M

Jhetsefany

 

Ya pasó ese día de autos
donde tiernos y tiernitas,
usan bien las dolomitas
para tocar acidez.
Pero es razón aceptada
el saber que el mejor lado
es ese, tan lindo estado,
que se vive en la viudez.

Ser mujer es un problema,
sobre todo de chiquita,
cuando te pide mamita
que apures en tu labor.
Labor, que no es de chiquitos,
pues la madre bien enseña
quién a las tetas ordeña
y quién es el amo gestor.

Y con tales enseñanzas
da la mujer el motivo
a que gire el tío vivo
en trágica dirección.
Abonando bien los cardos
la cosecha da pinchazos
que no esconden los plumazos
el día de la ascensión.

Pero es falso, no hay problema,
solo es mi mal vapor
el que no me inspira amor
en buena letra o grafema.
Debo aprender ese lema
que flota, polen y esporas,
lema de voces sonoras
en ese amor tan honesto,
regado en poroso tiesto
para las dulces señoras.

Pues sea el amor, bien sea
inspirando a la comuna
sin que ninguno, ninguna,
eche hacia un lado el guión.
Y sea el rebaño obediente
para seguir tradiciones,
porque el guión da guiones
que siguen la tradición.

Bienvenida y en silencio
toda bala de combate
de cualquier jala mecate,
sea un indocto o doctor.
Para todo buen apóstol
recaiga la gracia plena
que ponga amor en la escena
o en la escena ponga amor.

 

Jhet

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