Vivo,
—desde hace un año—
en un lejano país,
al sur de europa.
Vivo,
por costumbre,
en su propio centro.
Al sur de la ciudad,
donde la ciudad,
es ella y su fin.
El vacío,
donde aterrizan los desagües,
el propio límite
entre la libertad y la locura.
Quiero decir,
que buenos aires,
no ha muerto,
porque vivir
vivo en sus suburbios.
Y sin embargo,
—por el viejo vicio del misterio—
nadie sospecha.
Parado en la vereda de mi casa,
ladeado,
con las piernas cruzadas
y la derecha para atrás,
contra el novedoso semáforo,
apoyada,
y el cigarrillo,
colgado,
de la boca como si fuera un guapo,
y sin embargo,
piensan que soy,
un malentendido,
un pasto salvaje,
crecido inesperadamente,
fuera de estación.
Crezco con dificultades,
bajo la mirada atenta,
de los sorprendidos agricultores.
Tanta belleza,
para el final del siglo,
no había sido calculada.
Y por eso,
por haber violado la ley,
de las apariciones,
se cierne sobre mí,
el opaco murmullo de la calumnia,
el peligro,
de un destino de locos.
La desaparición.
(Del libro Canto a Nosotros Mismos somos América, Ed. Grupo Cero)
- Autor: Editorial Grupo Cero ( Offline)
- Publicado: 28 de marzo de 2024 a las 05:23
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 6
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