Aquella muchacha sigue pensando en aquel amante marinero

Nitsuga Amano

En tu melena, las caracolas negras se enredan,

trazando senderos sobre tu espalda,

buscando un refugio donde la falda

se convierte en suave curva, en una senda.

 

 

Mientras tanto, tú te quedas bajo el vasto cielo,

contemplando un mar de esmeralda,

tejiendo con las flores mustias una guirnalda,

con tus sueños extendidos en un anhelo.

 

 

Caminarás por las arenas mojadas con desgano,

verás deslizarse la sombra de un velero

resplandeciendo bajo el sol temprano.

 

 

Él partirá desde tu ventana, porque está destinado a surcar el mar y ser viajero.

Mientras tanto, seguirás observando desde el umbral de tu ventana,

soñando con aquel amante marinero.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.