Un puñado de estrellas esparcidas por mi interior, nacieron unas en la fragua de la soledad, otras al son del silencio monastérico unas más en la confusión de los días, y en la hora de la duda, entre las rodillas y el piso; no son demasiadas como quizas esperas, pero son de buena ley, y no de ajenjo con capa de miel, como fue en el paraíso; de esas que hoy se venden en la plaza, y te ofrecen los mercanchifles seductores; encontrarás buen favor y agradecimiento en ellas, segura irás en esos días negros de desaliento, te alumbrarán en la oscuridad y calentarán tu corazón en las noches invernales, más yo después de vivir este tiempo perenne, caminaré seguro al atardecer en el lago dorado de tus ojos sinceros.
- Autor: Loky ( Offline)
- Publicado: 4 de marzo de 2024 a las 14:59
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 52
- Usuarios favoritos de este poema: Loky, alicia perez hernandez, María C., migreriana, Pilar Luna, Ed-win, Frida Alcántara, Javier Julián Enríquez
Comentarios5
caminaré seguro al atardecer en el lago dorado de tus ojos sinceros.
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Un puñado de estrellas a tus bellos versos. saludos poeta
Gracias Alicia por tu visita
Saludos
Que bonito este escrito.
Un saludo cordial
Muchas gracias,María, por tu comentario
Que bonito!
Gracias Ney por detenerte aquí
Abrazo grande
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