Un enjambre de libros y mariposas
me sigue a media hasta
a media luna, a medio día, a medio sueño.
El martillo del herrero forja horas lujuriosas
para relojes sin agujas ponzoñosas,
la señora que cuida los retretes del alma
riega el amor que brota por casualidad,
como una miga de pan arrojada a las palomas.
Un ojo va rodando entre los diarios viejos
aburridos de mentir y en desuso,
chorreando obituarios y falsas noticias
políticas.
La dorada cabellera de este poema
se peina para la mirada infértil
avergonzada de exhibirse sin escrúpulos.
No me crecen clavos en las manos
pero me siguen doliendo las palabras
que escribo.
Porque las palabras y el amor también duelen.
- Autor: Juanquilugo ( Offline)
- Publicado: 11 de marzo de 2024 a las 15:22
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 12
- Usuarios favoritos de este poema: jvnavarro, alicia perez hernandez, Antonio Pais
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