es un sueño hecho realidad.
Mi papá levantó la vista de su periódico y me miró con orgullo en sus ojos.
- Estamos muy orgullosos de ti, Isabella. Sabemos que tienes un talento excepcional y estamos emocionados de ver cómo creces y te conviertes en la gran músico que estás destinada a ser - dijo mi papá con una sonrisa cálida.
Sus palabras me llenaron de confianza y determinación. Sabía que tenía el apoyo incondicional de mi familia y eso me daba fuerzas para enfrentar cualquier desafío en mi camino hacia el éxito musical.
Después de un desayuno reconfortante, me despedí de mis padres y me encaminé hacia la universidad. Mi mamá amablemente me prestó su auto, ya que el mío estaba en el taller debido a un pequeño accidente. Aunque estaba agradecida por su generosidad, no podía evitar sentir una punzada de vergüenza al recordar cómo sucedió todo.
Intenté explicarles a mis padres lo sucedido, pero las palabras se atascaron en mi garganta. ¿Cómo podía admitir que rechacé la ayuda de la persona que me chocó? Sabía que sería un gran problema para ellos, especialmente porque esa persona resultaba ser mi profesor de composición musical, el Profesor Mendoza. Desde el momento en que lo vi por primera vez, su presencia había despertado emociones en mí que nunca antes había experimentado.
- Isabella, ¿qué sucedió exactamente? - preguntó mi mamá con una mezcla de preocupación y curiosidad en su voz.
Traté de encontrar las palabras adecuadas, pero me sentía atrapada entre la verdad y la necesidad de proteger a mis padres de la realidad incómoda.
- Fue solo un pequeño accidente, mamá. No te preocupes demasiado - respondí, tratando de sonar convincente.
Mi papá frunció el ceño mientras me miraba fijamente.
- Isabella, sabes que siempre podemos ayudarte. No necesitas enfrentar estas cosas sola. ¿Por qué rechazaste la ayuda de la otra persona involucrada en el accidente? - preguntó con una expresión de confusión en su rostro.
Tragué saliva y desvié la mirada, sintiéndome culpable por ocultarles la verdad. No podía decirles que la persona que me chocó era el Profesor Mendoza, alguien que despertaba emociones encontradas en mí.
- Fue solo un impulso momentáneo, papá. Me puse nerviosa y no supe cómo reaccionar adecuadamente. Pero estoy bien, de verdad - respondí, tratando de sonar segura de mí misma.
Mis padres intercambiaron una mirada preocupada y luego suspiraron.
- Isabella, sabemos que eres una joven inteligente y capaz, pero también es importante que aprendas a aceptar la ayuda de los demás cuando la necesites. No tienes que enfrentar todo sola - dijo mi mamá con voz suave pero firme.
Asentí con la cabeza, sintiendo una mezcla de gratitud y frustración. Sabía que mis padres tenían razón, pero también sabía que la situación era mucho más complicada de lo que podía expresar en palabras.
Llegué a la universidad y mi mejor amiga, Anabella, me estaba esperando en el estacionamiento. Entramos juntas, conversando y riendo mientras nos dirigíamos a nuestras respectivas aulas.
Mi segundo día en la universidad fue emocionante y lleno de expectativas. A las 7 am, tenía la clase de Análisis Musical con el profesor Federico Acosta, donde explorábamos las distintas estructuras y elementos de la música. A las 8 am, seguía la clase de Improvisación con la Profesora Alejandra Báez, donde dejábamos volar nuestra creatividad y nos sumergíamos en la magia de la improvisación musical. A las 9 am, asistía a la clase de Educación Musical con el profesor Alberto Sánchez, quien nos enseñaba la importancia de transmitir el amor por la música a las futuras generaciones. A las 10 am, tenía la clase de Dirección de Coro u Orquesta con la profesora Liliana Quin, donde aprendíamos a liderar y coordinar grupos musicales. Y finalmente, a las 11 am, me esperaba la clase de Producción Musical con el profesor Armando Navarro, donde explorábamos las técnicas de grabación y producción de música.
Sin embargo, lo que más me inquietaba era la última clase del día: Composición Musical con el Profesor Lucas Alejandro Mendoza. La materia en sí era fascinante, pero cada vez que veía al Profesor Mendoza, mi corazón se aceleraba y mis manos se volvían sudorosas. Era una mezcla de admiración y nerviosismo que no podía controlar.
Mientras caminaba hacia el aula de Composición Musical, sentía una mezcla de emoción y ansiedad. Sabía que esta clase sería un desafío, pero también una oportunidad para crecer como compositora. Sin embargo, la presencia del Profesor Mendoza añadía una capa adicional de tensión y emoción a la experiencia.
Al entrar al aula, pude sentir la energía vibrante de mis compañeros de clase. Todos estábamos ansiosos por aprender y compartir nuestras creaciones musicales. El Profesor Mendoza, con su aura carismática, se situó frente a nosotros y comenzó la clase con entusiasmo.
- Buenos días a todos - saludó el Profesor Mendoza con una sonrisa cálida -. Hoy vamos a explorar diferentes técnicas de composición y cómo pueden expresar nuestras emociones a través de la música. ¿Alguien tiene alguna pregunta o inquietud antes de comenzar?
Mis manos temblaban ligeramente mientras levantaba tímidamente la mano.
- Sí, Isabella, ¿qué te gustaría preguntar? - preguntó el Profesor Mendoza, dirigiendo su atención hacia mí.
Tragué saliva y traté de controlar mi voz temblorosa.
- Profesor Mendoza, ¿cómo podemos transmitir nuestras emociones más profundas a través de la composición musical? ¿Cuál es su enfoque personal en este aspecto?
El Profesor Mendoza me miró con una mirada intensa, como si estuviera sumergido en mis palabras.
- Isabella, la música es un lenguaje universal que nos permite expresar lo inexprimible. Para transmitir nuestras emociones más profundas a través de la composición, debemos conectarnos con nuestra propia esencia y permitir que la música fluya libremente. Es un viaje de autodescubrimiento y vulnerabilidad. Estoy aquí para guiarte en ese proceso y ayudarte a encontrar tu voz única como compositora - respondió con una seriedad reconfortante.
Sus palabras resonaron en lo más profundo de mi ser, y sentí una chispa de inspiración y determinación crecer dentro de mí. Sabía que estar en su clase sería un desafío, pero también una oportunidad para crecer y convertirme en la mejor versión de mí misma como compositora.
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Capítulo 6: Un Corazón Desconcertado
Narra Lucas
El día había llegado nuevamente, y me encontraba frente a mi clase de Composición Musical en la Universidad Musical de Nueva York. Aunque estaba emocionado por enseñar y compartir mi conocimiento con mis estudiantes, había algo que me distraía constantemente: Isabella.
Desde el primer día que la vi en el campus, cuando nuestros autos chocaron torpemente, algo cambió dentro de mí. Su presencia era tan cautivadora que me resultaba difícil concentrarme en cualquier otra cosa. Cada vez que la veía en mi clase, mi corazón latía con fuerza y mi mente se llenaba de pensamientos sobre ella.
Intentaba mantener la compostura y actuar como un profesor profesional, pero no podía evitar sentir una conexión especial con Isabella. Sus ojos brillantes y su pasión por la música despertaban algo dentro de mí, algo que no podía ignorar.
Durante la clase, me esforzaba por enseñar y transmitir mis conocimientos, pero mi mente divagaba constantemente hacia Isabella. Su mirada atenta mientras explicaba los conceptos musicales, su sonrisa radiante cuando lograba entender algo nuevo, todo en ella me cautivaba.
Era un desafío mantenerme concentrado en la clase cuando mi corazón latía con tanta fuerza cada vez que la veía. Me sentía atrapado entre mi papel de profesor y mis emociones personales. Quería ser un mentor para Isabella, pero también sentía una conexión más profunda con ella.
Después de la clase, decidí regresar a casa para tomar un poco de tiempo para mí. Me di un relajante baño y preparé algo de comida para recargar energías. Sin embargo, mi mente seguía llena de pensamientos sobre Isabella. No podía dejar de pensar en ella, en su talento, en su belleza, en todo lo que me atraía hacia ella.
Decidí dar un paseo por el museo para despejar mi mente y encontrar algo de inspiración. Mientras caminaba por las galerías, me encontré con Isabella. Su presencia allí fue como un rayo de luz que iluminó mi día.
- ¡Isabella! - exclamé emocionado al verla. - ¿Qué te trae por aquí?
Isabella me miró con una sonrisa encantadora y respondió:
- Estaba buscando algo de inspiración para mis composiciones. Siempre encuentro que el arte visual puede influir en mi música de una manera única.
Sonreí y asentí, intrigado por su perspectiva.
-Tienes toda la razón. El arte y la música están intrínsecamente conectados. ¿Qué te parece si exploramos juntos esta galería y compartimos nuestras impresiones?
Isabella aceptó con entusiasmo y comenzamos a caminar por las diferentes salas del museo. Mientras admirábamos las obras de arte, entablamos una conversación apasionante sobre la relación entre la música y el arte visual.
Isabella compartió sus ideas sobre cómo los colores y las formas en las pinturas podían evocar emociones específicas, y cómo eso se podía reflejar en la música. Sus palabras resonaron en mí y me inspiraron a ver la música desde una perspectiva completamente nueva.
A medida que profundizábamos en la conversación, descubrí que Isabella tenía una comprensión profunda y una sensibilidad única hacia la música. Era evidente que compartíamos una pasión y una conexión especial por el arte y la música.
El tiempo pareció detenerse mientras continuábamos explorando el museo y compartiendo nuestras ideas. Cada palabra que salía de los labios de Isabella era como música para mis oídos, y me sentía afortunado de estar compartiendo este momento con ella.
A medida que la tarde avanzaba, nos dimos cuenta de que habíamos pasado horas inmersos en nuestra conversación. Nos despedimos con una promesa de volver a encontrarnos y seguir explorando juntos el mundo de la música y el arte.
Mientras caminaba de regreso a casa, mi corazón latía con una mezcla de emoción y confusión. Estaba claro que había algo especial entre Isabella y yo, algo que iba más allá de la relación profesor-alumno.
Sin embargo, también era consciente de los desafíos y las complicaciones que podrían surgir. Como profesor, tenía la responsabilidad de mantener una relación profesional con mis estudiantes, y no podía dejar que mis sentimientos personales interfirieran con eso.
Pero a pesar de todo, no podía negar la conexión que sentía con Isabella. Mi corazón latía con fuerza cada vez que estaba cerca de ella, y no podía dejar de pensar en ella. Sabía que tenía que encontrar una manera de equilibrar mis emociones y mi papel como su profesor.
Mientras reflexionaba sobre todo esto, una cosa era segura: Isabella había despertado emociones en mí que nunca antes había experimentado. Y estaba decidido a descubrir hacia dónde nos llevaría esta conexión especial.
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Capítulo 7: Descubriendo mi voz a través de la música
Narra Isabella
Hoy amanece otro día emocionante en mi vida, lleno de posibilidades y oportunidades. Anoche, mientras intentaba conciliar el sueño, mi mente estaba llena de pensamientos sobre mi profesor y ese increíble encuentro en el museo. La emoción y la anticipación me mantuvieron despierta hasta altas horas de la noche.
Esta mañana, al entrar al baño, me envolvió una ducha refrescante, dejando que el agua cayera sobre mi piel y me despertara por completo. Cepillé mis dientes con cuidado, sintiendo el frescor de la pasta de dientes en mi boca. Luego, salí envuelta en una suave toalla y me enfrenté al espejo. Con atención y cariño, elegí mi atuendo para el día: un hermoso vestido rosa pastel que resaltaba mi feminidad y unos zapatos de tacón bajo que me daban confianza. Arreglé mi cabello con esmero y me apliqué un ligero toque de maquillaje para realzar mis rasgos naturales. Al mirarme en el espejo, traté de calmar los nervios y la emoción que sentía, recordándome a mí misma que estoy en el camino correcto hacia mis sueños.
Al bajar las escaleras, encontré a mi mamá en la cocina, preparando el desayuno con amor y dedicación. Mi papá, como siempre, estaba sumergido en las noticias del periódico, pero levantó la cabeza al escuchar mi voz alegre.
- Buenos días, mamá y papá - dije con una sonrisa radiante en mi rostro.
Ellos levantaron la mirada y me devolvieron la sonrisa, contagiados por mi entusiasmo. Mi mamá, con los ojos brillantes de emoción, me preguntó:
- ¿Estás lista para enfrentar otro día en la Universidad Musical de Nueva York, cariño?
La emoción se desbordaba en cada fibra de mi ser mientras respondía:
- ¡Por supuesto! Cada día que paso en esa universidad es un regalo, una oportunidad para sumergirme en el mundo de la música y crecer como artista.
Mi papá dejó su periódico a un lado y me miró con orgullo en sus ojos. Sus palabras llenaron mi corazón de gratitud y determinación.
- Siempre hemos sabido que eres especial, Isabella. Estamos increíblemente orgullosos de ti y de todo lo que has logrado. Eres una verdadera inspiración.
Mientras desayunábamos juntos, aproveché el momento para compartir con mis padres todo lo que había aprendido en mis clases de música. Les hablé de la emoción que sentí al componer mi propia canción y cómo la música me permite expresar mis sentimientos más profundos y auténticos.
- Mamá, papá, ayer en clase de música aprendimos sobre la composición de canciones. Fue una experiencia tan increíble poder escribir la letra y componer la melodía. Me sentí completamente conectada con mis emociones mientras creaba algo único. La música tiene el poder de transmitir todo lo que siento en lo más profundo de mi corazón - les compartí con entusiasmo y sinceridad.
Mis padres me escucharon atentamente, asintiendo y sonriendo con orgullo. Sabía que siempre estarían allí para apoyarme en mi pasión por la música y en mi camino hacia el éxito.
- Isabella, eres una verdadera artista. Estamos seguros de que llegarás muy lejos en tu carrera musical. Sigue persiguiendo tus sueños y nunca dejes de creer en ti misma - me dijo mi mamá con una sonrisa cálida y llena de amor.
- Gracias, mamá. Su apoyo y amor significan el mundo para mí. Me dan la fuerza y la confianza para seguir adelante - respondí, sintiendo una mezcla de gratitud y amor hacia mis padres.
Continuamos desayunando juntos, compartiendo risas y más historias. Estos momentos en familia son preciosos y me hacen sentir aún más agradecida por tener a mis padres a mi lado, apoyándome en cada paso de mi camino.
Después de despedirme de mis padres, me dirigí a la universidad. Aún estaba manejando el auto de mi mamá, ya que el mío seguía en el taller mecánico. Mientras conducía, sentía una mezcla de emoción y nerviosismo por lo que me esperaba en la universidad ese día. Las expectativas y las ganas de aprender y crecer como artista llenaban mi mente.
Finalmente, llegué al estacionamiento de la universidad y, como siempre, me encontré con mi mejor amiga, Anabella. Nos saludamos con un abrazo cálido y comenzamos a caminar juntas hacia el edificio principal, compartiendo risas y conversaciones animadas. La energía y el entusiasmo que nos envolvía eran contagiosos.
- ¡Hola, Ana! - exclamé emocionada. - ¡Qué alegría verte! ¿Cómo ha sido tu experiencia en la universidad hasta ahora?
Anabella, cariñosamente, me llamaba Bella, y respondió con una sonrisa radiante:
- ¡Hola, Bella! Los primeros días en la universidad han sido simplemente asombrosos. Las clases de música son fascinantes y estoy emocionada de aprender y crecer como músico aquí.
Ambas compartimos nuestras experiencias de los primeros días de clases, hablando apasionadamente sobre nuestra pasión por la música y cómo nos sentimos cada vez más inspiradas por los talentosos profesores y compañeros de clase. La música nos unía y nos impulsaba a seguir adelante.
- ¡Es increíble cómo la música puede tocar nuestras almas de una manera tan profunda! - exclamé, sintiendo una oleada de emoción y gratitud en mi interior.
Anabella asintió con entusiasmo y dijo:
- Definitivamente, Bella. La música nos permite expresar nuestras emociones más intensas y conectar con los demás de una manera única. Estoy tan agradecida de tener esta oportunidad de perseguir nuestra pasión juntas y de compartir este viaje contigo.
Anabella asintió con entusiasmo y dijo:
- Definitivamente, Bella. La música nos permite expresar nuestras emociones más intensas y conectar con los demás de una manera única. Estoy tan agradecida de tener esta oportunidad de perseguir nuestra pasión juntas.
Llegamos a la entrada del edificio principal y nos dimos un último abrazo antes de separarnos para ir a nuestras respectivas aulas.
- ¡Buena suerte en tu clase, Bella! - me deseó Anabella.
- Gracias, Ana. ¡Nos vemos después! - respondí emocionada.
Caminé hacia mi aula, sintiéndome llena de energía y determinación. Sabía que este día sería otro paso hacia mi sueño de convertirme en una gran artista musical.
Mi tercer día en la Universidad Musical de Nueva York ha sido mucho mejor de lo que esperaba. Comenzó a las 7 am con la clase de Arreglos Musicales con el profesor Alfredo Toledo. Fue fascinante aprender sobre cómo dar vida a una canción a través de diferentes instrumentos y arreglos. Mi corazón latía emocionado mientras absorbía cada conocimiento que el profesor compartía.
A las 8 am, tuve la clase de Música en el Cine con la profesora Nicole Benson. Descubrimos cómo la música puede evocar emociones y realzar las escenas en las películas. Me sentí inspirada al imaginar cómo mis composiciones podrían algún día formar parte de una banda sonora emocionante.
Luego, a las 9 am, asistí a la clase de Psicología de la Música con el profesor Antonio Caballero. Aprendimos cómo la música puede afectar nuestras emociones y cómo utilizarla terapéuticamente. Fue fascinante descubrir cómo la música puede tener un impacto tan profundo en nuestras vidas. Me di cuenta de que no solo quiero componer música, sino también utilizarla como una herramienta para sanar y conectar con los demás.
A las 10 am, tuve la clase de Gestión de la Industria Musical con la profesora Graciela Hernández. Aprendimos sobre la industria de la música, cómo promocionar nuestra música y cómo navegar en el mundo de los contratos discográficos. Fue muy útil para entender cómo hacer carrera en la industria musical y cómo llevar mis composiciones al mundo.
Luego, a las 11 am, tuve la clase de Música y Terapia con el profesor Daniel Vallejos. Exploramos cómo la música puede ser utilizada como una herramienta terapéutica para ayudar a las personas a sanar y expresar sus emociones. Aprendí sobre diferentes técnicas y enfoques utilizados en la terapia musical, lo cual despertó mi interés en explorar esta área en el futuro.
Finalmente, llegó el momento de la clase de Composición Musical con mi profesor favorito, Lucas Alejandro Mendoza. Mi corazón latía con emoción ante su sola presencia. En esa clase, el profesor nos pidió que presentáramos la tarea de la clase anterior, que consistía en componer una canción. Me sentí nerviosa pero decidida, así que me ofrecí a cantar la canción que había escrito y también toqué la guitarra.
Tomé mi guitarra y comencé a cantar con pasión, dejando que mi voz se elevara y llenara el aula:
♪”En cada nota encuentro mi camino,
En cada acorde siento el destino.
La música es mi guía, mi razón de ser,
En cada melodía puedo renacer.
El destino es la música, mi pasión sin final,
A través de las notas, mi alma puede volar.
En cada compás encuentro mi verdad,
La música es mi vida, mi eternidad.
Cada acorde susurra un sueño por cumplir,
Cada ritmo me invita a seguir.
La música me abraza, me llena de emoción,
Es el lenguaje universal de mi corazón.
En cada partitura encuentro mi voz,
La música me conecta con lo más profundo de mí.
Es un regalo divino, un tesoro sin igual,
El destino y la música, unidos en mi cantar.
El destino es la música, mi pasión sin final,
A través de las notas, mi alma puede volar.
En cada compás encuentro mi verdad,
La música es mi vida, mi eternidad.”♪
Cuando terminé de cantar, el aula quedó en silencio por un momento antes de estallar en aplausos y ovaciones. El profesor Mendoza se acercó a mí con una sonrisa de orgullo en su rostro y me felicitó por mi talento y valentía.
Me sentí abrumada por las emociones y la alegría de compartir mi música con mis compañeros y profesores. En ese momento, supe que estaba en el camino correcto y que la música era mi verdadera vocación.
El resto del día transcurrió con entusiasmo y aprendizaje en las otras clases. Cada una de ellas me inspiró y me recordó por qué había elegido seguir mi pasión por la música.
Al finalizar el día, me encontré con Anabella y compartimos nuestras experiencias. Ambas estábamos emocionadas por el crecimiento y las oportunidades que la universidad nos brindaba.
Caminamos juntas hacia el estacionamiento, recordando las melodías que habíamos aprendido y compartiendo nuestras ideas para futuras colaboraciones musicales.
Al despedirnos, nos abrazamos con la certeza de que estábamos en el lugar correcto, rodeadas de personas que compartían nuestra pasión y nos apoyaban en nuestro camino musical.
Con cada día que pasa, descubro más sobre mí misma y mi voz a través de la música. La Universidad Musical de Nueva York se ha convertido en mi hogar, donde puedo crecer, aprender y expresarme plenamente como artista.
Y así, con el corazón lleno de esperanza y determinación, sigo adelante, lista para enfrentar cualquier desafío y seguir descubriendo mi verdadera voz a través de la música.
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Capítulo 8: Primer beso
Narra Lucas
Escuchar a Isabella cantar en clase la canción que ella misma compuso fue simplemente hermoso. Mientras cantaba, sentí cómo algo se movía dentro de mí, una mezcla de admiración y atracción que me resultaba confusa.
Sé que es inapropiado sentir esto que siento hacia ella, después de todo, es mi alumna. Pero, ¿cómo puedo evitarlo? Sus talentos y su carisma son irresistibles.
Después de la universidad, regresé a casa y decidí darme una refrescante ducha. Luego, preparé algo delicioso para cenar. Sin embargo, sentí la necesidad de ir a la biblioteca, un lugar donde siempre encuentro paz y tranquilidad. Me sumergí en el libro de "El Gran Gatsby", dejándome llevar por la fascinante historia de amor y decadencia.
Cuando finalmente salí de la biblioteca, me sorprendió ver que el clima había empeorado considerablemente. El cielo se oscureció y una gran tormenta comenzó a desatarse. Rápidamente subí a mi auto, pero justo cuando estaba por arrancar, vi a Isabella salir corriendo de la biblioteca, completamente empapada por la lluvia.
Sin pensarlo dos veces, frené el auto frente a ella. Su expresión confundida se transformó en una mezcla de sorpresa y alivio al verme. Sin decir una palabra, ella subió al auto.
- Gracias, Isabella. No deberías estar bajo esta tormenta. Sube al auto, te llevaré a mi casa para que te seques y evitemos que te enfermes - dije con preocupación.
- Gracias, profesor. No sé qué haría sin su ayuda - respondió con gratitud.
La tormenta era cada vez más fuerte y, como vivía cerca, decidí llevarla a mi casa para que pudiera secarse y evitar que se enfermara. Mientras conducíamos, el sonido de la lluvia golpeando el techo del auto creaba una atmósfera íntima y llena de tensión.
En mi casa, nos encontrábamos sentados en el sofá, conversando mientras esperábamos que la tormenta pasara. La cercanía entre nosotros era palpable, como si el aire estuviera cargado de electricidad.
- ¿Te gusta la música, Isabella? Recuerdo haber escuchado que compones tus propias canciones. Eso es realmente impresionante - dije con genuino interés.
- Sí, la música es mi pasión. Me encanta componer y cantar. Es una forma de expresarme y conectarme con el mundo - respondió con entusiasmo.
- Eso es maravilloso. Creo que el arte y la música tienen el poder de transmitir emociones y unir a las personas. También disfruto mucho de la lectura. ¿Tienes algún libro favorito? - dije con curiosidad.
- Me encanta leer también. "El Gran Gatsby" es uno de mis favoritos. Me fascina la forma en que retrata la decadencia de la sociedad y el amor imposible entre Gatsby y Daisy - compartió con pasión.
- ¿Qué te parece la universidad hasta ahora? - pregunté, buscando profundizar en su experiencia.
- Increíble - respondió con una sonrisa radiante, reflejando su emoción y satisfacción.
De repente, un trueno resonó fuertemente, haciendo que Isabella se sobresaltara y saltara a mis brazos en busca de consuelo. En ese preciso momento, nuestros ojos se conectaron de manera intensa y nuestros labios quedaron a escasos centímetros de juntarse.
- ¿Estás bien, Isabella? Ese trueno te asustó mucho - dije con ternura, sintiendo cómo mi corazón latía aceleradamente.
- Sí, me asustó bastante. Gracias por estar aquí, Lucas - respondió con voz suave, mostrando su vulnerabilidad y gratitud.
- Siempre estaré aquí para protegerte, Isabella. Eres especial para mí - dije con sinceridad, dejando que mis sentimientos se manifestaran.
Isabella me miró confundida y nerviosa, sus ojos reflejaban una mezcla de emociones.
- Lo siento. Esto no debió pasar - dijo tartamudeando.
- No te disculpes. No pude evitarlo. - dije con el corazón en la mano.
- Lucas, eres mi profesor. No quiero que tengas problemas por mi culpa - dijo preocupada.
- Lo sé, Isabella. Yo tampoco quiero que tú tengas problemas. Pero esto que siento es más fuerte que yo - confesé con honestidad.
- ¿Qué sientes? - preguntó con curiosidad y temor.
- Siento que necesito tenerte a mi lado. Desde el momento en que nuestros autos chocaron, algo se despertó en mí. Luego, te escuché cantar y mis sentimientos se intensificaron. No puedo negar la conexión especial que existe entre nosotros. No eres solo una alumna para mí, eres alguien especial en mi vida. - respondí, dejando que mis emociones fluyeran libremente.
Isabella se quedó en silencio por un momento, procesando mis palabras. Luego, sus ojos se llenaron de determinación.
- Lucas, entiendo que esto es complicado. Pero no puedo negar lo que siento por ti. También siento algo especial, algo que va más allá de la relación profesor-alumna. No sé qué nos depara el futuro, pero quiero explorar esto juntos, paso a paso - dijo con valentía.
Nos miramos el uno al otro, sabiendo que nuestro camino no sería fácil, pero estábamos dispuestos a enfrentar los desafíos juntos. El primer beso había desatado una serie de emociones y sentimientos profundos, y ahora nos embarcábamos en un viaje lleno de incertidumbre y pasión.
Continuamos hablando durante horas, compartiendo nuestros sueños, temores y esperanzas. Cada palabra fortalecía nuestra conexión, y nos dimos cuenta de que estábamos dispuestos a luchar por lo que sentíamos, sin importar los obstáculos que se interpusieran en nuestro camino.
La noche se desvaneció lentamente, y finalmente, la tormenta también se calmó. Nos despedimos con un abrazo cargado de promesas y un futuro incierto, pero lleno de posibilidades.
Ese primer beso había marcado el comienzo de una historia de amor llena de desafíos y pasión. No sabíamos qué depararía el futuro, pero estábamos dispuestos a enfrentarlo juntos.
- Autor: Reb Liz ( Offline)
- Publicado: 29 de febrero de 2024 a las 10:19
- Comentario del autor sobre el poema: Queridos lectores Es un honor compartir con ustedes esta historia que ha nacido desde lo más profundo de mi corazón. Cada palabra, cada personaje y cada emoción plasmada en estas páginas ha sido creada con amor y dedicación. Espero que al sumergirse en estas letras encuentren momentos de alegría, inspiración y conexión. Mi mayor deseo es que esta historia toque sus corazones y les brinde un escape a un mundo lleno de emociones y posibilidades. Agradezco de todo corazón su apoyo y compañía en este viaje literario. Sin ustedes, mis queridos lectores, estas palabras no tendrían sentido. Espero que disfruten de esta aventura tanto como yo disfruté escribiéndola. Con gratitud.
- Categoría: Amor
- Lecturas: 4
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