Ella no sentía el amor que yo sentí por ella.
Su amor era un capricho, un fugaz instante.
Yo vi en sus ojos una fiera salvaje que pedía a gritos ser liberada.
Ella anhelaba deshacerse de sus ataduras,
Ser sumisa en la alcoba, embriagada de aquello
que del cuerpo emana.
Ella era Indiferente a los sentimientos,
sorda a las palabras de amor,
fingía compromiso en un beso,
Su corazón, arrebatado por otro, anhela solo disfrutar la pasión efímera,
llenando el vacío de su alma en el acto.
Mas el amor que yo sentía, hoy lo veo lejano, intacto.
Me siento traicionado, despreciado,
Esa mujer que amé hoy es frígida y manipuladora.
Se fingía hogareña pero era una mascara,
Solo quería ser sometida, devorada,
Empapada de fluidos y sudor.
Te advierto
Que tratarle con paciencia y sutileza
es un error.
No le gustan los versos ni las palabras de ternura,
Anhela consumirse en las llamas del placer,
conocer y disfrutar cada centímetro de su Ser
Ella fue mi maestra en el arte de vivir en el presente,
Nos devoramos los dos en las llamas del placer.
Una lección que nunca olvidaré.
aunque mi corazón se haya roto en el proceso.
- Autor: eleg ( Offline)
- Publicado: 13 de marzo de 2024 a las 01:23
- Categoría: Amor
- Lecturas: 7
- Usuarios favoritos de este poema: Dr. Salvador Santoyo Sánchez, Mauro Enrique Lopez Z.
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