Olor a casa antigua de altos techos.
Cerradas celosías.
A cuero de las sillas de madera.
A anciana, que refuta mi derecho
de desorganizar las chucherías
que cubren cada mueble cual si fuera
ceniza que caía.
Olor a tía vieja,
a visita, a casa con liturgia,
a próceres e historia,
a sables corvos que alguna metalurgia
patricia forjó para la gloria.
A café de pocillo en la bandeja.
A vitrinas cerradas que reflejan
retazos de memoria.
¿Adónde estás ahora, Tía Amada?
Tus frágiles muranos, ¿dónde están?
¿Se los diste a tu abuelo, el Capitán
cuya sangre regó Cancha Rayada?
Ese aroma a lavanda
que asocio claramente a tu mirada,
tu mirada cansada,
y tus historias siempre renovadas
que siempre vuelven como nube blanda
los dieciochos de marzo. Seguirán
poblando mi memoria. Aquí están.
Aunque ya son recuerdo. Ya son nada.
- Autor: Julián Centeya (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 2 de marzo de 2024 a las 01:12
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 15
- Usuarios favoritos de este poema: Martha patricia B, María C., Pilar Luna
Comentarios3
Julián acabó de descubrirte, y me parece extraordinarias tus letras, me gusta su simplicidad, su sencillez .pero su profunda
Fuerza. Gracias por publicar abracitos
Gracias Martha. Si, vi que anduviste por mis letras. Me alegro tanto por haber podido emocionarte.
Un abrazo
Como puesta en escena
decorado de lo vivido
por otros traído a cuento
como si fuesen caminos
ya andados....
tantas veces andado
y nunca olvidado....
Hermosos lugares recordados.
Esteban
Como aprecio tu sensibilidad, mi amigo.
Siempre te leo con una sonrisa en los labios.
Un abrazo grande
Si que emocionan tus letras poeta.
Un abrazo
Si te ha emocionado, este poema ya encontró su destino
Abrazo!!
A mi sola no, a mucha compañeras les ha sucedido.-
Buena semana tengas.
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