Mañana gélida en cementerio odiado,
pasos de vida entre los nichos muertos,
sollozos oigo en corazones rotos
lluvia y lágrimas a ritmo acompasado.
Abierto encuentro el panteón del duelo,
temblando aguarda el buen sepulturero
mezclando el agua y el yeso con esmero
mientras la caja avanza en el silencio.
Ya la levantan los brazos temblorosos
y se desprenden del cuerpo ya difunto,
por fin se esconde el féretro en el hueco;
Ya ocultan la luz con el yeso muerto,
flores tapan el nombre del sepulcro,
… y los vivos visitan a sus muertos.
Comentarios2
Muy bueno, se siente el pesar de ese último adios describiendo los momentos de el entierro.
Dios te bendiga.
Gracias por visitarme, Una voz. Lo escribí inmediatamente después de enterrar a mi madre. Dios te bendiga a ti también.
Lamento mucho tu pérdida poeta. En tu corazón perdurará.
Gracias, amigo UNA VOZ, me reconforta tu comentario. Feliz domingo.
La repetida praxis que los vivos hacemos con los que han muerto,
luto, recuerdo, incógnita y silencio,
impotencia, el por que, silencio y mas silencio.
Saludos
Gracias por visitar mi casa LUIS RO. Gracias por el comentario. Saludos cordiales y feliz fin de semana.
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