30 de septiembre de 1981
Terminaba la tarde y él jugaba,
jugaba con ella en sus rodillas...
jugaba con su nieta, la que amaba,
la de la risa y simpatía...
Era tan pequeña entonces
que no debe recordarlo.
Se levantó luego y me dio un abrazo,
así... como les muestro, amoroso y cálido
y comenzó a subir las escaleras
con la lentitud obligada... mansamente.
Y antes de perderse saludó a todos
con la mano abierta, así... como les muestro.
En mi descanso nocturno, inquieta pausa,
me sacudió la llamada álgida.
Presuroso acudí a ella sabiendo que no llegaba
a tiempo a despedirme.
Al llegar, dormía con la placidez de su alma
y el silencio de su pecho aturdió mi oído.
Ya se había ido... le dejé mi abrazo...
y mis lágrimas!
Así... como les muestro...
De mi libro “Del ser de mi existencia”. 2018 ISBN 978-987-4004-71-0
- Autor: Carlos Justino Caballero ( Offline)
- Publicado: 6 de marzo de 2024 a las 10:11
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 4
Comentarios2
Carlos Justino Caballero.
Me llegó su creación, muy al centro de mi corazón. Tuve dudas y pensé que era una alusión a la madre y luego entendí que, señalaba al padre. De mis recuerdos tempranos, me quedó grabada la cercanía que mostraba mi padre con las hijas y la austeridad con los varones. Hoy pienso qué no era falta de amor o cariño. Era más bien, el rigor de la costumbre en la crianza de los futuros hombres. Afortunadamente, ya pocos padres se inhiben de darles cariño a los hijos, sin distingo de sexo.
Un placer leerlo.
Buenas tardes, Señor Carlos.
Muy interesante réplica que valoro, poeta! Gracias!
Gracias devueltas, por la enseñanza. Un placer leerlo.
El agradecido soy yo...
El agradecido soy yo.
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