Enjuáguese en miel,
suave ambrosía,
néctar en sed,
vela encendida.
Aúllan al sol
Las bocas hambrientas.
Se quedan sin voz
ardiente en su ausencia.
Sabores de miel y luna
apagan su fuego, embadurnados
de su esencia: su ternura
Miel arrastra a la piel
a quemarse en su juego
y noche recobra su luz
en su deseo.
- Autor: Tomás Osorio del Río ( Offline)
- Publicado: 11 de marzo de 2024 a las 09:32
- Categoría: Amor
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: FRANCISCO CARRILLO, jvnavarro
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