Es hermoso conseguir
versar sobre el Universo
rellenando cada verso
con el placer de escribir.
Los retoños ver crecer
alumbrados con tesón
por la luz que la razón
bendice al verlos nacer.
Caminar por las riberas
de un río que caudaloso
te muestra todo lo hermoso
que te dará cuando quieras.
Venturoso es lograr ver
por el agua apetecidos
peces que enardecidos
logran por miles nacer.
No saben que han de atender
para siempre a los humanos
que les brindarán sus manos
para poderlos prender.
Reposar sobre la arena
mirando al mar y las olas
que felices danzan solas
con una sonrisa amena.
Mi mente audaz se sentía
me rozaba un viento fresco
y de un jardín pintoresco
una rosa se escabullía.
Hablándole alto a un bicho
que era nuevo conviviente
le dijo ser la regente
y que no era por capricho.
Se alejó tarareando
una melodía rumbosa
creyendo ser una diosa
que un reptil estaba loando.
Y con un precioso abrigo
pronto vi una mariposa
que volaba presurosa
en busca de un viejo amigo.
No cabía ningún olvido
era un asunto de urgencia
que exigía esa presencia
según le dijo el marido.
Un silbido persistente
mató el mutismo reinante
y yo supe al instante
que era muy resistente.
Eran entes invasores
o majestuosas abejas
revoloteando en parejas
que estaban libando flores.
las forasteras al rato
ya estaban alimentadas
pero no hacían paradas
aprovechando el buen trato.
Ellas amaban gozar
ese manjar deleitoso
aunque a veces peligroso
era poderlo alcanzar.
El ruido fue acompañado
por el pujante pío pío pío
del trinar lleno de brío
de un tomeguín apañado.
Aunque estaba abandonado
en un nido empobrecido
se sentía bendecido
porque no estaba tarado.
Todo ese lío terminó
cuando la tarde con maña
se escondió tras la montaña
que en ese lugar creció.
llegó la oscura noche
y con ella las estrellas
que alegres como doncellas
alumbraban con derroche.
Y se apareció la luna
que por la noche abrazada
sentía que era reforzada
por la suerte su fortuna.
La luna feliz bailaba
porque tenía el aliciente
de que con amor creciente
la oscuridad la adoraba.
Era ya de madrugada
y había empezado a caer
la lluvia que al parecer
no quiso ser postergada.
Ella aún así amenazaba
con un posible anegar
las tierras que eran hogar
de cada flor que allí estaba.
Una pregunta acallada
en mi mente melindrosa
mató la voz silenciosa
y se mostró liberada.
No volví a preguntar
ya estaba la respuesta
la lluvia estaba pospuesta
y no se inundó el lugar.
Y así yo ilusionada
escuchaba la armonía
de una voz que repetía
felizmente entronizada:
“mañana el sol quitará
con su calor abundante
toda el agua sobrante
que ya no molestará”.
Mañana elegante vino
sin resquemor y sin prisa
con la perfumada brisa
que a la sabana convino.
En el área del jardín
y en las otras cercanas
se oscurecieron las canas
que así alcanzaron su fin.
Mi corazón como pluma
con un versal de poetas
escribió estas cuartetas
que no se irán como espuma.
Amelia Suárez Oquendo
18/03/2024
- Autor: Amediana (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 18 de marzo de 2024 a las 06:41
- Comentario del autor sobre el poema: Me gusta escribir redondillas. Espero que los 120 versos os gusten. Cariños para todos. Les abrazo en mi corazón.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 9
- Usuarios favoritos de este poema: Pilar Luna, jvnavarro, Amelia Suârez Oquendo, José Valverde Yuste, Violeta
Comentarios2
Mi mente audaz se sentía
me rozaba un viento fresco
y de un jardín pintoresco
una rosa se escabullía.
Muy buen poema estimada Amelia. un abrazo con la pluma del alma
Gracias por tu lindo comentario, querido Poeta. Un placer recibirlo.
Te abrazo en mi corazón.
Que hermosas redondillas te han quedado Amelia. saludos cordiales..
Violeta, un placer recibir tu agradable comentario. Gracias.
Te abrazo en mi corazón.
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