Estabas triste y desolada
mientras su voz
a tu oído hablaba,
de nubes grises y destellos
que iluminaban el firmamento.
No empeoró tu situación
a pesar de que el acusador
te habló mal de aquella voz,
que suavemente se adentró
en tu noble corazón.
Tu respuesta a esa luz de abril
que iluminaba tu cielo gris
fue simple y sutil.
Pero logró encender
la luz del amor
que pintó tu cielo de color.
Color que duró
lo que dura una flor
fuera de su zona de confort.
Dulce y amarga pasión
que ahora deprime tu corazón.
- Autor: Enrique Rodríguez (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 7 de marzo de 2024 a las 14:52
- Categoría: Amor
- Lecturas: 6
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez
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