Llegada la noche, aparecen ciertas verdades ocultas de la misma, comienzas a escuchar ruidos variados, grillos, perros ladrando, voces de alaridos, quejas, risas, gritos, de todo un poco.
No sabes de donde pueden venir, pero los escuchas; escuchas a personas pidiendo ayuda, ser escuchadas, otras dando ordenes, mandando, también hay risas y personas felices, miras para todos lados y no ves a nadie, no hay nada, solo ves la oscuridad y un silencio abrumador es lo único que te rodea y sientes, allí nacen ciertas preguntas.
¿De donde vienen esas voces?
¿Por qué las escuchas de noche y no de día?
Preguntas variadas que comienzan a rondar por tu cabeza hasta que en eso, un silencio total y espontaneo, sumado a las sombras en movimiento que genera el resplandor de la luna y las estrellas, los focos que iluminan las calles, reflejos de luces variados; asoman los primeros atisbos de claridad mental, el posible descubrimiento del origen de esas llamadas de auxilio inexplicables; son ecos que se producen en el cerebro, son nuestros propios temores y alegrías que se fueron sumando y acumulando durante el día.
Gritos de ayuda que no queremos escuchar, pero llegada la noche y su silencio comienzan a aparecer esos gritos interno y propios generados por la mente pidiendo ayuda, apoyo, contención ante las dificultades que enfrentamos día a día, también hay risas y alegrías las cuales también se vivieron.
No dudes en escuchar y poner atención, no tengas miedo, eres tú mismo que se envía mensajes para que sepas como superar las dificultades vividas y recuerdes además que también tuviste alegrías, todo para que después de un reparador descanso comiences un nuevo día revitalizado y con muchas energías para enfrentar tus nuevas luchas.
- Autor: Pato_iqq ( Offline)
- Publicado: 16 de marzo de 2024 a las 18:45
- Categoría: Reflexión
- Lecturas: 8
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