Volaba de esbeltas flores
con sus espinas morando,
con una mano en la pena
y el verbo que sigue amando.
La roca con sus temores,
los vientos con falsas aguas,
temblaba el rayo tocando
las hojas de verdes raguas.
La vi regada de honores
virginal en la colmena,
probé en su calor de fraguas
con esa pasión terrena.
Se fue con la voz del trueno
a resguardar su querencia,
entera como la luna
aunque me deja su ausencia.
Tenía su pecho bueno
con cada pétalo infante,
su céfiro con anuencia
de sentirse consonante.
Su cordillera de ceno
en los anhelos de cuna,
sigue perla del brillante
como doncella montuna.
Por ella que vive perla
y que se fue sin mi voz
con ese destino amado
de la promesa precoz,
ahora quisiera verla
con el encanto prendido,
con ese dardo veloz
que lleva cielo florido.
Ahora imploro tenerla
y aunque sigo consternado,
su luz me marca el sentido,
y hasta me abriga el costado.
Autor: Edwin Antonio Gaona Salinas
San Antonio de las Aradas - Quilanga
Loja - Ecuador
- Autor: Edwin Antonio Gaona Salinas ( Offline)
- Publicado: 2 de marzo de 2024 a las 12:05
- Categoría: Amor
- Lecturas: 9
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