Melodías del Destino: Capítulos 13, 14, 15, y 16

Reb Liz


AVISO DE AUSENCIA DE Reb Liz
Como una joven que anhela ser escritora, no me considero una poeta, simplemente soy una chica que plasma en papel sus pensamientos y vive cada palabra que escribe. Busco un lugar fértil donde sembrar semillas de amistad y cosechar la más pura felicidad. En cada línea, deseo transmitir emociones profundas y despertar los corazones de quienes me lean. Uniendo nuestras almas a través de la tinta, crearemos un vínculo eterno. Juntos, crearemos un mundo donde la amistad florezca y la felicidad sea nuestra cosecha. ¡Únete a mí en esta maravillosa aventura literaria!

Capítulo 13: Enfrentando los obstáculos juntos

 

Narra Isabella

 

Sin darme cuenta, ha pasado una semana desde esa mágica cita. Nuestra relación va mejor que nunca. No hay un día en el que no nos veamos, tanto en la universidad como en su casa. La única persona a la que le he contado mi historia con el profesor es a mi mejor amiga Anabella. De hecho, ella nos cubre.

 

Siempre que salgo con Lucas, le digo a mis padres que pasaré el día con mi mejor amiga, Anabella.

 

Hoy parecía ser un día como cualquier otro, pero me equivoqué. Después de la universidad, nos encontramos en casa de Lucas, como siempre. Estábamos viendo televisión cuando alguien tocó la puerta.

 

- ¿Quién será? - dijo Lucas sorprendido.

 

- ¿Esperas a alguien? - pregunté.

 

- No, pero voy a ver quién es - respondió.

 

Se levantó y desde mi lugar escuché una voz femenina que decía:

 

- Hola Lucas, tanto tiempo.

 

- ¿Serena? - dijo Lucas sorprendido. - ¿Qué haces aquí? - preguntó. - Creí que vivías en Londres.

 

- Me mudé por trabajo y pensé en venir a saludarte - respondió Serena.

 

Desde mi lugar, sentí una punzada en el estómago. La presencia de Serena despertó una mezcla de emociones en mí. La incertidumbre y los celos se apoderaron de mis pensamientos.

 

Decidí acercarme con cautela hasta que me puse al lado de Lucas.

 

- ¿Quién es esta mujer, amor? - pregunté, tratando de ocultar mis emociones.

 

- ¿Amor? - dijo Serena sorprendida.

 

- Serena, ella es Isabella, mi novia - dijo Lucas rodeando mi cadera con sus brazos. - Bella, ella es Serena, mi ex.

 

Sentí un alivio momentáneo al escuchar a Lucas presentarme como su novia. Sin embargo, la tensión en el ambiente era palpable.

 

- Mucho gusto - dijo Serena extendiendo su mano sin ganas.

 

- Un gusto conocerte - respondí tomando su mano, tratando de mantener la compostura.

 

- Bueno... yo solo quería saludarte - dijo Serena incómoda. - Me tengo que ir.

 

- Adiós - dijimos Lucas y yo al unísono, despidiéndonos con una mezcla de alivio y confusión.

 

Lucas cerró la puerta y nos quedamos en silencio por un momento. La presencia de Serena había desencadenado una serie de emociones en mí. Quería saber más sobre su relación pasada y cómo había afectado a Lucas.

 

- Lucas, me gustaría saber más sobre tu historia con Serena - le dije, buscando entender sus sentimientos y profundizar en nuestra relación.

 

Lucas suspiró y se sentó en el sofá, mirándome con tristeza en sus ojos. Sabía que lo que iba a decirme no sería fácil de escuchar.

 

- Isabella, mi historia con Serena no fue fácil. Estuvimos juntos durante varios años, pero las cosas se complicaron. Ella me fue infiel - confesó Lucas, con la voz entrecortada.

 

Mi corazón se contrajo al escuchar sus palabras. Sentí una mezcla de tristeza, enojo y compasión por lo que había pasado.

 

- No puedo negar que me dolió mucho descubrirlo. Fue un golpe duro para nuestra relación. Intentamos arreglar las cosas, pero la confianza se había roto. No podía dejar de preguntarme si volvería a hacerlo - continuó Lucas, con una mirada cargada de tristeza.

 

Tomé su mano entre las mías, tratando de transmitirle mi apoyo y comprensión.

 

- Lucas, lamento mucho que hayas tenido que pasar por eso. Me duele verte sufrir. Pero quiero que sepas que estoy aquí contigo, dispuesta a apoyarte en todo momento. Juntos superaremos cualquier obstáculo que se nos presente - le dije, tratando de transmitirle mi amor y fortaleza.

 

Lucas me miró con gratitud en sus ojos y me abrazó con fuerza. En ese momento, supe que estábamos juntos en esto, enfrentando el pasado y construyendo un futuro lleno de amor y confianza.

 

Después del inesperado encuentro con Serena, sentí una mezcla de emociones que me consumían. Aunque intenté mantener la calma, la presencia de mi novio, Lucas, y su exnovia despertó en mí una sensación de inseguridad y temor. Pero estaba decidida a luchar por nuestro amor y no permitir que nada ni nadie nos separara.

 

Pasaron los días y Serena seguía apareciendo en nuestras vidas de forma inesperada. Siempre encontraba una excusa para acercarse a Lucas, tratando de sembrar la duda en su corazón. Pero yo no iba a permitirlo. Estaba dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo y demostrarle a Lucas que nuestro amor era más fuerte que cualquier intento de separarnos.

 

Una tarde, mientras Lucas y yo paseábamos por el parque, Serena apareció de repente frente a nosotros. Su mirada desafiante y su sonrisa burlona dejaban claro que no se rendiría fácilmente.

 

- Vaya, vaya, Lucas. Parece que no puedo alejarme de ti, ¿verdad? - dijo Serena con sarcasmo.

 

Lucas apretó mi mano con fuerza, mostrando su determinación de no dejarse influenciar por ella.

 

- Serena, ya te dije que nuestro pasado quedó atrás. Estoy feliz con Isabella y no quiero que sigas interfiriendo en nuestra relación - respondió Lucas, con voz firme.

 

Serena soltó una risa despectiva y se acercó aún más, mirándome con desprecio.

 

- ¿Crees que puedes competir conmigo, Isabella? Lucas y yo compartimos tantos recuerdos, tantos momentos especiales. Él siempre vuelve a mí, tarde o temprano.

 

Mi corazón latía con fuerza, pero no iba a dejar que sus palabras me afectaran. Me acerqué a Lucas y le sostuve la mano con determinación.

 

- Serena, entiendo que tengas tus propios recuerdos con Lucas, pero él ha elegido estar conmigo. Nuestro amor es real y fuerte, y nada de lo que digas o hagas podrá cambiar eso - le respondí, con la confianza que solo el amor verdadero puede brindar.

 

Serena frunció el ceño, claramente molesta por mi respuesta. Pero en lugar de rendirse, decidió llevar su juego a otro nivel.

 

- Muy bien, Isabella. Si crees que puedes competir conmigo, acepto el desafío. Veremos cuánto tiempo dura tu amor con Lucas cuando descubras la verdad sobre él.

 

Sus palabras me desconcertaron, pero no iba a permitir que me afectaran. Confíaba en Lucas y en nuestra relación. Decidí enfrentar el desafío de Serena con valentía.

 

Días después, recibí un mensaje anónimo que decía:

 

"Lucas te está engañando. Descubre la verdad antes de que sea demasiado tarde".

 

El corazón me dio un vuelco al leer esas palabras, pero en lugar de dejarme llevar por la paranoia, decidí hablar directamente con Lucas.

 

- Lucas, recibí un mensaje anónimo que dice que me estás engañando. Necesito saber la verdad, por favor - le pedí, con los ojos llenos de preocupación.

 

Lucas me miró sorprendido y tomó mis manos entre las suyas.

 

- Isabella, te juro por todo lo que más quiero que eso no es cierto. Eres la única mujer en mi vida y nunca te haría daño de esa manera. No sé quién está tratando de separarnos, pero debemos ser fuertes juntos y confiar el uno en el otro.

 

Sus palabras resonaron en mi corazón y supe que podía confiar en él. Decidimos enfrentar juntos al desconocido que intentaba separarnos y descubrir la verdad.

 

Después de una intensa investigación, descubrimos que Serena había estado detrás de los mensajes anónimos. Había intentado sembrar la duda y separarnos, pero su plan había fracasado. El amor que Lucas y yo compartíamos era más fuerte que cualquier intento de manipulación.

 

Cuando confrontamos a Serena, su mirada de derrota y frustración lo decía todo. Había perdido la batalla y nosotros habíamos triunfado. El amor verdadero había prevalecido.

 

Desde ese día, Serena desapareció de nuestras vidas y nuestra relación se fortaleció aún más. Aprendimos a confiar el uno en el otro y a enfrentar juntos cualquier obstáculo que se nos presentara.

 

El triunfo del amor nos enseñó que, a pesar de las adversidades, si luchamos por lo que queremos y confiamos en nuestro corazón, siempre saldremos victoriosos.

 

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Capítulo 14: Un amor fortalecido

 

Narra Lucas

 

Después de superar los obstáculos que Serena había intentado poner en nuestro camino, Isabella y yo estábamos más unidos que nunca. Nuestra relación se fortaleció y cada día nos enamorábamos más el uno del otro. Decidimos dejar atrás las dudas y los temores, y nos concentramos en disfrutar de nuestro amor.

 

Una tarde, decidí sorprender a Isabella con una cita romántica en mi casa. Quería crear un ambiente especial para nosotros, donde pudiéramos disfrutar de nuestra compañía y permitir que nuestros sentimientos se expresaran libremente.

 

- Sorpresa, Isabella. He preparado una cita romántica para nosotros en mi casa. Quiero que esta noche sea especial - le dije emocionado.

 

Isabella me miró con sorpresa y emoción en sus ojos.

 

- ¡Oh, Lucas! No puedo creerlo. Esto es increíble. Gracias por hacer todo esto por mí - me dijo con gratitud.

 

Preparé todo con esmero: velas aromáticas, una mesa decorada con pétalos de rosa y una cena deliciosa. Quería que Isabella se sintiera amada y especial en cada detalle.

 

Cuando llegó, la recibí con una sonrisa y la llevé a la sala, donde todo estaba preparado.

 

- Bienvenida, mi amor. Te ves absolutamente hermosa esta noche - le dije con admiración.

 

Isabella sonrió y me abrazó.

 

- Gracias, Lucas. Todo se ve maravilloso. No puedo creer que hayas hecho todo esto por nosotros - expresó con gratitud.

 

Nos sentamos a la mesa y comenzamos a disfrutar de la cena. Hablamos de nuestros sueños, nuestras metas y compartimos risas y momentos de complicidad. Cada palabra que salía de su boca me enamoraba aún más, y sentía que estábamos conectados en un nivel profundo.

 

Después de la cena, nos levantamos y nos acercamos a la ventana, desde donde se podía ver la hermosa vista de la ciudad iluminada.

 

- Isabella, cada día que pasa, me doy cuenta de lo mucho que te amo. Eres mi todo, mi inspiración. Quiero que sepas lo especial que eres para mí - le dije sinceramente.

 

Isabella me miró con ternura y emoción en sus ojos.

 

- Lucas, tú también eres especial para mí. No puedo imaginar mi vida sin ti. Eres mi apoyo, mi alegría. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar - me confesó con cariño.

 

El ambiente estaba cargado de una energía intensa y supe que el momento para expresar nuestros sentimientos había llegado.

 

Tomé su mano suavemente y la miré a los ojos, perdido en su mirada cautivadora. Sin decir una palabra, nos acercamos lentamente y nuestros labios se encontraron en un beso apasionado. Fue un beso lleno de amor, deseo y conexión.

 

El tiempo pareció detenerse mientras nos entregábamos a ese momento mágico. Sentí su suave respiración y el latir acelerado de su corazón, al igual que el mío. Nos besamos con una pasión desbordante, como si el mundo entero desapareciera a nuestro alrededor.

 

Finalmente, nos separamos lentamente, sin apartar la mirada el uno del otro. En ese instante, supe que este era el comienzo de algo extraordinario, un amor que trascendería cualquier obstáculo.

 

- Isabella, te amo más de lo que puedo expresar. Eres mi todo, mi razón de ser - le dije con sinceridad.

 

- Lucas, te amo con todo mi corazón. Eres mi persona especial, mi felicidad - me respondió con ternura.

 

Nos abrazamos con fuerza, sintiendo la calidez y la seguridad que solo el amor verdadero puede brindar. En ese momento, supe que Isabella era la persona con la que quería compartir mi vida, mis sueños y mis alegrías.

 

Esa noche, nuestra cita romántica en mi casa se convirtió en un momento inolvidable. Sellamos nuestro amor con un beso apasionado, y desde entonces, nuestra relación se fortaleció aún más. Estábamos dispuestos a enfrentar cualquier desafío juntos, sabiendo que teníamos el amor y la pasión necesarios para superarlo.

 

Nos estábamos besando con pasión mientras deslizaba mi mano por su cadera, acercándola aún más a mí. Ella rodeó mi cuello con sus brazos, intensificando el abrazo.

 

Mis dedos se deslizaban suavemente por su espalda, debajo de su vestido, mientras sentía sus manos acariciando mi espalda por debajo de mi saco.

 

Sin dejar de besarnos, me quité el saco lentamente, revelando mi camisa. Ella comenzó a desabotonar los botones uno por uno, con una mirada llena de deseo en sus ojos.

 

Pero en ese momento, cuando estaba a punto de quitarle el vestido, noté que temblaba. Pude sentir su miedo en el aire.

 

- Isabella, ¿estás segura? - pregunté, preocupado por su bienestar.

 

Ella se tomó un momento para pensar, y luego me plantó un beso apasionado en los labios, diciéndome con su acto que sí, que quería seguir adelante.

 

A pesar de sus palabras, aún podía sentir su temblor en mis brazos.

 

- ¿Estás segura de que quieres hacer esto? - pregunté, buscando su confirmación una vez más.

 

- Sí, Lucas - suspiró, dejando escapar su deseo.

 

Con cuidado, la levanté en mis brazos y ella rodeó mi cadera con sus piernas, aferrándose a mí con fuerza.

 

La llevé a la habitación, nuestros labios aún unidos en un beso apasionado, y la recosté con delicadeza sobre la cama. Quería que se sintiera segura, protegida en este momento tan especial.

 

Con suavidad, me acosté sobre ella, comenzando a besar su cuello mientras escuchaba los suspiros que escapaban de sus labios. Mi recorrido de besos continuó hasta su hombro, bajando lentamente hasta su abdomen, donde me detuve, sintiendo la anticipación en el aire.

 

- ¿Estás segura de que quieres que continúe? - pregunté, buscando su consentimiento en cada paso.

 

Ella asintió con la cabeza y frunció los labios, indicándome que quería seguir adelante.

 

- Te deseo tanto, Isabella - susurré, dejando que mis labios vuelvan a explorar su cuerpo mientras su respiración se aceleraba.

 

Inclinándome hacia el mueble junto a la cama, saqué un envoltorio plateado, mostrándole que estaba preparado y preocupado por su seguridad.

 

Noté el temor en sus ojos al verlo, pero ella no mostró señales de querer detenerse.

 

- ¿Quieres que paremos? - pregunté, asegurándome de que estuviera completamente cómoda y lista.

 

- No - suspiró, dejando claro su deseo de continuar.

 

- ¿Estás segura? - volví a preguntar, buscando su confirmación una vez más.

 

- Sí - susurró, con determinación en su voz - Estoy segura.

 

Me posicioné entre sus piernas, recordando su petición de ser cuidadoso.

 

- ¿Lucas? - susurró, con una mezcla de timidez y anticipación en su voz.

 

- Dime, preciosa - respondí, acariciando suavemente su rostro.

 

- Con cuidado, por favor - pidió tímidamente - Es mi primera vez.

 

Sonreí, comprendiendo la importancia de ese momento para ella.

 

- Seré cuidadoso, te lo prometo - aseguré, dejando claro mi compromiso de hacerla sentir segura y amada.

 

Con delicadeza, comencé a empujar, consciente de no querer causarle dolor. Sabía que ella era estrecha y quería asegurarme de no lastimarla.

 

- Aaaaaa, Lucas - gemía, sintiendo la mezcla de placer y dolor.

 

- ¿Te gusta? - pregunté, buscando su confirmación y asegurándome de que estuviera disfrutando el momento.

 

- Siiiiii - gritó, dejando escapar su placer.

 

- ¿Quieres que sea más fuerte? - pregunté, buscando satisfacer sus deseos.

 

- Eso me encantaría - suspiró, entregándose completamente al momento.

 

Aumenté la intensidad, empujando más fuerte, pero de repente sentí su mano en mi abdomen.

 

- Aaaa, Lucas, duele - dijo, expresando su incomodidad.

 

- Es normal la primera vez, amor - expliqué, tratando de calmarla - Seré cuidadoso, te lo prometo. ¿Confías en mí?

 

Ella me miró a los ojos, buscando esa conexión y confianza mutua, y luego me dio un beso apretado, dejando claro que confiaba en mí y que quería seguir adelante juntos.

 

Sus labios se fundieron con los míos en un beso lleno de pasión y entrega. Sentía su cuerpo vibrar bajo el mío, una mezcla de excitación y nerviosismo que se entrelazaba en el aire.

 

Mientras continuaba explorando cada centímetro de su piel con mis labios, mis manos acariciaban suavemente su cuerpo, siguiendo el contorno de sus curvas con ternura y deseo. Cada caricia era un suspiro compartido, una conexión íntima que nos unía aún más.

 

Nuestros movimientos eran una danza de amor y pasión, sincronizados en perfecta armonía. Cada gemido, cada susurro, era una melodía que solo nosotros dos podíamos escuchar.

 

Me perdí en sus ojos, reflejando el deseo y la confianza que nos envolvía. Cada mirada era un lenguaje silencioso que hablaba de amor y complicidad.

 

El tiempo parecía detenerse mientras nos entregábamos el uno al otro, compartiendo momentos de éxtasis y ternura. Cada instante era valioso, cada caricia era un regalo que nos brindábamos mutuamente.

 

Y así, juntos, exploramos los límites del placer y el amor. Cada movimiento era una expresión de nuestro deseo mutuo, una forma de decirnos cuánto nos necesitábamos el uno al otro.

 

Después de un tiempo, cuando nuestros cuerpos alcanzaron el clímax, nos abrazamos con fuerza, sintiendo la conexión profunda que habíamos creado. El silencio reinaba en la habitación, solo interrumpido por nuestra respiración entrelazada.

 

Nos quedamos allí, enredados en un abrazo cálido y reconfortante, sintiendo el amor y la gratitud fluir entre nosotros. En ese momento, supe que había sido un privilegio ser parte de su primera vez, de ese momento íntimo que compartiríamos para siempre.

 

Nos quedamos allí, enredados en nuestros cuerpos y en nuestros corazones, sabiendo que habíamos creado un recuerdo especial que nos acompañaría a lo largo de nuestras vidas.

 

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Capítulo 15: Un despertar lleno de amor

 

Narra Isabella

 

Desperté entre los cálidos brazos de Lucas, con una sonrisa en mi rostro al recordar todo lo que había sucedido la noche anterior. Sentía mi corazón lleno de amor y gratitud por tener a Lucas a mi lado.

 

Observé a Lucas mientras dormía, admirando su rostro tranquilo y sereno. No pude resistir la tentación de acercarme y comenzar a besar su frente, su mejilla y su torso, dejando pequeños rastros de amor en cada beso.

 

Poco a poco, sus labios se curvaron en una sonrisa mientras despertaba lentamente, encontrándose con mis caricias matutinas. Sus ojos se abrieron y se encontraron con los míos, llenos de amor y felicidad.

 

- Buenos días, mi amor - susurré, acariciando suavemente su mejilla.

 

- Buenos días, Isabella - respondió con voz suave y somnolienta, devolviéndome la sonrisa.

 

Nos quedamos allí, enredados en un abrazo amoroso, disfrutando de la calidez y la intimidad del momento. Era como si el mundo entero se hubiera desvanecido y solo existiéramos nosotros dos.

 

- Anoche fue mágico, Isabella - dijo Lucas, rompiendo el silencio - Nunca olvidaré ese momento especial que compartimos.

 

Mis mejillas se sonrojaron al recordar la pasión y el amor que habíamos experimentado juntos.

 

- Yo tampoco lo olvidaré, Lucas. Fue un momento único y especial para los dos. Me siento afortunada de tenerte en mi vida - confesé, mirándolo a los ojos.

 

Lucas acarició mi mejilla con ternura y sus ojos brillaron con amor.

 

- Eres lo mejor que me ha pasado, Isabella. Te amo más de lo que puedo expresar con palabras - me dijo con sinceridad.

 

Sentí mi corazón llenarse de alegría al escuchar esas palabras. Sabía que nuestro amor era verdadero y profundo.

 

Nos besamos con suavidad, compartiendo un beso lleno de amor y gratitud. Era un beso que sellaba nuestro compromiso y nuestra promesa de estar juntos en cada momento, tanto los buenos como los difíciles.

 

Nos levantamos de la cama y nos abrazamos, disfrutando de la cercanía y el calor de nuestros cuerpos. Sabía que este era el comienzo de una nueva etapa en nuestra relación, llena de aventuras y momentos inolvidables.

 

Me dirigí al baño con la intención de disfrutar de una refrescante ducha. Mientras el agua caía sobre mi cuerpo, cerré los ojos y me sumergí en la sensación relajante del champú espumoso. De repente, sentí unas manos cálidas rodeando suavemente mi cintura. Sin necesidad de abrir los ojos, supe de inmediato que eran las manos de Lucas, mi amante apasionado.

 

- ¿Nos bañamos juntos? - susurró él en mi oído, sus labios rozando mi piel y enviando escalofríos por todo mi cuerpo. No pude resistirme a su provocación y sin pensarlo dos veces, giré rápidamente y le planté un beso apasionado en los labios, empujándolo suavemente contra la pared.

 

- Hazme tuya, Lucas - suspiré, dejando escapar mis deseos más profundos. Sus ojos brillaron con una mezcla de deseo y amor mientras acariciaba mi rostro con ternura.

 

- Tu deseo es una orden para mí - susurró él con voz ronca, dejando claro que estaba dispuesto a satisfacer cada uno de mis deseos. Comenzó a besarme el cuello con suavidad, mientras yo enredaba mis manos en sus cabellos mojados, disfrutando de la sensación de su piel contra la mía.

 

Sus labios encontraron mi hombro y descendieron lentamente, dejando un rastro de besos ardientes a su paso. Mi cuerpo se estremecía de placer ante cada caricia, y no podía contener los suspiros de éxtasis que escapaban de mis labios.

 

- Te amo, Isabella - susurró Lucas entre besos, su voz llena de pasión y devoción. Sentí mi corazón llenarse de amor y gratitud por tenerlo a mi lado.

 

- Te amo, Lucas - respondí con sinceridad, dejando que mis palabras expresaran todo lo que sentía por él. Nuestro amor era intenso y profundo, y cada encuentro era una muestra de la conexión única que compartíamos.

 

En un momento de pura entrega, Lucas me levantó con cuidado y me posicionó de manera que su miembro encontrara la entrada de mi ser. Con un solo movimiento, se adentró en mí, provocando una oleada de placer indescriptible.

 

Un gemido de pura satisfacción escapó de mis labios mientras nuestros cuerpos se fundían en una danza erótica llena de pasión y deseo. Cada embestida era un eco de nuestro amor, y no podía evitar perderme en el éxtasis que Lucas me brindaba.

 

- Aaaaaaaa, sííííí, Lucaaasss - gemí sin inhibiciones, entregándome por completo al placer que él me proporcionaba. Nuestros cuerpos se movían en perfecta armonía, alcanzando un clímax que nos dejó sin aliento y nos unió aún más en un lazo de amor y pasión indisoluble.

 

- Te amo, Isabella - suspiró Lucas, sus ojos brillando con un amor inquebrantable.

 

- Te amo, Lucas - respondí con una sonrisa radiante, dejando que mis palabras expresaran todo el amor que sentía por él. Nuestro vínculo era fuerte y cada vez más profundo.

 

- ¿Y si nos bañamos otra vez? - sugerí con picardía, deseando sentir la conexión íntima que solo compartíamos en la ducha.

 

Una sonrisa traviesa se dibujó en los labios de Lucas mientras asentía.

 

- Sí, definitivamente lo necesitamos los dos - respondió con entusiasmo.

 

Nos dirigimos nuevamente al baño, con la anticipación de disfrutar de un momento íntimo y revitalizante juntos. El agua tibia acariciaba nuestros cuerpos, creando una atmósfera de sensualidad y complicidad.

 

Después de un baño lleno de caricias y besos apasionados, salimos del agua y nos envolvimos en suaves toallas. El aroma del jabón aún impregnaba el aire mientras nos dirigíamos a la cocina para disfrutar de un delicioso desayuno juntos.

 

Sentados en la mesa, compartimos risas y miradas cómplices mientras saboreábamos nuestras comidas favoritas. El amor y la felicidad llenaban el ambiente, recordándonos lo afortunados que éramos de tenernos el uno al otro.

 

El desayuno se convirtió en un momento especial de conexión y complicidad, donde nuestros corazones se unían aún más. Cada palabra y cada gesto eran una expresión de nuestro amor mutuo, fortaleciendo el lazo que compartíamos.

 

Después de disfrutar de una comida reconfortante, nos miramos con complicidad y supimos que el día estaba lleno de promesas y aventuras. Tomados de la mano, nos dirigimos hacia el futuro con la certeza de que nuestro amor nos guiaría en cada paso del camino.

 

Juntos, nos preparamos para enfrentar el día, sabiendo que teníamos el amor y el apoyo mutuo para superar cualquier desafío que se presentara en nuestro camino.

 

Ese día, nuestro amor se fortaleció aún más. Nos prometimos estar ahí el uno para el otro, celebrando cada momento de felicidad y apoyándonos en los momentos difíciles.

 

Y así, comenzamos nuestro día con una sonrisa en nuestros labios y el amor en nuestros corazones, listos para enfrentar lo que el futuro nos deparaba.

 

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Capítulo 16: Un amor inquebrantable

 

Narra Lucas

 

Sin darnos cuenta, había pasado un mes desde que comenzamos nuestra relación. Nuestro amor iba mejor que nunca, cada día más fuerte y profundo. A pesar de los desafíos que enfrentábamos como profesor y alumna, estábamos decididos a luchar por nuestro amor.

 

Un día, mientras disfrutábamos de un paseo juntos, nos encontramos con los padres de Isabella. Sus rostros reflejaban sorpresa y preocupación al vernos juntos.

 

- ¿Qué está pasando aquí? - preguntó su madre, con una mezcla de confusión y preocupación.

 

Isabella y yo nos miramos, sabiendo que no podíamos ocultar más nuestra relación. Decidimos enfrentar la situación con valentía y sinceridad.

 

- Señora, señor, tenemos algo importante que contarles - dije, tomando la mano de Isabella para demostrar nuestra unión.

 

- Estamos enamorados - agregó Isabella, con determinación en su voz.

 

Los padres de Isabella intercambiaron miradas de incredulidad y preocupación. Su padre se acercó a nosotros, con una expresión seria en su rostro.

 

- Lucas, entiendo que te preocupas por mi hija, pero como su profesor, esto no puede continuar. Ustedes tienen un futuro por delante y no quiero que se lastimen el uno al otro.

 

Sentí una mezcla de tristeza y frustración al escuchar las palabras de su padre. Sabía que su preocupación era legítima, pero también sabía que nuestro amor era real y fuerte.

 

- Señor, entiendo su preocupación, pero nuestro amor es verdadero. Estamos dispuestos a enfrentar cualquier desafío y luchar por nuestro amor, a pesar de las dificultades que se nos presenten - respondí, con determinación en mi voz.

 

Isabella asintió, respaldando mis palabras. Sus ojos reflejaban la determinación y el amor que sentía por mí.

 

- Papá, mamá, sé que esto puede ser difícil de aceptar, pero Lucas y yo nos amamos profundamente. Estamos dispuestos a demostrarles que nuestro amor es real y que podemos superar cualquier obstáculo juntos - dijo Isabella, con voz firme.

 

Los padres de Isabella se miraron el uno al otro, y pude ver la lucha interna que tenían. Finalmente, su madre suspiró y se acercó a nosotros.

 

- Chicos, entiendo que se aman, pero también quiero lo mejor para ustedes. Prométanme que se cuidarán el uno al otro y que siempre estarán ahí para apoyarse. Si pueden demostrarnos que su amor es fuerte y duradero, tal vez podamos reconsiderar nuestra postura.

 

Isabella y yo nos miramos, llenos de esperanza. Sabíamos que teníamos una oportunidad de luchar por nuestro amor y demostrarles a sus padres que éramos serios en nuestra relación.

 

- Prometemos cuidarnos el uno al otro y luchar por nuestro amor. Queremos demostrarles que somos capaces de enfrentar cualquier desafío juntos - dije, con convicción en mis palabras.

 

Los padres de Isabella asintieron, y aunque todavía había preocupación en sus ojos, parecían dispuestos a darle una oportunidad a nuestro amor.

 

A partir de ese día, Isabella y yo nos esforzamos por demostrarles a sus padres que nuestro amor era inquebrantable. Tomamos precauciones adicionales para mantener nuestra relación en secreto dentro del ámbito escolar.

 

Pasamos tiempo juntos fuera de la universidad, compartiendo momentos de complicidad, risas y crecimiento mutuo. Cada día, nuestro vínculo se fortalecía y nuestro amor crecía más profundo.

 

Los padres de Isabella comenzaron a ver el amor y la dedicación que teníamos el uno por el otro. Poco a poco, su desaprobación se transformó en aceptación y, finalmente, en apoyo.

 

Después de meses de lucha y perseverancia, llegó el día en que los padres de Isabella nos dieron su bendición. Nos reunimos como familia, y en un momento lleno de emoción y alegría, nos dieron su apoyo incondicional.

 

- Lucas, Isabella, hemos visto cómo han luchado por su amor y cómo se han apoyado mutuamente. Estamos orgullosos de ustedes y creemos en su relación. Queremos que sean felices juntos - dijo su padre, con una sonrisa en su rostro.

 

Las lágrimas de felicidad llenaron nuestros ojos mientras nos abrazábamos, sintiendo la alegría y el alivio de haber superado todos los obstáculos que se interponían en nuestro camino.

 

Desde ese día, nuestro amor floreció aún más. Sabíamos que estábamos destinados a estar juntos y que nada ni nadie podría separarnos. Juntos, enfrentamos cada desafío con valentía y amor, y nuestro vínculo se hizo más fuerte con cada experiencia compartida.

 

El amor triunfó, y hoy, Isabella y yo somos más fuertes que nunca. Nuestro amor es un testimonio de que cuando dos personas luchan por su amor y creen en él, pueden superar cualquier obstáculo.

 

Y así, continuamos nuestro viaje juntos, sabiendo que nuestro amor es inquebrantable y que juntos podemos enfrentar cualquier desafío que la vida nos presente.

  • Autor: Reb Liz (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de marzo de 2024 a las 09:35
  • Comentario del autor sobre el poema: Queridos lectores Es un honor compartir con ustedes esta historia que ha nacido desde lo más profundo de mi corazón. Cada palabra, cada personaje y cada emoción plasmada en estas páginas ha sido creada con amor y dedicación. Espero que al sumergirse en estas letras encuentren momentos de alegría, inspiración y conexión. Mi mayor deseo es que esta historia toque sus corazones y les brinde un escape a un mundo lleno de emociones y posibilidades. Agradezco de todo corazón su apoyo y compañía en este viaje literario. Sin ustedes, mis queridos lectores, estas palabras no tendrían sentido. Espero que disfruten de esta aventura tanto como yo disfruté escribiéndola. Con gratitud.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 4
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