El tren de la vida

Vagón 1: Nacimiento

Estación 1: La maravilla

A través de la niebla gris,

se vislumbra su tenue luz amarilla.

Acercándose a la estación,

es el tren de la vida

en su viaje sin destino.

 

Estación 2: El instante más divino

Viene cargado de alegría y decepción,

nadie sabe dónde irá, hasta dónde llegará.

Pasa rápido, sin parar, introduciéndose

cada vez más en la niebla,

ocultándose en el silencio.

Estación 3: Un regalo noble y hermoso.

Solo se puede vislumbrar borrosamente,

los nombres de sus vagones al pasar:

Nacimiento, infancia, adolescencia,

juventud, madurez y vejez,

nombres que a todos nos definen.

 

Vagón 2: Infancia

Estación 1: Inocencia

Infancia, inocente edad,

jugar, reír, soñar sin miedo a nada,

explorar lo que nos rodea sin prisas,

pero con curiosidad.

Aprender, crecer, vivir con alegría.

Estación 2: Fantasía

Infancia, el momento que la fantasía echa a volar,

de imaginar, de inventar, de crear sin límite,

de viajar por la imaginación con magia.

Estación 3: Tesoro de la memoria

Infancia, tesoro de la memoria,

donde guardar las cosas con cariño,

de vivir en plena euforia,

de valorar, de agradecer,

de compartir el camino,

de caminar de la mano de tus maestros.

 

Vagón 3: Adolescencia

Estación 1: Rebeldía

Adolescencia, tiempo de rebeldía,

de cuestionar, de protestar, de romper con la niñez,

de buscar el propio camino con energía,

de afirmar, de negar, de vivir con sentido,

de conocer el amor, de investigar el ser.

Estación 2: Amistad

Adolescencia, espacio para la amistad,

para compartir, confiar, apoyarse en los iguales,

para disfrutar el presente con intensidad,

tiempo de llorar, de reír, de amar,

de sentirse especial.

Estación 3: Identidad

Adolescencia, tesoro de la identidad,

tiempo de descubrir, de conocer,

de definirse como persona,

de experimentar el amor con pasión,

de sufrir, de conocer la felicidad plena.

 

Vagón 4: Juventud

Estación 1: Oportunidades

Juventud, tiempo de oportunidades,

de explorar, de aprender, de crecer sin prisas,

de enfrentar los retos con fuerza y esperanza,

de decidir, de actuar, de descubrir con tus ojos,

de abrir las puertas de la realidad.

 

Estación 2: Diversidad

Juventud, espacio de diversidad,

de conocer, de respetar,

de enriquecerse con los demás,

de disfrutar de la cultura,

de pensar, de expresar,

de ser libre y original.

 

Estación 3: Felicidad

Juventud, tesoro de felicidad,

para soñar, crear, construir un futuro mejor,

para amar con intensidad y fidelidad,

juventud, tiempo de sentir, de vibrar,

y llenarse de felicidad.

 

Vagón 5: Madurez

Estación 1: Responsabilidad

La madurez es el tiempo de la responsabilidad,

de hacer lo que se debe en cada momento,

de afrontar las dificultades con serenidad,

de aceptar, de cambiar, de vivir con sabiduría.

 

Estación 2: Estabilidad

La madurez es un espacio de la estabilidad,

de consolidar, de mantener,

de valorar lo que se tiene y la familia con amor,

de cuidar, de educar, de sentirse orgulloso.

 

Estación 3: Tranquilidad

La madurez es la calidad de elegir,

de priorizar, de construir una tranquilidad,

de sonreír, de agradecer,

de ser feliz y dichoso.

 

Vagón 6: Vejez

Estación 1: Recuerdos

La vejez es el tiempo de recordar,

de contar, de transmitir la experiencia de lo vivido,

de enfrentarse al final con dignidad y paciencia,

de soltar lastre, de dejar, de vivir con sentido,

de descansar.

 

Estación 2: Nostalgia

La vejez es el espacio de la nostalgia,

de extrañar, de añorar, de revivir el pasado,

de valorar los momentos con emoción,

de reír, de llorar, de sentirse acompañado.

 

Estación 3: Sabiduría

La vejez es el tesoro de la sabiduría,

de reflexionar, de aprender, de comprender la vida,

de amar con serenidad y armonía,

de bendecir, de agradecer,

de sentirse totalmente pleno.

 

Epílogo: El viaje continúa

La vida es un tren que no se detiene,

y yo soy un pasajero más en su viaje.

He visto paisajes bellos y he sentido el dolor,

pero sigo adelante con la esperanza en el corazón.