A alguien
a quien aprecio
a quien me aprecia…
o eso creo.
Tranquilidad, mi seso no me carcomerá de nuevo,
no con ella.
Miento, ese cabrón siempre regresa,
me hace sentir sin sentido tristeza
sólo cuando solo me siento,
solo y desconectado
cuanto en mí se resiente,
es que es la falta de mundo,
de su gente.
Comienza el miedo,
¿Me aprecia o no?
Una y otra vez esa pregunta.
¿De verdad la aprecio?
Al final llega esta maldita duda.
¿La necesito?
Pero continua…
Y no se detiene,
no es hasta que me detengo
a apreciar a la gente de nuevo
cuanto en mí regresa a su lugar,
el miedo parece desvanecer.
Y recuerdo, te necesito,
pero no te puedo dar esa carga,
necesito aliviar la tuya
aunque sea un poco,
y notar esa sonrisa
“aunque sea una risa falsa” diría el intruso,
pero eso ya no me afecta realmente,
no con mi nuevo superpoder
al recobrar el valor de la gente
puedo retomar lo que es mio
por una vez pensar que esta es mi desición
y que alguien me quiere sinceramente
que esta vez pudimos estar
mirando el plano de estrellas
sin depender de ninguna de ellas
en silencio
en tranquilidad
en ese momento
solo sentí paz
algo necesario
entre la tempestad.
Por hoy
eres mi silencio
curiosamente lento
tal cual pasa el tiempo
que contrarreloj
decidiste desperdiciar conmigo.
Pero él siempre regresa…
no está tan mal, si eso significa
que tú también.
- Autor: Lucho Sancucho (Seudónimo) ( Offline)
- Publicado: 3 de abril de 2024 a las 02:46
- Categoría: Amistad
- Lecturas: 13
- Usuarios favoritos de este poema: alicia perez hernandez, Mauro Enrique Lopez Z., Violeta
Comentarios1
Interesante y como dice Omaris buenas letras... bienvenido a este mundo que para mi es mágico... Saludos.
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