Después de meditarlo, somos muchos más que más, los que decidimos
salir a caminar por calles plazas y avenidas, buscando ese rostro que
puede estar entre la multitud, y que hace tiempo no vemos. Después
de mucho divagar, tenemos la suerte de encontrarlo, con lo cual
nos da la ligera impresión, de haber caído de nuevo en la tierra...
No hay luz sin día, ni noche sin mañana. Sabemos que nuestra
amiga y compañera la noche. en ocasiones decide ocultarse al amparo
de la osuridad, para pasar desapercibida. También la luna al saberse
sin su brillo peculiar, se oculta tras las densas nubes, a la espera
de recuperar su verdadero aspecto, y reflejarse en el agua
tranquila de los lagos, ríos y estanques.
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